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MIERCOLES 30 NOVIEMBRE 2016
DOCTORA
ALIZA
POSTED
IN NIÑOS Y ADOLESCENTES, VIDA SALUDABLE
“Es fácil de prevenir con la vacuna”
El
brote más reciente de sarampión en California, que se ha esparcido a 17 estados
y a México, nos recuerda la importancia de las vacunas. Si una persona se
infecta en una comunidad en donde otras no están vacunadas, se inician brotes
que pueden llevar a epidemias. El sarampión se puede prevenir y hasta se podría
erradicar. Infórmate y no te dejes llevar por miedos infundados. Protégete y
protege a tu familia.
Empecemos
con un poco de historia. Antes de que tuviéramos vacunas, que no es hace mucho
tiempo (mediados del siglo pasado), muchas de las enfermedades infecciosas que
afectaban principalmente a cientos de miles de niños acababan en complicaciones
serias y miles de ellos fallecían. En países desarrollados en donde tenemos la
habilidad de vacunar a la mayoría de la población, estas enfermedades (me
refiero a la polio o poliomielitis, la rubeola, la tosferina o tos ferina, el
sarampión, etc.) los casos han disminuido pero, excepto por la viruela negra,
no hemos logrado erradicar ninguna de estas enfermedades. No hay que ir más
lejos que África, en donde no tienen la taza de inmunizaciones que tenemos en
Estados Unidos: en varios países de África, la polio sigue causando parálisis
en muchos niños cuando se podría prevenir.
En
2011, se reportaron 350,000 casos de sarampión a nivel mundial, cuando tenemos
una vacuna que podría haberlos prevenido. Y tanto la polio como el sarampión
pueden llegar a ser mortales.
Uno
de los factores conocidos para la transmisión del sarampión es viajar a países
en donde esta enfermedad es endémica y desde luego, la exportación del
sarampión cuando las personas de esos países viajan a otros. Y los brotes, como
el que acaba de suceder en California, enfatizan la importancia de las vacunas.
Antes de que se diera la vacuna del sarampión rutinariamente en 1963 y la que
se conoce como MMR por sus siglas en inglés (que combina el sarampión, la
rubeola y las paperas) en 1971, sólo en Estados Unidos se reportaban como
500,000 casos de sarampión anualmemte. Muchas de estas personas sufrían
complicaciones y 500 personas fallecían cada año debido al sarampión en este
país.
Afortunadamente,
habíamos logrado disminuir los casos de sarampión gracias a las inmunizaciones
a sólo 37 casos en 2004, pero debido a miedos infundados y a ignorancia, han
ido aumentando. En 2014 se reportaron 644 casos, más casos de los que hubo
sumando los 5 años anteriores. De acuerdo a los Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en
inglés), la mayoría de ellos no se habían vacunado. Y, como sucedió
recientemente, alguien puede infectarse cuando va a un parque de diversión
(como Disneyland), a un cine o a un juego de fútbol si no está vacunado, no ha
completado sus vacunas o si está en riesgo. El estado más afectado este año en
este país ha sido California, en donde se originó el brote más reciente y en
donde se han reportado 141 casos, pero en Arizona, por ejemplo, se están
monitoreando a más de 1,000 personas por posible exposición, de los cuales una
quinta parte son niños. Y ha habido casos reportados en 17 estados.
¿Cuáles
son los síntomas del sarampión?
Los
síntomas generalmente empiezan 10 a 12 días, pero puede ser hasta 21 días
después de estar expuesto a alguien con sarampión. Incluyen fiebre (hasta
105ºF), malestar general, secreción o flujo de la nariz, tos, dolor de
garganta, y enrojecimiento de los ojos. Dos a cuatro días más tarde, aparece
una erupción que se inicia rodeando el cabello, en las orejas, en la cara, el
cuerpo y los brazos y las piernas. Las complicaciones incluyen neumonía
(pulmonía), encefalitis (inflamación del cerebro) y muerte.
¿Cómo
se transmite?
Se
transmite a través de pequeñas gotas de las vías respiratorias que se
encuentran en el aire. Es muy contagioso. La persona con sarampión tiende a ser
contagiosa 4 días antes y 4 días después a que le aparece el salpullido o
erupción en la piel. Por eso, si se sospecha que alguien tiene sarampión, se
debe de aislar de inmediato.
¿Quién
debe vacunarse?
