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MIÉRCOLES 27 JUNIO 2018
“Los
problemas del sueño incrementan con el paso del tiempo”
PUBLICADO POR:
DOCTORA ALIZA
Uno de los temas que más preocupan a la gente es el
envejecimiento. Entre otros padecimientos, con la edad los patrones de sueño
tienden a cambiar. La mayoría de las personas encuentran que este proceso los
lleva a tener dificultades para quedarse dormido, se despiertan con más
frecuencia durante la noche y se levantan más temprano por la mañana. Pero no
te preocupes, hay forma de prepararse para sobrellevar estos cambios
inevitables.
Los estudios sobre este tema han cobrado tal importancia que
existen centros especializados que investigan todo lo referente a este
inevitable avance de la edad en los humanos y su repercusión en la salud. Tal
es el caso del Centro de Investigación y Educación del Envejecimiento de
Singapur (Duke-NUS) donde sus profesores encontraron pruebas de que los adultos
mayores duermen menos, debido al desgaste del cerebro, incrementando el
deterioro cognitivo y la demencia.
El envejecimiento afecta a todas las funciones del organismo,
incluido el sueño, no a todas las personas les sucede con la misma intensidad
ni en el mismo momento, ya que la edad cronológica no siempre coincide con la
fisiológica, por lo que los cambios en los patrones del sueño pueden aparecer
en algunos sujetos antes (inclusive en la niñez) y en otros más tarde.
En comparación con los adultos jóvenes se han observado varios
cambios prominentes que afectan tanto a la arquitectura del sueño nocturno como
al ritmo biológico de sueño-vigilia, contribuyendo a que el sueño en la edad
adulta avanzada se caracterice por ser más “frágil” que el de las personas más
jóvenes.
El estudio de unos investigadores de Graduate Medical School
Singapore (Duke-NUS) examinó los datos de 66 adultos mayores de China. Los
participantes se sometieron a un escáner cerebral donde midieron el volumen del
cerebro y su función cognitiva, además a través de un cuestionario se registró
la duración del sueño. Con base en lo anterior, se vio que los que dormían
menos horas mostraron evidencia de una rápida ampliación del ventrículo
cerebral, disminuyendo su rendimiento cognitivo y con mayor disposición de
desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Según ellos los adultos deben de dormir 7
horas para tener una buena salud cerebral a largo plazo.
Por otro lado, recientemente se realizó otro estudio por
investigadores de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, publicado en PLoS
ONE. Ellos buscaban conocer la posible relación entre los problemas del sueño y
la pérdida de la memoria y la productividad en las personas mayores.
El Dr. Miller, encargado de la investigación, destacó que entre
los resultados se determinó que fue la calidad del sueño y no la cantidad de
horas, lo que puede causar un futuro deterioro cognitivo a medida en que se
envejece. Asimismo, indica que la optimización del sueño a una edad avanzada
puede ayudar a retrasar el deterioro de la función cerebral y a prevenir el
descenso rápido que conduce a la demencia senil.
La recomendación de la mayoría de los investigadores es que se
debe de dormir entre 6 y 8 horas para que haya una función cerebral óptima,
para mantener una buena salud física y para evitar riesgos de desarrollar
obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades del corazón y derrames
cerebrales.
Por su parte, la Academia Americana del Sueño, a través de su
presidenta la Dra. Safwan Badr, señala que dormir es unos de los pilares de una
vida sana, y que es esencial para el funcionamiento cognitivo óptimo.
En el caso de los adultos mayores el sueño es menos profundo y más
entrecortado que en las personas más jóvenes. Una persona de 70 años sana puede
despertarse muchas veces durante la noche sin que esto se deba a una
enfermedad. Se pasa menos tiempo durmiendo profundamente y sin soñar, siendo
normal que se despierten en promedio de 3 a 4 veces cada noche. También son más
conscientes del hecho de estar despierto. La transición entre dormir y
despertarse con frecuencia es abrupta, lo que da la sensación de tener el
“sueño más ligero” que cuando eran jóvenes.
Es importante conocer que los mecanismos que regulan la vigilia y
el sueño con el avance de la edad, pierden parte de su eficacia, sin embargo,
la disminución en las horas de sueño, no afecta de manera simétrica a las
distintas fases del sueño, sino fundamentalmente al llamado “REM” o la etapa
más cercana al estado de vigilia. También podemos tener más dificultades para
empezar a dormir y conseguir un sueño reparador, continuo y profundo, ya que
despertarse más frecuentemente durante la noche es más común y durante más
tiempo.
