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LUNES 28 MAYO 2018
El
sismo del pasado 19 de septiembre afectó 172 mil viviendas en varios estados de
México. Gran parte de estos inmuebles están en Puebla. Conscientes de su
vocación social, estudiantes de la BUAP decidieron sumarse a esfuerzos de
gobiernos y empresas encaminados a devolver un techo seguro a los damnificados.
Entre ellos, una veintena de universitarios de la Facultad de Ingeniería
participó en el Taller de reparación y reforzamiento de una vivienda, del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En
Santa Cruz Cuautomatitla, municipio de Tochimilco, del 2 al 4 de mayo, se
instruyeron en el uso de buenas prácticas internacionales para aplicar técnicas
de reforzamiento (en contextos similares) seguras, sencillas y de bajo costo,
como el enchapado de paredes. Fue un esfuerzo conjunto entre el PNUD, la
sociedad cooperativa Tosepan Titataniske y la BUAP, a través del Centro
Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder) y la
Facultad de Ingeniería.
Derivado
de este trabajo, se piensa generar un manual de buenas prácticas para la
reconstrucción parcial de las 142 viviendas de esta comunidad que no sufrieron
daño total, con la asesoría de quienes participaron en dicha capacitación, para
disminuir el riesgo de que queden igual o más vulnerables que antes de los
sismos, por la falta de un acompañamiento técnico adecuado.
La
coordinadora del Proyecto Programa de Apoyo a la Recuperación Temprana
PNUD-México, Mónica Martínez Cadena, el director de la Facultad de Ingeniería,
Fernando Lazcano Hernández, y el representante de Cupreder, Vicente Nolasco
Valencia, celebraron esta colaboración interinstitucional, durante la entrega
de constancias de participación del taller impartido por el ecuatoriano
Patricio Placencia Andrade, consultor estructurista del Programa de Vivienda de
PNUD-México.
En
dicho acto, Lazcano Hernández sostuvo que lo más importante es poder ayudar,
“que los jóvenes puedan hacerlo desde un nivel técnico y, después, con las
manos. La Universidad tiene esta vocación social y los ingenieros son
conscientes de ello”. A su vez, Martínez Cadena expresó que para el PNUD es
importante contar con la fuerza de los jóvenes y que un proyecto tiene éxito
porque hay coordinación.
“Esta
colaboración reúne los elementos: el apoyo de la iniciativa privada, la BUAP,
cuyo invaluable apoyo nos da prestigio a Naciones Unidas, y la sociedad misma,
donde se queda la idea de voltear siempre a la gente que le hace falta. La
Universidad hace bien esto: ser solidarios y generosos. Así como los organismos
multinacionales y los gobiernos locales”, indicó.
Por
su alto potencial de ser reforzada, particularmente sus muros, el taller
comunitario teórico-práctico se impartió en la casa de don Gil, una de las 142
viviendas parcialmente dañadas y censadas por Cupreder, en Santa Cruz
Cuautomatitla, en la Región Mixteca.
Carlos
Bustos Mota, profesor de la Facultad de Ingeniería y enlace BUAP del proyecto,
comentó que dicho censo fue realizado por Cupreder, que contabilizó además 75
casas con daño total, en Cuautomatitla. El modelo de rehabilitación parcial
inició en esta comunidad debido a que la dependencia universitaria la definió
como una comunidad adecuada por el tipo de organización social, el cual
favorece la articulación por sus diferentes consejos ciudadanos.
Destacó
la participación de la cooperativa Tosepan, pues fue la organización encargada
de conseguir fondos económicos de la Fundación Banorte, con los cuales se cubre
los gastos que no son subsanados por Fondo de Desastres Naturales. Así, con
este fideicomiso o sin él, estas viviendas serán reconstruidas. Se espera
replicar este modelo de reconstrucción parcial en otras comunidades. Cabe
señalar que los universitarios también colaboran en la reconstrucción de las 75
viviendas dañadas totalmente, pero bajo otro esquema.
Bustos
Mota explicó que a través de talleres comunitarios teórico-prácticos se
refuerza una vivienda real, como la casa de don Gil, generando capacidades que
permiten a los afectados involucrarse de manera directa en los procesos de
reconstrucción, tomar decisiones sobre su propia vivienda y promover la
inclusión de mujeres y jóvenes.