NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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MARTES 3 JULIO JULIO 2018
PUBLICADO
POR: DOCTORA ALIZA
El
estrés puede causar complicaciones en la boca, desde caries y bruxismo hasta la
aparición del herpes labial en esos momentos de mayor tensión. Si quieres saber
más al respecto, aquí te contamos porqué estar más tranquilo y relajado te
permite mantener una buena calidad de vida en general, tu boca incluida.
Ya se
sabe que el dolor de espalda o de cuello puede ser provocado por el estrés, así
como el ardor en el estómago o esas terribles jaquecas que no te dejan vivir en
paz. Pero… ¿y tu boca qué? ¿Has notado que los brotes de herpes labial te
llegan en esos momentos de mayores complicaciones y tensión? ¿No es en esas situaciones cuando te despiertas
con dolor en la mandíbula por apretar o rechinar los dientes? Todos esos
malestares también pueden ser causados o exacerbados (aumentados) por el
estrés.
Del
mismo modo, y aunque parezcan situaciones completamente desconectadas, estar
bajo una situación de estrés durante mucho tiempo también puede provocar la
aparición de caries. Esto no ocurre por arte de magia, sino por una especie de
“efecto dominó”: el estrés hace que el sistema de defensas se debilite y eso
causa una disminución de la producción de saliva. Menos saliva implica que los
ácidos aumenten y ataquen directamente al esmalte de los dientes, que es la
capa natural que los protege. De ahí a la aparición de caries no hay más que un
paso.
En
cuanto a los brotes de herpes en la boca, éstos pueden reactivarse junto con el
mal aliento (o halitosis) ante una situación de estrés mayor, como por ejemplo
tener que presentar un examen o superar algún desafío laboral. Si bien el
herpes desaparece en poco tiempo y el mal aliento no parece algo grave sino más
bien molesto, éste puede indicar la presencia de alguna enfermedad en las
encías que debilite los dientes. Por eso es importante controlarlo y revisar que
no se presente con otros síntomas como sabor amargo en la boca y enrojecimiento
de las encías (que siempre deben verse de un color rosa pálido).
Por
último, el estrés es el principal causante de lo que se denomina bruxismo, que
en pocas palabras significa apretar los dientes o hacerlos rechinar sin darse
cuenta, especialmente durante la noche. La presión constante sobre los dientes
hace que éstos se desgasten y se debiliten, y si no se corrige a tiempo, es
posible que hasta se rompan (se quiebren) o se caigan más adelante. El
tratamiento para esta condición suele ser el uso de una placa que se utiliza
durante la noche. Si a ti te pasa, no dejes de consultarlo con tu dentista,
quien podrá indicarte el tratamiento adecuado.
Además,
no te olvides de seguir algunos hábitos de higiene bucal sencillos que pueden
ayudarte a mantener tus dientes y tus encías sanos por más tiempo. Los
principales son:
Cepíllate
los dientes todos los días, por lo menos dos veces y siempre antes de
acostarte.
También
se recomienda cepillarse la lengua para mantener el aliento fresco, pero no las
encías.
Utiliza
hilo o seda dental por lo menos una vez al día.
Limita
los alimentos azucarados que consumes, sobre todo entre comidas. No fumes ni
mastiques tabaco.
Revisa
el interior de la boca con frecuencia para ver si tienes llagas que no se
curan, irritación en las encías u otros cambios.
Visita
regularmente al dentista, al menos una vez por año, para hacerte chequeos y
limpiezas.
Y
ahora a esto puedes sumarle, una vida más tranquila y relajada, sin tensiones y
estrés, que pueden poner en riesgo tu salud en general, tanto física como
emocional. Hay varias maneras de combatir al estrés, si te das cuenta de que no
puedes manejar la situación, lo mejor es tomar la sartén por el mango y pedir
ayuda profesional. Con un tratamiento adecuado podrás vivir más y mejor.
Actualización
de un artículo originalmente publicado en el 2011.
Imágen
© iStock / René Jansa