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LUNES 21 AGOSTO 2017
DOCTORA ALIZA
POSTED IN DOLOR Y ALIVIO, HOGAR Y FAMILIA, VIDA SALUDABLE
Si un insecto le pica a tu hijo, actúa sin
demora. A pesar de ser desagradables y/o dolorosas, la mayoría de las picaduras
son inofensivas y sólo producen malestares ligeros. Pero, a veces, la reacción
puede resultar peligrosa si no se trata a tiempo. Infórmate.
Cuando hace buen tiempo, los padres estimulan a
los niños a que jueguen en el jardín, los llevan a caminar al parque y planean
diferentes actividades al aire libre. En todos esos lugares con seguridad
contarán con diversión y con una compañía muy poco agradable: los insectos, y
con ellos, sus molestas picaduras. Pero no se priven de disfrutar de la
naturaleza, solamente hay que estar preparados. En general, las picaduras de
los insectos irritan la piel, pero no causan problemas serios ni requieren
ayuda médica. El dolor y las molestias suelen ser transitorios, y casi siempre
empiezan a desaparecer al día siguiente. En algunas ocasiones, sin embargo, se
producen infecciones que requieren tratamiento médico, o reacciones alérgicas
que pueden ser muy graves.
¿Sabes cómo actuar ante una picadura? Sigue estos
consejos para tratarlas rápida y correctamente:
La picazón que provocan las picaduras de
mosquitos, pulgas, hormigas rojas y chinches se alivia aplicando compresas o
loción de calamina en cualquier parte del cuerpo del niño, a excepción del área
alrededor de los ojos y los genitales. Si la picazón o el dolor son muy
severos, consulta con el pediatra antes de aplicar cremas, lociones u otros
remedios caseros. Es posible que el pediatra le recete un antihistamínico oral
(tomado).
Si se trata de picaduras de abejas o avispas,
empapa un paño en agua fría y presiónalo sobre el área afectada para reducir el
dolor y la inflamación.
Si la picadura es de abeja, el insecto muere,
pero el aguijón se queda en la piel y es importante que lo extraigas enseguida
y en su totalidad, raspándolo de forma horizontal con el borde de una tarjeta
de crédito, por ejemplo, o con tus uñas,
con mucho cuidado para no irritar más el área. No lo retires con pinzas, ya que
puedes apretar la bolsa del veneno, y aumentar así la cantidad de éste que se
libera en la piel. Las avispas al picar no dejan el aguijón, pero no mueren, y
pueden picar de nuevo.
Si se trata de una picadura de garrapata, extrae
la cabeza con pinzas, sin torcerla ni moverla bruscamente. No uses vaselina ni
enciendas fósforos para extraer la garrapata. Después limpia la zona con
alcohol. Lava bien el área afectada con agua tibia y jabón varias veces al día
hasta que la herida cicatrice.
Cubre el área afectada con hielo envuelto en un
paño. Déjalo 10 minutos, retíralo y repite.
Para aliviar el dolor, dale al niño acetaminofen
o ibuprofeno; para el dolor y la picazón, dale un antihistamínico de venta
libre por vía oral. Pero siempre con la autorización del pediatra.
Mantén las uñas del niño cortas y bien limpias
para minimizar el riesgo de infección si se rasca. Mejor aún, trata de que no
se rasque la zona afectada.
Cuando buscar ayuda médica.
Aunque por lo general las mordeduras y picaduras
de los insectos se pueden tratar en casa, algunas personas tienen reacciones
alérgicas, a veces tan serias que llegan a ser peligrosas y requieren atención
médica de urgencia. Si tu hijo experimenta alguno de estos síntomas después de
una picadura de insecto, busca ayuda médica inmediata:
Dificultad repentina para respirar o respiración
entrecortada o con silbidos.
Opresión en el pecho o en la garganta.
Debilidad o inconsciencia (pérdida del
conocimiento).
Urticaria o picazón en todo el cuerpo.
Gran inflamación cerca de los ojos, los labios o
el pene, que le provoca dificultad para ver, comer y orinar.
Piel amoratada.
Náuseas o vómitos.
Una picadura en cualquier lugar de la boca
requiere atención inmediata, porque puede provocar hinchazón grave y puede
obstruir las vías respiratorias. También si hay una erupción en la piel que se
extiende, si es muy extensa en la zona de la picadura o si persiste por más de
tres días, ya que pudieran ser síntomas de infección.
Muy importante: aprende a prevenir las picaduras.
Es imposible prevenir del todo las picaduras de
los insectos, pero sí puedes minimizar los riesgos de que tu hijo las sufra,
siguiendo estas reglas:
Evita que los niños vayan a las áreas en las que
se congregan los insectos, como los botes de basura, charcos de agua, alimentos
y dulces destapados, huertos y jardines en floración.
Si el niño va a ir a lugares en los que hay
insectos, haz que se vista con pantalones y camisas de mangas largas, de
preferencia de telas ligeras. Así estará más protegido.
No lo vistas con ropa de colores brillantes o con
estampados floreados, que tienden a atraer a los insectos.
No les apliques perfumes, jabones o lacas para el
cabello perfumados, ya que también atraen a los insectos.
Evita que el niño provoque a los insectos, y que
haga movimientos bruscos y rápidos cerca de las colmenas o los nidos de los
insectos.
Ten cuidado si van a comer en espacios abiertos,
sobre todo si hay dulces o bebidas azucaradas. Siempre mantén los alimentos
cubiertos.
Ten cuidado con los repelentes de insectos
Es conveniente aplicarles a los niños repelentes
de insectos, pero sólo si tienen la edad apropiada. Los insecticidas más
comunes contienen DEET, un químico que no se recomienda para los niños de menos
de dos meses, y no debe usarse más de una vez al día en los niños mayores. La
Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) recomienda los
repelentes con un 30% de DEET para los niños de más de seis meses. Estos
repelentes, sin embargo, son efectivos para las picaduras de mosquitos,
garrapatas y pulgas, pero no para insectos con aguijón como las abejas, los
avispones y las avispas.
Lo más importante para proteger a tu hijo de las
picaduras de insectos es tomar medidas preventivas y conocer las señales de
infecciones y reacciones alérgicas. Y si notas cualquier síntoma sospechoso, no
te esperes para buscar ayuda médica. De la rapidez con que actúes puede
depender la salud y tal vez hasta la vida de tu hijo.