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JUEVES 1 NOVIEMBRE 2018
PUBLICADO
POR: DOCTORA ALIZA
Un
estudio a largo plazo realizado por la Escuela de Salud Pública de la
Universidad Tulane, en Nueva Orleans, llegó a la conclusión que para perder
peso y mejorar la salud cardiovascular resulta más efectivo reducir la cantidad
de carbohidratos que cortar las grasas, incluso cuando no se cuentan las
calorías ni se cambia el nivel de actividad física. Entérate aquí de los
detalles.
Para
perder peso se ha intentado todo: dietas líquidas, bajas en calorías, con menos
carbohidratos o con alto contenido en proteínas… Con seguridad habrás probado
alguna que otra con resultados más o menos favorables. ¿Existe en realidad una
estrategia que funcione mejor que las demás cunado se trata de perder peso y
mejorar la salud? Un estudio reciente patrocinado por los Institutos Nacionales
de Salud y publicado en la edición de septiembre del medio Annals of Internal
Medicine al parecer ha encontrado una respuesta satisfactoria a esta pregunta.
Según
los resultados, las personas pueden
reducir drásticamente su riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y
a la vez perder peso, consumiendo menos carbohidratos al día. Esta sería una
estrategia más efectiva para reducir la
grasa corporal y el peso en general que la de limitar la cantidad de grasa que
se consume diariamente.
Para
medir los efectos de la dieta en un segmento amplio de la población, los
investigadores incluyeron en el estudio a 148 individuos con una edad promedio
de 47 años y un promedio de índice de masa corporal (IMC) de 35 (lo que los
situó en la categoría de obesos), Sin embargo, ninguno padecía ni diabetes, ni
deficiencia renal, ni enfermedades cardiovasculares. Más del 85 por ciento eran
mujeres y la mitad pertenecían a la raza negra y a ninguno se les permitió
tomar medicamentos recetados para perder peso.
Se
dividió a los participantes en dos grupos al azar. A un grupo se le asignó a
una dieta reducida en carbohidratos, con un mínimo de 40 gramos de
carbohidratos al día (el equivalente a dos tostadas aunque durante el
transcurso del estudio esta cantidad fue aumentando). Este grupo siguió una
dieta muy parecida a la dieta Atkins, alta en proteínas, grasas y baja en
carbohidratos. En general se les recomendó consumir principalmente proteínas y
grasas y seleccionar alimentos altos en grasas no saturadas, como el pescado,
el aceite de oliva y los frutos secos, aunque se les permitió comer alimentos
de contenido más alto en grasas saturadas, como el queso y la carne roja.
El
segundo grupo siguió una dieta baja en grasas (menos de un 30 por ciento del
total de calorías diarias) y más alta en carbohidratos, que incluyó más granos,
cereales y alimentos ricos en almidón (como es el caso de los tubérculos como
la papa/patata y el boniato/camote).
A los
dos grupos se les sugirió que consumieran vegetales y frutas. A ningún grupo se
le pidió que controlara el número de
calorías o que realizara ejercicio.
Aunque
por lo general los nutricionistas y los expertos en salud no recomiendan una
dieta baja en carbohidratos a largo plazo por temor a un aumento de la grasa
corporal, el colesterol y otros factores de riesgo de las enfermedades
cardiacas, el estudio reciente desmintió estos temores.
Al
finalizar el período de prueba que duró un año, el grupo que siguió la dieta
baja en carbohidratos había perdido unas 12 libras en comparación con el grupo
de dieta baja en grasa que perdió solamente unas 4 libras como promedio. Pero
además, el grupo que consumió menos carbohidratos tuvo una mejoría en sus
niveles de colesterol “bueno” (o de alta densidad) y de triglicéridos, lo que
podría atribuirse a una mayor pérdida de peso y al consumo de grasas “buenas”
(no saturadas o trans) en la dieta. Todavía más, los miembros de este grupo
redujeron su riesgo en la escala Framingham, que calcula las probabilidades de
sufrir un ataque cardíaco en los siguientes 10 años (el grupo que redujo las
grasas no mejoró en esta escala de riesgo).
A
pesar de los resultados, ¿significa esto que una dieta baja en carbohidratos es
la mejor para perder peso? No necesariamente, aunque es una buena opción.
Algunos expertos en nutrición han opinado en relación al estudio y consideran
que más que una reducción estricta de carbohidratos, lo realmente beneficioso
es una mejor selección de dichos carbohidratos y mejor control de las
porciones. También señalan que otro de los beneficios del estudio es que no
controló el número de calorías y en la vida real es más fácil sustituir
alimentos y modificar la dieta que restringirse a un número específico de
calorías.
Todos
los expertos coinciden en que no existe una dieta para perder peso perfecta que
les convenga a todos por igual. Además, en cuanto a la salud del corazón,
existe una gran cantidad de evidencia de que la dieta Mediterránea, que
contiene el tipo de grasa que favorece la salud cardíaca, como el aceite de
oliva y los frutos secos, con énfasis en más frutas y pescado, es una excelente
alternativa.
A la
larga, lo realmente efectivo es que las personas puedan realizar ajustes y
cambios en su dieta que sean favorables a su salud general para toda la vida y
no solamente para perder peso, que se recuperan en cuanto termina la dieta. Una
alimentación balanceada acompañada de ejercicio físico es la mejor alternativa
a largo plazo.
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