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MIERCOLES 26 JULIO 2017
DOCTORA
ALIZA
PUBLICADO
EN CÁNCER
La
radiación y la quimioterapia son métodos potentes y eficaces para combatir el
cáncer. ¿Sabes en qué consisten? ¿O cuándo se recomienda usar uno u otro? A
veces hasta se emplean en combinación para tratar a un mismo paciente. Para que
salgas de dudas, aquí te ofrecemos un pequeño resumen.
Tanto
Elena como Rosa son sobrevivientes de cáncer de seno. Ambas pasaron primero por
cirugía para eliminar el tumor. Sin embargo, después de la recuperación, Elena
recibió tratamiento de quimioterapia para reducir la probabilidad de
recurrencia, mientras que Rosa recibió sesiones de radioterapia (radiación).
¿Por qué? ¿Es acaso una más efectiva que la otra? ¿O depende del caso?
Aunque
existen protocolos y pautas generales para el tratamiento del cáncer, ten
presente que cada modelo de tratamiento es individual y se adapta a las
características y necesidades de cada paciente. Entre las opciones posibles
(cirugía, radiación, quimioterapia, terapia hormonal, entre otras), el oncólogo
selecciona los métodos y las combinaciones que ofrezcan las mayores garantías
de eliminar el tumor y evitar su recurrencia en el futuro. Esta decisión se
hace teniendo en cuenta factores tan variados como:
El
tipo de cáncer y su localización
Estadio
o etapa del cáncer (cuánto ha avanzado, si el tumor se encuentra en su lugar
original o si ha afectado a otros tejidos, ya sea los más cercanos al punto de
origen o si se ha trasladado otros órganos/lugares del cuerpo)
La
patología del tumor: es decir, el grado y tipo de comportamiento de las células
cancerosas, si son agresivas (con cuánta rapidez se desarrollan), si disponen o
no de receptores hormonales, entre otras características
Edad
del paciente (por ejemplo, la mayoría de los tumores en los niños difiere
biológicamente del de los adultos, por lo que requieren un tratamiento
diferente)
Estado
de salud del paciente: algunas enfermedades crónicas o preexistentes afectan
todos los aspectos del cuidado del cáncer, incluyendo las opciones del
tratamiento y sus probabilidades de éxito
Veamos
ahora en qué consisten la radioterapia y la quimioterapia para que te
familiarices con cada método.
Qué
es la radioterapia y cómo funciona
La
radioterapia (que también se conoce como terapia con rayos X, o irradiación) es
el uso de un tipo de energía, conocida como radiación ionizante, con el
objetivo de destruir la mayor cantidad de células cancerosas, eliminar y/o
reducir el tamaño de los tumores, limitando el daño que sufre el tejido sano
alrededor de los mismos. Los rayos
aplicados con este método lesionan y destruyen el material genético (ADN) de
las células malignas, evitando que crezcan y sigan dividiéndose.
¿Cuándo
se usa? Por si sola puede emplearse para tratar y reducir ciertos tipos de
cáncer, pero a menudo se usa en combinación con otros tipos de tratamiento,
como la quimioterapia, para mejorar las probabilidades de curación del paciente
después de la cirugía. También se usa para reducir los tumores y entonces
permitir una cirugía menos extensa o invasiva, o de forma paliativa, para
aliviar los efectos secundarios de un cáncer ya en etapa avanzada. Como es un método que se enfoca y concentra
en un área específica del cuerpo, funciona mejor en tumores sólidos, entre
ellos los cánceres de cerebro, seno, cérvix, laringe, pulmón, páncreas,
próstata, piel, espina dorsal, estómago útero o el sarcoma de tejidos blandos.
La
radiación puede administrarse de forma externa o internamente. La más común es
la interna y seguro que has oído mencionar algunas de sus variaciones:
Haz
de rayos x o radioactividad: que son fotones de energía alfa (o rayos gamma),
creados por una máquina, el acelerador lineal.
El
haz de energía se apunta al tumor pero la dosis de la radiación también afecta
al tejido saludable en frente y detrás del tumor.
El
Cuchillo Gamma (o Gamma Knife): se utiliza para atacar tumores cerebrales con
rayos gamma altamente concentrados que se originan en diferentes ángulos y se
cruzan en el lugar, sin que la alta concentración de energía afecte el tejido
sano a su alrededor.
