Durante los últimos
meses, el volcán Popocatépetl ha mantenido una actividad constante que mantiene
en alerta a la población circundante. A pesar de que actualmente el semáforo
volcánico se encuentra en fase 2 amarilla, el nivel constante de actividad
volcánica exige la adopción de medidas precautorias para afrontar una posible
erupción, que podría afectar a alrededor de 25 millones de personas.
Robin Campion,
investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, compartió con UNAM Global
la situación actual del Popocatépetl. Según el académico, el volcán está
experimentando un incremento gradual de actividad que aún no ha concluido,
después de un periodo de baja actividad entre 2020 y 2022.
“Podríamos llegar a
tener una actividad alta similar a la registrada en los periodos 2000-2003 y
2012-2016. Se trata de una actividad alta debido a que el volcán produce más
explosiones y es más frecuente la formación de domos de lava más grandes. No
obstante, actualmente nos encontramos por debajo de estos niveles”, señaló
Campion.
El investigador de la
UNAM pidió a la población mantenerse alerta e informada. Aunque por ahora no
hay indicios de que el volcán pueda entrar en una fase eruptiva más violenta,
tampoco se puede descartar este escenario en un futuro.
“Es probable que la
fase 2 amarilla se mantenga debido a que la actividad que ha mostrado el
volcán, en comparación con otros eventos de mayor magnitud, es inferior. Sin
embargo, es imprescindible mantener una vigilancia constante. Hasta el momento,
los efectos más notables de esta fase de actividad son la caída de ceniza, que
se ha hecho especialmente visible en Puebla, Cholula, Atlixco y Calpan”,
explicó.
Aunque la ceniza que está cayendo actualmente es muy fina y apenas llega a 1 milímetro de tamaño, el geofísico de la UNAM destacó que las autoridades locales han recomendado el uso de mascarillas. Además, apuntó que las lluvias actuales ayudan a dispersar la ceniza y que los efectos en la salud son limitados, aunque no se deben pasar por alto, pues puede causar leves irritaciones en los ojos, garganta y vías respiratorias.