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LUNES 26 FEBRERO 2018
DOCTORA
ALIZA
PUBLICADO
EN CORAZÓN, NIÑOS Y ADOLESCENTES
Muchos
niños actualmente sufren de hipertensión, lo cual los pone en riesgo de padecer
accidentes cerebrovasculares de forma prematura. La mala alimentación y la
epidemia de obesidad contribuyen principalmente a la presión arterial alta en
la infancia.
El
estilo de vida sedentario y el ritmo de vida rápido que hacen que muchas
familias coman comida chatarra, son los culpables de que actualmente muchos
niños padezcan de una condición que, por lo general, se asocia con las personas
adultas: la hipertensión o presión arterial alta.
De
acuerdo a datos publicados por la Asociación Americana de Pediatría, se estima
que cinco de cada 100 niños tienen una presión arterial más alta de lo normal,
aunque menos de 1 en 100 tienen hipertensión significativa.
No
obstante, un estudio realizado recientemente por unos investigadores de la
Universidad de Harvard que analizó a más de 3,200 niños entre los 8 y 17 años,
dice que el riesgo de que los adolescentes estadounidenses tengan presión
sanguínea alta aumentó en un 27 por ciento en un período de 13 años. Este
aumento va de la mano con el aumento de la obesidad y el consumo de sal, que
también se incrementó.
Es
probable que por esa misma razón también las tasas de los accidentes
cerebrovasculares entre los niños hayan aumentado en los últimos años, pues la
hipertensión es un factor de riesgo importante para que se presenten.
Ante
este panorama, ¿qué se puede hacer? Principalmente, observar los hábitos
alimenticios para ajustar la dieta y aumentar la cantidad de ejercicio que
hacen los niños.
Para
lograrlo, es importante reducir el consumo de sal y por consiguiente, de los
alimentos procesados y las bebidas como los refrescos o sodas. Por ejemplo,
aunque parezca que tomar bebidas como Gatorade no tengan nada que ver con la
hipertensión, van de la mano. De acuerdo a los autores del estudio, “un niño
que bebe Gatorade mientras ve televisión o juega en la computadora se está
intoxicando con sal”.
Reducir
el sodio en la dieta de los niños es clave para evitar la presión arterial alta
y los accidentes cerebrovasculares a temprana edad. El estudio encontró que el
consumo exagerado de sodio es un factor de riesgo entre los niños. Datos
proporcionados por los investigadores hablan de que los estadounidenses
consumen en promedio 3,400 miligramos (mg) de sal al día, es decir, más del
doble de lo que recomienda la Asociación Americana del Corazón que es de 1,500
mg diarios.
Entre
los síntomas de la hipertensión se encuentran:
Dolor
de cabeza
Mareo
Fatiga
Dificultad
para respirar
Alteraciones
de la vista
Para
confirmar si un niño tiene hipertensión, el médico ordenará pruebas de sangre y
orina. Recuerda que la presión normal en los adultos es de 120/80 mm-Hg, pero
en los niños puede variar de acuerdo a su edad, a su peso y a su estatura.
Una
vez que se diagnostica la hipertensión, el pediatra buscará la causa para
determinar el tratamiento. Si la obesidad es la culpable, bajar de peso
llevando una alimentación balanceada y aumentado la actividad física serán
indispensables. Limitar el consumo de
sal, como mencioné anteriormente,
también es crucial. Para ello, es importante que revises el nivel de
sodio en las comidas que vienen empacadas o envasadas y que en los restaurantes
pidas que te cocinen tu plato sin sal, pues siempre tienden a exagerar.
En
caso de que la hipertensión no mejore con estas medidas o sea severa desde el
principio, el especialista (un nefrólogo pediátrico o un cardiólogo pediátrico)
podría recetar medicamentos para lograr regular la tensión en los pequeños.
Si
sospechas que tu hijo(a) podría tener presión arterial alta por sobrepeso o
mala alimentación, consulta con tu pediatra de inmediato.
Imagen
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