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JUEVES 25 ABRIL 2019
HOMBRES
Al
alcanzar la mediana edad, muchos hombres experimentan un declive en el deseo
sexual, una disminución de su masa muscular y también más grasa alrededor de su
cintura. Se creía que esto tenía que ver con la disminución de los niveles de
la testosterona, pero un estudio reciente habla de que el estrógeno puede ser
el responsable.
Si a
pesar de ir al gimnasio todos los días, notas que tus músculos ya no se
endurecen como antes; si has empezado a notar un poco de grasa acumulada
alrededor de tu cintura y si el deseo sexual no está tan presente como antes,
estás empezando a sentir los efectos de la mediana edad. A partir de los 40
años, los hombres se dan cuenta de que algo cambia en su cuerpo.
Al
igual que en las mujeres, estos cambios se deben a la variación en los niveles
de las hormonas como la testosterona y el estrógeno. Este último siempre ha
sido protagonista en los análisis hormonales de las mujeres, pero no tanto en
los estudios en los hombres.
Sin
embargo, el estrógeno, la hormona femenina, también está presente en el cuerpo
de los varones, y parece tener un papel más importante en estos cambios de lo
que se pensaba. Un estudio nuevo publicado recientemente en The New England
Journal of Medicine es el primero que reporta la importancia del estrógeno en
los cambios que sufre el organismo masculino en la mediana edad.
El
estudio, liderado por un endocrinólogo de la Universidad de Harvard, analizó
cuál es el rol de las hormonas en el cuerpo de los hombres y cómo las
diferentes funciones del organismo se ven afectadas de acuerdo al nivel de las
hormonas. Por ejemplo, es debido al descenso de los niveles de estrógeno que la
grasa se empieza a acumular en distintas partes del cuerpo, mientras que es la
falta de testosterona la que hace que los músculos pierdan su volumen. Así
mismo, se enfatizó que las dos hormonas son necesarias para el desempeño
sexual, pues la falta de estrógeno disminuye el deseo y los niveles bajos de
testosterona impiden la erección.
La
mayor sorpresa de este estudio es que la mayoría de los síntomas que, por lo
general se atribuyen a la deficiencia de testosterona, son casi exclusivamente
responsabilidad del bajo nivel de estrógenos. Sin embargo, es importante anotar
que los niveles de testosterona no se pueden separar de los niveles de
estrógenos. Es decir, la producción de testosterona tiene un impacto directo en
la cantidad de estrógeno que tienen los hombres. Esto se debe a que una enzima
convierte parte de la testosterona en estrógeno.
Para
este estudio, 400 hombres entre los 20 y 50 años fueron reclutados para
“suspender” su producción de testosterona por un período de 16 semanas. La
mitad recibieron distintas cantidades de testosterona durante ese lapso de
tiempo mediante gel e inyecciones, mientras que la otra mitad recibió un
medicamento para también suspender la síntesis de estrógeno. Esto con el objetivo
de evaluar claramente los efectos de tener testosterona y no tener estrógeno.
Los
hombres que recibieron inyecciones o gel para mantener sus niveles de
testosterona (terapia hormonal), dijeron no haber sentido ningún cambio. Sin
embargo, aquellos a los que se les suspendió la producción de estrógenos,
fueron los que tuvieron síntomas importantes, como los bochornos o sofocos
(calores intensos) similares a los que experimentan las mujeres durante la
menopausia.
Este
estudio abre la puerta para que se hagan más investigaciones sobre el papel de
los cambios hormonales en los hombres que van más allá de la testosterona. Lo
importante es que el rol del estrógeno, tradicionalmente sólo se ha evaluado en
las mujeres, ha pasado a tomar un papel protagónico y quizás sea la clave para
combatir algunos de los síntomas y algunas afecciones que experimentar los
hombres durante la mediana edad.