NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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VIERNES 28 FEBRERO 2020
Ya
llueve sobre mojado: innumerables veces te hemos advertido de que el exceso de
peso está asociado con muchas condiciones crónicas como la artritis, la
diabetes tipo 2 y las afecciones cardíacas. Pero pocos saben que también se
relaciona con varios tipos de cáncer, especialmente con el cáncer de colon.
Entérate aquí.
En
los últimos años se ha descubierto una conexión entre el exceso de peso y el
cáncer del colon. Aunque los motivos todavía no están del todo claros, los
científicos piensan que puede deberse en parte a la insulina y a otras hormonas
que el cuerpo produce para regular la acumulación de grasa, y al nivel de
azúcar en la sangre. Pero independientemente de la causa, hay evidencias
importantes de que la obesidad aumenta el riesgo de desarrollar cáncer del
colon y/o cáncer del recto (o cáncer colorrectal, como también se le llama).
Desde
el punto de vista de la medicina, la obesidad no es un término indefinido, que
significa más o menos estar “pasado de libras o kilos”. De hecho, es un término
preciso, basado en tu índice de masa corporal (IMC), que se calcula utilizando
una fórmula basado en tu estatura y tu peso. Un IMC más alto significa una
proporción mayor de grasa corporal. Los adultos con un IMC entre 18 y 25 tienen
una proporción sana de grasa en relación con su peso; entre 25 y 30 se
considera que tienen sobrepeso; mayor de 30, es señal de obesidad. Por lo
tanto, es importante que conozcas tu IMC para saber si eres obeso, y por lo
tanto, tienes mayores probabilidades de padecer de cáncer del colon.
El
cáncer del colon puede causar varios síntoma, pero éstos también pueden deberse
a otras enfermedades. Entre los más ellos están: cambios en tus hábitos para
evacuar (o defecar, o sea, para ir al baño), diarrea, estreñimiento, sangre en
las heces fecales, dolor abdominal, pérdida de peso, distensión (inflamación)
abdominal, fatiga y/o debilidad. Sin embargo, el cáncer de colon, puede estar
presente antes de que aparezcan los síntomas.
Las
buenas noticias son que tú puedes reducir el riesgo de desarrollar cáncer
colorrectal si cambias tu estilo de vida por uno más saludable.
Casi
siempre, el cáncer de colon comienza por la presencia de pólipos, que son
crecimientos no cancerosos en el colon, pero que al crecer pueden volverse
cancerosos. Las personas obesas tienen más probabilidades de desarrollar
pólipos en el colon, y corren el doble de riesgo de morir debido a este tipo de
cáncer que las que tienen un peso “normal” o, sea un peso sano.
Además
del peso, hay otros factores que aumentan las probabilidades de sufrir de
cáncer de colon, entre ellos el tipo de alimentación. La dieta diaria es
ciertamente un factor importante para disminuir el riesgo de desarrollar cáncer
y para hacer más efectivos los tratamientos. Según estudios recientes, las
personas que consumen gran cantidad de carne, sobre todo carnes rojas y carnes
procesadas, grasas, granos refinados y alimentos altos en azúcar tienen el
doble de riesgo de morir o de que el cáncer recurra después del tratamiento.
Como
disminuir el riesgo del cáncer del colon.
Lo
primero es evitar la obesidad. Empieza por averiguar tu IMC. Si tu proporción
de grasa corporal es saludable, trata de mantenerlo así. Si te pasas del peso
sano o simplemente padeces de obesidad, haz lo posible por bajarlo. Para
lograrlo, sigue una dieta alta en fibra, rica en frutas y vegetales, granos
integrales, aves y pescado, y baja en grasas saturadas, carnes rojas, carnes
procesadas, y en azúcar, sodas (refrescos) azucaradas y granos refinados. Esta
dieta no sólo reduce tus probabilidades de sufrir de cáncer del colon o morir
por esa causa, sino que también hace maravillas para tu figura.
La
actividad física es también un factor muy importante. Si mantienes una buena
actividad física por un período de 10 años, reduces a la mitad el riesgo del
cáncer del colon. Pero eso no significa necesariamente practicar actividades
muy intensas, como correr o hacer ejercicios en el gimnasio a diario. Dar
caminatas rápidas, jugar golf o patinar, por ejemplo, son actividades
moderadas, que (practicadas regularmente) reducen el riesgo del cáncer del
colon. La Sociedad Americana Contra el Cáncer (American Cancer Society)
recomienda al menos 150 minutos de actividad de intensidad moderada o 75
minutos de actividad vigorosa durante la semana.
Aunque
la actividad intensa o moderada es lo mejor, si por algún motivo no puedes
practicarla, intenta hacer mínimo una actividad ligera (como hacer alguna tarea
doméstica o caminar despacio). Moverte con lentitud es preferible a no hacer
nada.
De
todos modos, una de las maneras más efectivas de prevenir el cáncer de colon o
descubrirlo en sus inicios es hacerte un examen del colon. Esta prueba, llamada
colonoscopía, se recomienda para todas las personas, cada 10 años, generalmente
a partir de los 50 años (o antes o más a menudo si tienes factores de riesgo).
Mediante la prueba, se descubren pólipos precancerosos en el colon, que pueden
eliminarse antes de que se desarrollen en cáncer (casi siempre es posible
eliminarlos durante la colonoscopía, sin necesidad de cirugía). Si a eso le
añades una dieta sana y actividad física regular, factores que ayudan a
controlar la obesidad, disminuyes tus posibilidades de padecer de cáncer del
colon, o de evitar una recurrencia si llegas a desarrollarlo.
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