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LUNES 28 SEPTIEMBRE 2020
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a los países del hemisferio norte
que entran a la temporada de influenza a que en la vacunación contra la gripe
den prioridad a los ancianos y los trabajadores de salud, ya que existe la
posibilidad de una escasez mundial de las inmunizaciones.
“Ha
habido una mayor demanda y ahora escuchamos que algunos países que están
tratando de obtener la vacuna contra la influenza no pueden hacerlo», explicó a
periodistas en Ginebra la doctora Ann Moen, jefa de Preparación y Respuesta a
la Influenza de la OMS.
El
virus estacional de la gripe cada año se cobra cientos de miles de vidas por
causas respiratorias, y la Organización ha emitido una serie de recomendaciones
actualizadas respaldadas por el Grupo Asesor Estratégico de Expertos en
Inmunización (SAGE) para la vacunación durante el COVID-19.
Moen
asegura que el objetivo del documento es evitar que los sistemas nacionales de
salud se abrumen y que no haya «confusión» al tratar a las personas por
enfermedades respiratorias que pueden ser difíciles de diferenciar.
“Sobre
la base de una serie de consideraciones, que incluyen aliviar la carga
adicional sobre los sistemas de atención médica y las poblaciones vulnerables y
administrar suministros potencialmente limitados de vacunas contra la
influenza, SAGE ha recomendado y respaldado en la última semana que los
trabajadores de la salud y los adultos mayores sean los grupos de máxima
prioridad para la vacunación contra la gripe durante la pandemia de Covid-19”,
agregó la experta.
El
grupo de expertos desde siempre ha identificado cinco grupos clave de riesgo
para la vacunación: mujeres embarazadas (la prioridad más alta), niños,
personas con afecciones médicas subyacentes, adultos mayores y trabajadores de
la salud, sin ningún orden en particular, pero debido a la crisis actual han
decidido establecer estos dos últimos grupos como prioritarios.
“Si
es posible, todos estos grupos deben continuar vacunándose como la mejor manera
de reducir la enfermedad», apuntó la doctora, y recordó que esa medida de
protección se ha utilizado durante 50 años sin efectos secundarios adversos
conocidos.
Responder
a la demanda de vacunas será lento
Aunque
la vacuna contra la influenza no protege a las personas contra el Covid-19, una
nueva enfermedad para la que no hay cura, “si puede mantenerlas fuera del
hospital por gripe”, explicó la experta.
La
influenza estacional afecta a personas en todos los países y da como resultado
hasta mil millones de casos, de tres a cinco millones de casos graves y, en
promedio, de 290.000 a 650.000 muertes anuales relacionadas con problemas en
las vías respiratorias.
Los
indicios de que podría haber una posible escasez de vacunas contra la influenza
se remontan a abril, cuando los países hicieron pedidos a los fabricantes de
productos farmacéuticos, conscientes del aumento de la carga que la pandemia de
Covid-19 podría representar para sus sistemas de atención médica.
Responder
rápidamente al aumento de la demanda de vacunas puede ser relativamente lento,
explicó la doctora, ya que la forma más común de producirlo implica una gran
cantidad de huevos de gallina en los que se incuba el virus.
“Anualmente,
sabemos que se producen alrededor de 500 millones de dosis de esas vacunas, y
se producen bajo demanda. Basándonos en esos pedidos anticipados, hemos
escuchado que nuestros socios de la industria han podido aumentar algunos de
los cargamentos para algunos de los países y han hecho vacunas adicionales que
han sido distribuidas, pero en general parece que hay una mayor demanda que la
cantidad de vacunas que han sido producidas.