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JUEVES 25 JULIO 2019
Hacer
ejercicio tiene su técnica. Además, no todos sirven para lo mismo y de la forma
en que los hagas depende mucho de que logres los resultados que te has
propuesto.
Cuando
Juana llegó a casa escuchó a Mario gritar “¡Ayúdame! No me puedo mover”. Corrió
hasta la habitación asustada, pero al verlo tirado en la cama, lo entendió todo
y soltó una carcajada. Era el primer día de gimnasio de Mario y seguramente, él
no supo cómo hacer bien los ejercicios. Si vas a empezar a hacer ejercicio, es
importante que aprendas cómo hacerlos correctamente. De lo contrario, no sólo
puedeno no ayudarte sino hasta pueden hacerte daño. A continuación encontrarás
4 de los ejercicios más efectivos y la forma correcta de hacerlos, para que no
sudes en vano.
Caminar
o trotar
Lo
más recomendable es que, si llevas mucho tiempo sin ejercitarte, empieces con
10 minutos y cada día vayas aumentando el tiempo de recorrido hasta llegar a 30
minutos. Cuando sientas que puedes caminar o trotar un poco más, no aumentes
bruscamente la velocidad sino más bien el tiempo de recorrido. Lo único que
necesitas es un par de zapatos cómodos.
Sentadillas
El
tener los músculos tonificados te permite quemar más calorías cuando haces
ejercicio. Las sentadillas son unos de los mejores ejercicios para fortalecer y
tonificar los cuadriceps, los glúteos y los tendones. Para hacerlo
correctamente imagínate que te vas a sentar en una silla. Separa tus pies para
que estén alineados con tus hombros y endereza la espalda. Dobla las rodillas y
baja la parte trasera del cuerpo. Las rodillas deben mantenerse alineadas con
los tobillos si es posible, y no deben salir más allá de la línea que marcan
los dedos de tus pies. Eso define tu límite al bajar.
Lagartijas
Las
lagartijas sirven para fortalecer el pecho, los hombros, los tríceps y los
músculos principales del tronco. Para hacerlas correctamente, acuéstate boca
abajo y coloca tus manos a la altura de tus hombros. Pon tus rodillas o los
dedos de tus pies (dependiendo de tu capacidad) en el suelo, y endereza los
brazos tratando de formar una diagonal con el cuerpo, desde los hombros hasta
las rodillas o los pies. Mantén los glúteos y los abdominales apretados
mientras bajas y subes tu cuerpo al doblar los brazos, manteniendo el torso
estable. Si eres un principiante, puedes empezar apoyándote en la altura de una
mesa, y con el tiempo ir bajando a la altura de una silla hasta finalmente
llegar al piso. Cuando te vuelvas experta con estas lagartijas básicas, puedes
hacer variedades más difíciles. Consulta con un entrenador.
Abdominales
Los
abdominales son una buena opción para lograr un abdomen plano. Hay varios tipos
pero éste es el más común: Acuéstate de espalda, dobla las rodillas para que la
planta de tus pies toque completamente el suelo y apoya tu cabeza sobre los
dedos de tus manos. Presiona la parte baja de tu espalda en el suelo, contrae
tus abdominales y empieza a levantar la cabeza lentamente, primero acercando el
mentón hacia el pecho, luego el cuello, los hombros y así hasta que despegues
del suelo la parte superior de la espalda. Algo importante: para no lastimarte
el cuello, no lo jales con las manos y no estires el mentón, no aguantes la
respiración y mantén los codos abiertos.
Si
tienes dudas, asesórate con un entrenador o un terapista físico para que no
te pase lo que le pasó a Mario, y
sobretodo, para que aproveches al máximo cada uno de los ejercicios.
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