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MIÉRCOLES 28 FEBRERO 2018
DOCTORA
ALIZA
PUBLICADO
EN EJERCICIO
Si
tienes algún problema de salud crónico y crees que eso te impide hacer
ejercicios, sigue leyendo porque este artículo te puede interesar. Aquí te
contamos qué tipo de actividades físicas te ayudan no sólo a prevenir sino
también a mejorar los síntomas de enfermedades como las que afectan al corazón,
la diabetes, la hipertensión y el cáncer, entre otras.
Posiblemente
hayas leído o escuchado recomendaciones sobre las ventajas de hacer ejercicio y
todo el bien que puede aportar a tu salud, pero aún así te cuesta crear una
rutina y cumplirla, entre tantas obligaciones y cuestiones que debes atender a
diario. Calma, ésta es una situación muy común, y más aún si padeces alguna
enfermedad crónica que te desanime. Algunas personas dejan de hacer ejercicios
porque creen que ya no están en condiciones físicas de hacerlos, y abandonan
los esfuerzos.
José,
por ejemplo, tiene problemas de corazón hace muchos años. Desde su primer
infarto los médicos le aconsejaron que dejara el cigarrillo, que modificara su
dieta y que saliera a caminar al menos media hora todos los días, para ayudar a
su corazón a recuperarse.
Sin
embargo, José tardó años en dejar de fumar, todavía le cuesta cuidarse con
algunas comidas y su corazón se ha debilitado tanto que hoy le cuesta caminar
apenas 5 minutos. A veces, mientras lee el periódico o al mirar televisión, su
mente se dispersa y piensa arrepentido que su situación podría ser otra si
hubiera escuchado las advertencias a tiempo.
Otro
caso es el de Andrea. Desde que detectó que tiene presión alta, ha dejado de
hacer ejercicio porque alguien le dijo que eso podría hacerle mal, y ella, por
supuesto, tiene miedo de que así sea. Sin embargo, una rutina de actividad
física es de gran ayuda para mantener una presión arterial normal y estable,
sólo es necesario tener ciertos cuidados al practicar los ejercicios. Lo mismo
ocurre para personas con cáncer, osteoporosis y problemas del corazón.
¿Hay
algún tipo de ejercicio que sea mejor que otro para cada una de estas
condiciones? Pues sí. Si bien una rutina de ejercicios suele incluir varios
tipos de ejercicios, por ejemplo aeróbicos y de resistencia, algunos pueden ser
más apropiados que otros de acuerdo a cada caso. Por eso siempre es importante
que le consultes a tu médico qué cuidados debes tener y si debes evitar algún
movimiento o esfuerzo en particular.
Los
ejercicios aeróbicos, por ejemplo, han demostrado ser buenos para la enfermedad
cardiaca, el nivel alto de colesterol, la diabetes, la presión alta, la
apoplejía, el cáncer y las enfermedades pulmonares, aunque en algunos casos,
por ejemplo, pueden recomendarte caminar en vez de correr, para no agitarte
tanto.
Los
ejercicios aeróbicos son aquellos de los cuales escuchamos hablar más
frecuentemente. Están diseñados para aumentar la circulación de oxígeno en tu
cuerpo gracias al movimiento repetitivo de los grupos de músculos largos que
aumentan el ritmo del corazón.
Existen
dos tipos de ejercicios aeróbicos: unos requieren el apoyo del peso corporal y
hacen que los músculos trabajen contra la fuerza de la gravedad, como trotar,
caminar o bailar, y otros no usan el apoyo del peso corporal y la fuerza de
gravedad no juega un papel importante: es el caso de andar en bicicleta, nadar
o remar.
Además,
existen los que se llaman ejercicios anaeróbicos, entre los cuales se incluyen
el estiramiento, el yoga y los ejercicios de resistencia con pesas, que buscan
fortalecer los músculos. Esto es importante, por ejemplo, cuando tienes
osteoporosis, ya que los músculos fortalecidos pueden ayudar a los huesos
debilitados por la enfermedad a sostener el peso del cuerpo. En los casos de
osteoporosis, además es aconsejable complementar los ejercicios de resistencia
con los aeróbicos con apoyo del peso corporal.
Cuando
los ejercicios de resistencia se combinan con los aeróbicos sin apoyo del peso
corporal, en cambio, se convierten en una buena alternativa para combatir los
síntomas de la artritis, una enfermedad de los huesos que puede ser muy
dolorosa y limitar tu capacidad de moverte. Las actividades en el agua son
ideales en estos casos
Estas
combinaciones también son efectivas en otros casos. Así, por ejemplo, hacer los
ejercicios de resistencia combinados con los aeróbicos de cualquier tipo es
bueno para combatir la diabetes , el cáncer y la apoplejía o derrame cerebral,
que ocurre cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre y oxígeno al cerebro se
revienta o se obstruye por una placa o un coágulo de sangre. En este último
caso, además, también es importante incluir en la rutina los ejercicios de
estiramiento.
Antes
de iniciar una rutina de ejercicios, no te olvides consultar con tu médico. Y
si hace mucho que no haces ejercicio recuerda que debes empezar poco a poco y
no exigirle más a tu cuerpo de lo que puede dar. Lo importante es mantener la
constancia. Si lo haces, verás que con el tiempo comenzaras a notar los buenos
resultados.
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