¿Qué causa los problemas en el sueño?
Junto con los cambios físicos que se producen a medida que
envejecemos, los cambios en nuestros patrones de sueño son una parte del proceso
normal de envejecimiento. Puede haber muchos motivos que causen problemas
relacionados con el sueño.
Cuando cumplimos o superamos los 65 años de edad, nuestro horario
de acostarnos y despertarnos puede no funcionar tan bien como cuando éramos
jóvenes.
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo produce menor cantidad de
las substancias químicas, como la melatonina y algunas hormonas, como la del
crecimiento, que nos ayudan a dormir bien.
Algunos hábitos en el estilo de vida como una mala alimentación, fumar, tomar alcohol o bebidas con cafeína
pueden causar problemas para dormir.
Algunas enfermedades físicas y/o psiquiátricas, podrían no
permitirnos dormir o podría ser algún medicamento que tomamos. Sin embargo,
independientemente de la edad, cualquiera puede tener un trastorno del sueño,
como la apnea del sueño.
El síndrome de las piernas inquietas o el trastorno de movimiento
periódico de las extremidades también puede causar problemas para dormir.
Los cambios en la arquitectura del sueño o de los ritmos
circadianos o biológicos, que coordinan el calendario de nuestras funciones
corporales. Por ejemplo, las personas mayores tienden a tener sueño por la
tarde y se despiertan más temprano en la mañana en comparación con los adultos
más jóvenes. Este patrón se llama síndrome de fase de sueño avanzada, donde el
ritmo del sueño se desplaza hacia delante.
La prevalencia del insomnio también es mayor entre los adultos
mayores, que puede ocasionar mucho sueño durante el día, dificultad para
concentrarse, aumento en el riesgo de accidentes y enfermedades, estrés, así
como la reducción significativa de la calidad de vida.
Prevención de los problemas del sueño
La dificultad para dormir es un problema molesto. El insomnio
crónico es una de las principales causas de accidentes automovilísticos y
depresión. Debido a que el sueño de las personas mayores es más liviano y se
despiertan con mayor frecuencia, pueden sentirse privadas de sueño, aun cuando
su tiempo total para dormir no haya cambiado.
La privación del sueño con el tiempo puede ocasionar confusión y
otros cambios mentales, así como ser síntoma de depresión, por eso, y como
siempre te recomendamos en Vida y Salud, es muy importante que consultes a un
médico.
Las personas de edad avanzada responden de una manera diferente a
las medicinas en comparación con los adultos jóvenes. Es muy importante
consultar con un especialista antes de tomar medicinas para dormir. Algunos
antidepresivos no ocasionan los mismos efectos secundarios que las medicinas
para insomnio. Quizá un antihistamínico suave funciona mejor que una pastilla
para dormir y aliviar el insomnio a corto plazo, sin embargo, la mayoría de los
expertos no recomiendan este tipo de medicinas en los adultos mayores.
Los medicamentos para dormir, como las benzodiacepinas, únicamente
deben de ser administradas por un médico y sólo durante un periodo corto de
tiempo. Algunas de estas medicinas pueden llevar a la dependencia o adicción, y
se pueden desarrollar efectos secundarios como confusión, delirio y caídas que
lleven a consecuencias graves como fracturas (quebraduras) de huesos o golpes
en la cabeza, especialmente si se toman por mucho tiempo.
Para prevenir estos problemas es muy importante procurar
mantenerse físicamente y mentalmente activo, llevar una alimentación sana y
balanceada, evitar dormir durante el día, para poder descansar y dormir por la
noche. De este modo, facilitamos un ciclo de sueño y vigilia más claro y
diferenciado.
Tanto las terapias de comportamiento individual y los medicamentos
con receta o en combinación, se consideran medidas eficaces para tratar las
alteraciones o padecimientos del sueño. La elección del tratamiento apropiado depende
del problema que debe ser valorado por un profesional de la salud.
Si tienes insomnio, dificultad para dormir y/o tienes sueño
durante el día, habla con tu médico al respecto. Podrías tener apnea del sueño
u otro problema de salud, podría ser alguna de tus medicinas, podrías estar
deprimido, en fin….Posiblemente tenga solución y es importante que lo trates.
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