NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
INFORMA
NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓN noticiasdeteziutlan@hotmail.com
VIERNES 29 JUNIO 2018
PUBLICADO
POR: DOCTORA ALIZA
Las
investigaciones han demostrado que los niños que crecen con una buena
autoestima, crean un concepto de sí mismos favorable que los equipa con las
herramientas necesarias para lidiar de manera más adecuada con las exigencias
del mundo externo. En este artículo te voy a dar unos consejos muy prácticos y
útiles para ayudar a tus hijos a manejar una autoestima adecuada.
La
autoestima es el valor que nos asignamos a nosotros mismos y que se relaciona
con cuánto nos aceptamos como somos y qué tan satisfechos estamos con nosotros
mismos. Esto a su vez se relaciona con el grado en que creemos que tenemos
derecho a ser felices y cuánto respetamos y defendemos nuestros propios intereses.
Las
investigaciones sugieren que una de las mejores formas de contar con una buena
autoestima es tener padres que la posean y la modelen.
Si
además nuestros padres nos crían con amor y respeto; nos permiten experimentar
una aceptación consistente y benévola; nos dan una estructura de apoyo con
reglas razonables y expectativas adecuadas; demuestran su confianza en nuestras
aptitudes y virtudes…. Entonces tenemos
una probabilidad considerable de internalizar (hacer propias) estas actitudes y
por lo tanto adquirir la base para una autoestima saludable.
Los
niños con una autoestima alta:
Son
seguros de si mismos.
Tienen
confianza en sus capacidades.
Pueden
reconocer sus errores y aceptarlos.
Saben
que cuentan con apoyo, afecto y aceptación de sus padres.
Se
valoran a si mismos.
Aprenden
a defender sus derechos y sus puntos de vista.
La
autoestima se desarrolla desde la infancia, primero a través de la relación con
los padres y posteriormente con el grupo familiar y social.
¿Cómo
se forma la autoestima?
Desde
la infancia, los adultos podemos nutrir la confianza y el respeto de los niños
hacia sí mismos, dependiendo de si los respetamos, les demostramos cariño de
forma incondicional, los valoramos y los alentamos a tener confianza en sí
mismos.
El
desarrollar la autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser felices.
La
autoestima, en cualquier nivel, es una experiencia íntima; reside en el núcleo
de nuestro ser. Es lo que YO pienso y siento sobre mí mismo, no lo que otros
piensan o sienten sobre mí.
¿Qué
podemos hacer como padres para que nuestros hijos tengan una autoestima alta?
Comunicar
pensamientos y valoraciones positivos.
Evitar
comparaciones desfavorables entre hermanos o amigos.
Mostrarles
que los queremos y confiamos en lo que dicen y hacen.
Elogiar
el esfuerzo y los logros alcanzados por nuestros hijos.
Tener
expectativas realistas hacia ellos.
Fortalecer
y reforzar de manera constante sus cosas positivas.
¿Cuáles
son los errores en la educación de los hijos que impiden la formación de una
autoestima alta?
1.
Manejar al niño en función de premios y castigos.
Cuando
se maneja al niño con premios y castigos, éste aprende que es valioso sólo
cuando hace lo que las demás personas quieren y que para ganar un premio debe
ser mejor que las demás personas. Al hacer esto, estamos haciendo que se valore
en relación con la competencia con otras personas y no en relación a sus
propios logros. Esto lo llevará a hacer las cosas por razones exteriores y no
por sus propia motivación.
2.
Tener expectativas que no corresponden a la edad o a las características del
niño o la niña.
Comparar
al niño con otras personas hace que nos formemos expectativas equivocadas. Es
importante considerar que cada persona es diferente y tiene ritmos distintos
para lograr sus objetivos. Aspirar a la perfección hace que el niño nunca o
pocas veces logre satisfacer a los padres. Ejemplo: “Ya te salió mejor este
dibujo, pero el de tu compañerito estaba perfectamente bien terminado”.
El
niño seguramente se sentirá más satisfecho consigo mismo y más motivado a hacer
un esfuerzo si se le dijera “Cada vez dibujas mejor, me encanta este dibujo”.
3.
Resaltar los errores y no los logros.
Por
lo general, tendemos a hablar de los
problemas con nuestros hijos, de los errores que cometen, en vez de hablar de
las satisfacciones que nos dan y de sus logros. Por ejemplo, nos fijamos en el
juguete que le faltó guardar en vez de felicitarlo por todos los que sí guardó;
o resaltamos la materia en la que obtuvo baja calificación en lugar de elogiar
el éxito en las otras actividades escolares. De esta manera “olvidamos”
reconocer los logros y le damos más atención y más valor a los fracasos.
Recomendaciones
para ayudar a nuestros hijos a incrementar su autoestima:
Mostrarles
aprecio y reconocimiento por las actividades en que sobresalen y apoyarlos en
las que se sientan inseguros o poco aceptados. Esto lo podemos lograr si le
enseñamos nuevas habilidades o les mostramos las que ya poseen y no las están
reconociendo ellos mismos. Es recomendable reconocer abiertamente su esfuerzo y
hablarle positivamente acerca de sus habilidades.
Prestarle
atención al niño cuando lo necesite. Se recomienda escucharlos y demostrarles
que nos interesa lo que dicen, mirándolos a los ojos y en ocasiones
repitiéndoles lo que entendimos para verificar qué quieren decir.
Demostrarles
a los hijos afecto con caricias, abrazos, frases estimulantes como, “ estoy muy
orgulloso de ti” “haz hecho un trabajo
magnífico”. Se sugiere hacerlo de manera espontánea y cuando sea real; los
niños perciben fácilmente si el estímulo es sincero o no.
Elogiar
sus esfuerzos: “Limpiaste muy bien la mesa”, “te quedó muy bien ese cuadro”.
Reconocer
sus intentos de relacionarse con las demás personas: “Que bueno que le
prestaste tus carritos a Juan”.
“Hoy
me ayudaste mucho a cuidar a tu hermanito”.
Crear
un ambiente donde podamos expresar lo que sentimos, hablando de nuestros
sentimientos abiertamente.
Darle
pequeñas sorpresas como recaditos cariñosos, un dibujo, una tarjeta de
felicitación, etc.
Compartir
aficiones e intereses con el niño. Por ejemplo, hacer un deporte juntos,
invitarlo a un concierto o simplemente sentarse con el niño a jugar un juego de
mesa en familia.
Resaltar
sus características especiales: “Eres muy bueno en trabajo manual”, “cuando me
ayudas en el jardín las flores se ponen bonitas”.
Aceptar
y respetar sus ideas, animándolo para que las lleve a cabo aunque sean
diferentes a las nuestras.
Respetar
la intimidad de su habitación y permitirle que lo decore como a él le gusta.
Permitirle
que cumpla con sus responsabilidades a su manera, para que así descubra por sí
mismo sus cualidades y habilidades.
Mantener
un sentido del humor ante los errores. Esto nos permite relajarnos y observar
nuestras fallas desde una perspectiva más sana.
Permitir
que lleve a cabo su trabajo y obligaciones a su ritmo.
Comprender
sus fracasos y apoyarlo cuando necesite ayuda. No es necesario ser el mejor o
ganar siempre, ni es posible ser perfecto en todo. Por ejemplo: “Esta calificación
en tu trabajo nos va a servir mucho, porque aquí tenemos señalado con estas
crucecitas lo que debemos repasar para el próximo examen. No te preocupes yo te
voy a ayudar”.
Actualización
de un artículo originalmente publicado en el 2010.
Imagen
© iStock / LattaPictures