NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
INFORMA
DOCTORA
ALIZA
PUBLICADO
EN DIETA Y NUTRICIÓN, MEDICINA NATURAL
Todo
el mundo está interesado en las dietas. Apostaría cualquier cosa a que si un
genio saliera de una lámpara y te dijera que te concede tres deseos
relacionados con tu cuerpo, seguro pedirías bajar de peso.
Piénsalo
y dime si no es cierto. Entre tu lista de fantasías puede haber cosas como
querer tener un novio como Enrique Iglesias y comprarse un Ferrari, pero la de
perder aunque sea un gramo, creo que es la número uno… ¡hasta los flacos
quieren ser más flacos! Y de los gorditos, pues ni hablar. La batalla contra
las libras de más es su pan de cada día. Y no por los panes que se comen, sino
por los que se quisieran dejar de comer.
Muchos
oportunistas se aprovechan de ese sueño colectivo que muestra a la delgadez
como el estado ideal y es entonces cuando empiezan a surgir dietas de todo tipo
que prometen efectividad a la velocidad de la luz y con un mínimo esfuerzo. Que
la dieta del atún, que la de proteínas, que ayunar, que comer piña, que no
comer después de cierta hora, que una pastillita para quemar grasas…Incluso hay
algunas dietas que se basan en premisas irrealizables: “come todo lo que
quieras, cuando quieras y vas a ver cómo desaparecen tus libras”. Qué no daría
yo por poder decir con una gran sonrisa, que esto es cierto. Pero la realidad
está lejos de la magia. Si esto fuera así de sencillo, no existiría el problema
grave de obesidad que hoy existe en este país.
Así
que no te dejes engañar. La única premisa que en realidad funciona para perder
esas libras de más es consumir menos calorías de las que quemas. Comiendo
saludablemente y haciendo ejercicio. Sin embargo, es fácil caer en las trampas
de las dietas fáciles porque a pesar de que son malas, es probable que durante
la primera etapa, sí hagan bajar de peso. Sin embargo, una dieta así por lo
general fracasa y en menos de lo que se esperaba, vuelven las libras de más. A
mucha gente que empieza esas dietas “prometedoras” le sucede que después de
cierto tiempo se dan cuenta que la pérdida de peso no es duradera, por lo cual
toman medidas extremas como aguantar hambre, a lo cual sigue la frustración y
luego el desahogo que sin duda los llevará al mismo punto en el cual empezaron.
Entre las dietas de la que es necesario desconfiar porque no producen
resultados a largo plazo están:
Las
dietas que se enfocan en un solo tipo de comida o grupo de alimentos: por
ejemplo la de sólo vegetales, la de la toronja, la del atún. Los humanos
necesitamos ingerir nuestros nutrientes de varios grupos de alimentos. (Además,
no tardarás en aburrirte de la toronja y comerás desaforadamente porque ya no
puedes ver una más).
Las
dietas de “detoxificación” o “desintoxicación” (como el Master Cleanse, la
dieta aleluya, los lavados de colon) son regímenes extremos que son altamente
sospechosos. Todas estas dietas de limpieza son innecesarias y además, no
existe una base científica que pruebe su veracidad. Nuestro cuerpo está bien
equipado con órganos encargados de la limpieza como los riñones y el hígado.
Las
dietas con comidas o ingredientes “milagrosos”. Todas las porciones, enzimas y
píldoras mágicas son una mentira.
El
ayuno y las dietas de bajas calorías (Master Cleanse, la dieta Hollywood). El
ayuno es parte de tradiciones y creencias religiosas, y está bien hacerlo por
un día, pero por varios y con el objetivo de perder peso, es contraproducente.
¿Por qué? Sencillamente porque cuando consumes muy pocas calorías el cuerpo
piensa que estás muriendo de hambre y ajusta el metabolismo. No obstante,
cuando vuelves a comer normal, el metabolismo se ajusta nuevamente y vuelves a
subir de peso y acumulas grasas (se conoce como el síndrome del yoyo o el
efecto rebote).
Si
necesitas más razones para no dejarte engañar, visita a un nutricionista
registrado para que te despeje las dudas y te diseñe un programa de acuerdo
a tus necesidades. Exígele su licencia ya que no todos los que
dicen ser nutricionistas lo son.
También puedes empezar por identificar cuáles son los hábitos que te
hacen engordar. Ponle atención a tus debilidades y no esperes que se te
aparezca el genio de la lámpara, porque en cuestión de peso nada se logra por
arte de magia, pero sí con cambiar nuestra forma de pensar, no ver la pérdida
de peso como una dieta pasajera, sino como una modificación de nuestros hábitos
alimenticios y de ejercicio para mejorar nuestro estilo de vida a uno más
saludable.
Actualización
de un artículo de la Dra. Aliza originalmente publicado en “People en Español”
en Abril, 2009.
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