Haz
de Protones: como el protón es una partícula molecular de mayor tamaño,
garantiza que la mayor parte de la energía se deposite exactamente sobre el
tumor, permitiendo un tratamiento más preciso y, en algunos casos, permite
tratar áreas en las que previamente se usó la radiación estándar. Se emplea en
algunos tipos de cánceres infantiles y en tumores de próstata, cerebro, pulmón,
esófago, cabeza y cuello en los adultos.
Cuando
la radiación se administra internamente recibe el nombre de braquiterapia, y se
aplica muy cerca del tumor o dentro del mismo. La fuente de radiación está casi
siempre sellada en un portador pequeño (o implante), que puede ser un alambre,
un tubo plástico o catéter, una cinta, una cápsula o semilla.
Qué
es la quimioterapia y cómo funciona
A
diferencia de la cirugía y la radioterapia que se concentran en el tumor mismo,
la quimioterapia utiliza medicamentos para destruir a las células cancerosas,
esparciéndolos a través del torrente sanguíneo por todo el organismo, por eso
es un tratamiento de tipo sistémico (generalizado). Actualmente existen cientos
de fármacos disponibles para combatir el cáncer de esta manera, se administran
independientemente o en combinación con otros medicamentos, según determine el
oncólogo. De nuevo, la selección, dosis y frecuencia del empleo de estos
medicamentos depende del tipo de cáncer y las particularidades de cada
paciente. Estos nuevos fármacos (medicinas) son mucho más efectivos y menos
tóxicos que los medicamentos de la primera generación desarrollados décadas
atrás, además de que se administran en conjunto con otras medicinas para
reducir los efectos secundarios como la náusea.
La
quimioterapia se puede utilizar como el tratamiento primario de algunos
cánceres como el linfoma, la leucemia, el mieloma múltiple, el cáncer de seno,
del pulmón y del ovario. La quimioterapia también se puede administrar después
que un tumor ha sido extirpado mediante cirugía para evitar la recurrencia, y
eliminar cualquier célula cancerosa que haya podido desplazarse por el torrente
linfático o sanguíneo. Otras veces la
quimioterapia se aplica antes de la cirugía para achicar los tumores y reducir
la extensión de la operación. Al igual que la radioterapia, una vez que el
tumor no es curable, se usa como terapia paliativa para reducir los síntomas y
los efectos secundarios producidos por un tumor avanzado. Como el efecto de la
quimioterapia se extiende por todo el cuerpo, se emplea con frecuencia para
atacar tumores que se han movido de su lugar de origen y se han extendido a
otros lugares del cuerpo (lo que se conoce como metástasis). Este ataque
generalizado permite combatir a las células cancerosas donde quiera que
encuentren y se escondan.
¿Quieres
saber cómo funciona? Las células cancerosas crecen y se dividen con gran
rapidez, por lo que los fármacos o medicamentos utilizados en la quimioterapia
están diseñados para atacar a este tipo de células y destruirlas. Pero, muchas
veces, no pueden distinguir entre las células malignas y las células “buenas”
del organismo que también se dividen rápidamente, como las que forman los
folículos pilosos (que hacen crecer el cabello), las mucosas de las partes húmedas
de la boca, el intestino y la médula ósea. A veces, estas células “buenas” se
afectan durante los tratamientos de quimioterapia, de ahí los variados efectos
secundarios como la caída del cabello, la anemia y la fatiga que se pueden
presentar durante la quimioterapia.
Existen medicamentos para aliviar y contrarrestar algunos de estos
efectos secundarios, que por lo general
desaparecen al terminar la quimioterapia.
Estas
son a grandes rasgos, las características de estos dos tratamientos tan usados
hoy día para combatir el cáncer. Te recordamos que al igual que cada persona es
única, también lo es su cáncer y por lo tanto, la forma en que el especialista
decida combatirlo: qué tratamiento, en qué orden, frecuencia y cuáles
medicamentos en una proporción y dosis determinada.
Por
suerte, cada día se dan pasos de avance en el desarrollo y el uso de nuevas
tecnologías y fármacos (medicamentos) para tratar todo tipo de cánceres. Si has
recibido un diagnóstico de cáncer, no te desesperes. Busca un especialista
calificado, infórmate y participa con energía y determinación en tu curación.
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