Excepto
por algunas excepciones, todos deben vacunarse contra el sarampión. La mejor
protección contra el sarampión consiste en 2 dosis de la vacuna. La mayoría de
los niños reciben la primer dosis a los 12 meses y la segunda antes de entrar a
kinder. Algunos niños que viajan internacionalmente la reciben antes del año
pero la vacuna no tiende a ser tan eficaz a esa edad.
Está
contraindicada en las mujeres embarazadas y en las personas que tienen su
sistema inmunológico (de defensa) deprimido, como las personas con VIH
avanzado.
Algunas
personas se preguntan si necesitan una inyección de refuerzo. No la necesitas
si tienes evidencia de inmunidad. La evidencia de inmunidad incluye cualquiera
de los siguientes puntos:
Si
naciste en Estados Unidos antes de 1957
Documentación
escrita de 2 vacunas de sarampión en personas que están en un riesgo alto de
contraer sarampión: personal de salud; viajeros internacionales; niños en edad
escolar
Documentación
de mínimo una dosis de una vacuna de sarampión en personas que no están en
riesgo alto
Evidencia
de inmunidad serológica, o sea un examen de sangre que demuestre measles IgG
elevado o IgG contra el sarampión alto
Nota:
los que recibieron la vacuna con el virus muerto (que se ofreció entre 1963 y
1967) deberían recibir una dosis adicional de vacuna con el virus vivo.
El
personal de salud que no llena uno de los criterios anteriores, debe de recibir
la vacuna.
¿Qué
puedes hacer si estuviste expuesto al sarampión?
Es
muy raro que alguien que haya recibido la vacuna desarrolle la enfermedad. No
es necesario hacer nada.
Las
personas que no tienen problemas con su sistema inmunológico y los bebés
menores de 6 meses y las personas con riesgo de sufrir complicaciones si
desarrollan sarampión, podrían recibir una inyección de inmunoglobulina en los
6 días inmediatos a la exposición.
Las
personas que no tienen problemas con su sistema inmunológico pueden recibir la
vacuna MMR en las 72 horas de la exposición al sarampión. Pero como siempre, lo
mejor es consultar a tu médico o al Departamento de Salud de tu área.
Algunos
padres piensan que la decisión de vacunar a sus hijos es algo que únicamente
les afecta a ellos y a su familia, pero esto no es cierto. Cuando ellos no
vacunan a sus hijos, están poniendo en riesgo a otras personas, a las mujeres
embarazadas, a las personas que tienen su sistema inmunológico (de defensa)
bajo, por ejemplo, si están en tratamiento para cáncer, a los bebés menores de
un año de edad, a las personas que no se pueden vacunar porque son alérgicos a algún
componente de la vacuna. Ya sea porque no tienen el sistema inmunológico
suficientemente desarrollado o porque no tienen las defensas que necesitan,
estos padres están poniendo en riesgo a las personas que mencioné y a sus
propios hijos a que desarrollen sarampión.
Las
vacunas no sólo son para protegerte a ti y a tus hijos y no sólo son para el
día de hoy. Podrían proteger a otros y a los hijos de tus hijos previniendo en
este caso el sarampión y en otros casos otras enfermedades que ya hemos
derrotado o casi derrotado, de que regresen.
La
mayoría de los especialistas en ética, las personas que proporcionan
recomendaciones basadas en principios morales, consideran que no vacunar a los
niños es éticamente negligente y contribuye a que algunas personas lleguen a
fallecer.
¿Qué
puede ser más importante que proteger la salud y la vida de nuestros niños y
nuestras comunidades?
Los
avances de la ciencia nos han proporcionado las vacunas para prevenir
infecciones que antes causaban epidemias que se lograron controlar y ahora
vemos que van en aumento por miedos infundados y desinformación. ¿No sería
maravilloso, por ejemplo, tener una vacuna para controlar la infección por el
virus que causa el ébola? Aprovechemos entonces las vacunas con las que si
contamos. El sarampión puede ser peligroso. Todos debemos contribuir con
nuestro granito de arena. La comunidad médica no puede combatir la epidemia por
si sola, necesita la ayuda de las escuelas y de los padres. El riesgo de la
vacuna es mínimo y los beneficios son enormes. Una vacuna es 95% efectiva en
relación a su protección contra el sarampión cuando se administra a partir de
los 12 meses, y la efectividad aumenta a 99% con 2 vacunas. Es por el bien de
todos. Vacúnate y
vacuna a tus hijos si no lo has hecho.
Imagen
© iStock / naumoid