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CUANDO LA PRÓSTATA AUMENTA DE TAMAÑO: POR QUÉ SUCEDE Y CÓMO ALIVIARLO

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NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓN noticiasdeteziutlan@hotmail.com
 LUNES 1 MAYO 2017



DOCTORA ALIZA

PUBLICADO EN HOMBRES

Uno de los problemas de salud más comunes que suelen tener los hombres es el denominado agrandamiento benigno de la próstata. Se estima que el 90 por ciento de los varones tendrán esta condición si llegan a una edad avanzada. Por eso aquí te contamos en qué consiste y qué puede provocar esta condición.

La próstata es una glándula reproductiva de los hombres, que tiene la misión de producir el líquido que transporta a los espermatozoides durante la eyaculación. Es una glándula pequeña, aproximadamente del tamaño y la forma de una nuez, que se encuentra debajo de la vejiga y enfrente del recto, rodeando a la uretra (que es el tubo por el que la orina sale del cuerpo).

Todos los varones nacen con la glándula prostática o próstata. En el momento del nacimiento es diminuta pero crece rápidamente cuando el niño entra en la pubertad, debido al aumento en la testosterona (conocida como la hormona masculina), que entre otras cosas, ayuda a mantener la fuerza de los músculos y la densidad de los huesos.

Cuando el varón llega a los 20 años, el tamaño de la próstata se duplica, pero luego su crecimiento se detiene durante las siguientes décadas y, por lo general, no causa problemas durante muchos años. De hecho, menos del 10% de los hombres de 30 años tienen agrandamiento benigno de la próstata.

Con el paso del tiempo, la próstata vuelve a crecer, y al hacerlo puede presionar a la uretra y provocar problemas para orinar. Esto es lo que se conoce como agrandamiento de la próstata, hipertrofia o hiperplasia prostática benigna (HPB) o hipertrofia prostática benigna, y les sucede a casi todos los hombres cuando van envejeciendo.  Se estima que muchos hombres mayores de 40 años de edad tienen un pequeño grado de agrandamiento de la próstata y para los 60 años de edad, alrededor de la mitad de los hombres tendrá este problema. Esta cifra supera el 90 por ciento de los casos cuando los hombres tienen más de 85 años de edad.

Pero espera, antes de alarmarte o angustiarte, ten en cuenta que el agrandamiento de la próstata no es un cáncer y no aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de la próstata. Es más, muchas veces ni siquiera da síntomas. Menos de la mitad de los hombres con esta condición tendrán alguno(s) de los siguientes síntomas o señales:

Goteo cuando se termina de orinar
Dificultad para comenzar a orinar o incapacidad de hacerlo (retención urinaria)
Sensación de que la vejiga no se vacía por completo
Urgencia de orinar, (sensación fuerte y repentina)
Necesidad de orinar dos o más veces, especialmente por la noche
Orinar con dolor o con sangre (pueden ser indicios de una infección)
Necesidad de hacer fuerza al orinar
Chorro de orina débil
Pérdida del control de la vejiga (incontinencia)
La severidad de estos problemas depende de cuánta presión ejerce la próstata sobre la uretra. Al principio, los síntomas pueden ser leves, debido a que el músculo de la vejiga es capaz de acomodarse para compensar la presión del agrandamiento de la próstata sobre la uretra.

Si la vejiga no se vacía por completo, la orina que queda adentro puede predisponer el crecimiento de bacterias que pueden causar infecciones urinarias frecuentes. Luego de mucho tiempo, los síntomas del agrandamiento de la próstata pueden empeorar y provocar problemas mayores. Por ejemplo: incapacidad repentina para orinar, infecciones urinarias, cálculos urinarios, lesiones en los riñones y/o sangre en la orina.

Por eso, sin importar cuánto tiempo hace que tienes esta condición, no dejes de consultar a tu médico si notas que: orinas menos de lo normal, tienes fiebre o escalofríos, sientes dolor en un costado, en la espalda o en el abdomen y/o si aparece sangre o pus en la orina.

Afortunadamente, actualmente existen distintos tratamientos para controlar el agrandamiento benigno de la próstata. Muchas veces, cuando los síntomas no son muy severos, la indicación es simplemente hacer un seguimiento de cerca sobre cómo evoluciona la condición, y sólo cuando los comienzan a interferir en la vida normal de los hombres es cuando se busca una solución.

Para ello, existen distintos medicamentos que pueden ayudar. Si eso no da resultado, también hay diferentes tipos de cirugía que logran combatir los síntomas de manera eficaz, aunque también tienen más riesgos que los otros tratamientos. Por eso es importante que consultes con un urólogo(a) para que ambos puedan definir en conjunto cual es el más apropiado para ti. El tratamiento, entre otras cosas, dependerá de tu edad, de los síntomas que tengas y de tu estado de salud en general.

Algunas preguntas que pueden ayudarte a detectar cuán grave es el problema para definir cómo combatirlo, son:

¿Cuán severos son los síntomas, y si has notado que están empeorando?

 ¿Los síntomas están haciendo que dejes de disfrutar actividades o momentos cotidianos en tu vida?

¿Conoces los riesgos asociados con cada tratamiento posible? (no dejes de consultarlos con tu médico ni tengas reparos en preguntar. Quítate todas las dudas para estar bien tranquilo).
¿Estás dispuesto a correr esos riesgos para combatir los síntomas?

¿Crees que ha llegado el momento de hacer algo para combatir tu problema de próstata o consideras que todavía puedes esperar?

Cuando los síntomas no son tan molestos, puedes seguir estas sencillas prácticas para combatirlos y sentirte mejor:

No te aguantes las ganas de orinar y aprovecha cada oportunidad que tengas para ir al baño (aunque no sientas la necesidad de orinar) tómate todo el tiempo que necesites para vaciar la vejiga por completo.

Evita el alcohol y la cafeína, especialmente después de la cena.
No bebas mucho líquido de una sola vez, ni antes de ir a dormir. Es mejor que distribuyas el consumo de líquidos en el transcurso del día.

Pregúntale a tu médico si debes cambiar o eliminar ciertos medicamentos que puedan estar empeorando el problema, como ocurre con algunos antihistamínicos, diuréticos, descongestionantes, antiespasmódicos, tranquilizantes y algunos antidepresivos.

Abrígate adecuadamente cuando bajan las temperaturas y no te expongas al frío innecesariamente. El clima frío puede empeorar los síntomas.

Mantén una rutina de actividad física para el cuerpo en general y aprende y practica los denominados ejercicios de Kegel (para fortalecer los músculos de la pelvis).

Trata de reducir el estrés y las tensiones que pueden hacer que necesites ir a orinar con más frecuencia.

Aprende a escuchar las señales que te envía tu cuerpo, sobre todo si la edad y el paso del tiempo ya comienzan a notarse en tu salud.  Recuerda que siempre puedes hacer algo para sentirte mejor y en general mucho depende de ti. Y si ya has empezado a sentir algunos de estos síntomas, o crees que algo puede estar cambiando con tu próstata, no dejes de consultar con un urólogo(a) para que juntos puedan buscar la solución más apropiada para ti.

Imagen © iStock / edelmar