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LUNES 18 FEBRERO 2019
La
Biblia, que es, los sacros libros del Viejo y Nuevo Testamento. Trasladada en
español es el título de uno de los textos más valiosos de la Biblioteca
Histórica José María Lafragua de la BUAP: la primera traducción completa de la
Biblia de los idiomas originales (arameo, hebreo y griego) al español.
Publicado en 1569, este volumen es uno de los mejor conservados de los 32 que
quedan en el mundo, sobrevivientes de un tiraje de 2 mil 600 ejemplares. De
acuerdo con Mercedes Isabel Salomón Salazar, directora del recinto
universitario, la conocida “Biblia del Oso” guarda en sí toda una historia.
El
responsable de esta traducción, Casiodoro de Reina, religioso jerónimo del
Monasterio de San Isidoro, de origen sevillano, comenzó su proyecto 10 años
antes de que su trabajo se materializara en papel. Debido a su simpatía con los
ideales del protestantismo, durante ese lapso se vio obligado a huir por
distintas ciudades de Europa, como Frankfurt, Londres, Ginebra y Amberes,
perseguido por la Inquisición de la Corona Española bajo el reinado de Felipe
II. Tras una estancia en Frankfurt, Alemania, Reina se trasladó a Londres tras
la coronación de Isabel I, quien abrazó al protestantismo en su país. El
religioso gozó incluso de una pensión por parte de la monarca, la cual perdió
en el momento que contrajo nupcias.
Ante
el acoso que sufría por espías españoles, Reina se vio forzado a huir
nuevamente, refugiándose en Amberes para luego regresar a Frankfurt, no sin
antes entregar su manuscrito al Obispo de Londres. Se cree que estando en
Frankfurt le fue devuelta la traducción. Cerca de 1564, bajo la protección de
la duquesa Renata de Montargis, tres teólogos -Antonio Del Corro, quien le
insistía a Reina completar su traducción; Marcos Pérez, un financiero español,
y el mismo Reina- estuvieron protegidos en el castillo de Montargis cerca de
Fontainebleau, lo que les permitió tener tiempo suficiente para concluir en
1566 la traducción y reunir los fondos para su impresión. Sin embargo, todavía
le tomó un año más al traductor completar sus notas y algunas otras
correcciones.
En
1567 se mudó a Basilea donde finalmente la culminó y solicitó los permisos
correspondientes para que pudiera imprimirse en un idioma distinto al latín,
griego, hebreo y alemán. Un año después obtiene el permiso de imprimir, pero el
encargado del taller de impresión, Johan Herbst, había fallecido. Ante este
nuevo obstáculo, Thomas Guarin decidió asumir la responsabilidad que implicaba
en aquel entonces imprimir el libro de un autor perseguido por la Inquisición.
Para
impedir que el tiraje fuera condenado por la Corona Española -y a modo de
seudónimo-, se decidió colocar en la portada una ilustración “cripto simbólica
[…] para hablar un poco del autor sin mencionar nunca su nombre”, comenta
Salomón Salazar, basándose en un artículo de María Dolores Alonso Rey
(Universidad de Angers, Francia).
Así,
el ejemplar que resguarda la Biblioteca Lafragua mantiene en sus primeras
páginas la imagen de un oso que, con las patas delanteras recargadas en un
árbol, lame la miel que cae de un panal.
“El
árbol representa la solidez de la iglesia católica, pero de una de las ramas
está colgado un mazo que golpea el tronco. Ese golpeteo simboliza el
protestantismo: está representado como un golpe a la estructura de la Iglesia
Católica […] el mazo rompe el panal, de donde sale la miel que cae en la boca
del oso”, afirma la especialista.
Asimismo,
la escena se complementa con abejas alrededor del panal, un recurso
característico del emblema del impresor. En conjunto, la imagen representa el
versículo 9 del capítulo 10 del libro del Apocalipsis donde se menciona: “Toma,
comételo, porque te amargará las entrañas, pero tu boca será dulce como la
miel”. Este pasaje da cuenta de lo que este libro implicó para Casiodoro de
Reina: a pesar del aprendizaje que le trajo la traducción de las escrituras de
su religión, quedó con las entrañas amargas tras la persecución de la cual fue
sujeto.
Llegada
a Puebla, una incógnita
Al
igual que muchos de los libros que resguarda la Biblioteca Histórica José María
Lafragua, no se conoce con precisión cómo llegó este volumen al Fondo
Restringido del recinto. Tras su publicación, solo se conservaron 32 ejemplares
en todo el mundo, de los cuales dos están alojados en Puebla: además del que
posee la BUAP, existe otro en la Biblioteca Franciscana, proyecto conjunto de
la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y la Provincia Franciscana del
Santo Evangelio de México.
El
ejemplar posee un sello de tinta del Colegio del Espíritu Santo, el cual a
veces crea ciertas dudas pues se ha visto que a varios ejemplares se les aplicó
dicho sello, cuyas fechas de edición son posteriores a la expulsión de los
jesuitas de Nueva España. Dicho sello aún prevalece bajo custodia de la
biblioteca. Por ello, no se ha podido determinar en qué momento ingresó.
Adicionalmente al sello, el volumen cuenta en portada con una anotación
manuscrita que da cuenta de un antiguo poseedor: “Rotterdam 1708”, la cual
vincula el ejemplar a alguna región de los Países Bajos.
Por
otro lado, la encuadernación que tiene el ejemplar es muy posterior,
corresponde a una romántica del siglo XIX con una plancha gofrada en el centro
de sus dos tapas: “Esta encuadernación para nosotros es importante porque forma
parte del corpus de encuadernaciones artísticas de la Biblioteca Lafragua y a
su vez de un catálogo colectivo que lidera la Universidad Complutense de Madrid
por medio del grupo Bibliopegia, a cargo del Dr. Antonio Carpallo Bautista”,
señala Salomón Salazar. La encuadernación, de estilo romántico con cantos
azules, tiene decorada la lomera mediante cinco entrenervios falsos decorados
con una paleta a base de una línea gruesa y otra más delgada.
Con
motivo del 450 aniversario de su publicación, la Biblioteca Lafragua ofrecerá a
mediados de año un curso que se llamará “Desde los orígenes hasta las
traducciones más modernas: La Biblia en la lengua de Cervantes (siglo XX a C. a
siglo XX d. C.)”, así como una exposición sobre la evolución de la Biblia a lo
largo de la historia, ambos en colaboración con Maná, Museo de la Biblia.
Dentro de las piezas expuestas, se incluirá un sello postal conmemorativo que
Correos de México lanzó con el grabado que motiva el nombre de la Biblia del
Oso.