NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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MARTES 26 NOVIEMBRE 2019
La
demencia describe un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y
las habilidades sociales lo suficientemente graves como para interferir en tu
vida diaria. No se trata de una enfermedad específica, hay varias enfermedades
que pueden provocar demencia.
Aunque
la demencia generalmente implica pérdida de memoria, hay varias causas de
pérdida de memoria. El hecho de padecer pérdida de memoria no significa que
tengas demencia.
La
enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia progresiva en adultos
mayores, pero existen varias causas de demencia. Dependiendo de la causa,
algunos síntomas de demencia pueden ser reversibles.
Productos
y servicios
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Síntomas
Los
síntomas de la demencia varían según la causa, pero los signos y síntomas
frecuentes son los siguientes:
Cambios
cognitivos
Pérdida
de la memoria, que generalmente es notada por el cónyuge o por otra persona
Dificultad
para comunicarse o encontrar palabras
Dificultad
con las habilidades visuales y espaciales, como perderse mientras se conduce
Dificultad
para razonar o para resolver problemas
Dificultad
para manejar tareas complejas
Dificultad
para planificar y organizar
Dificultad
con la coordinación y las funciones motoras
Confusión
y desorientación
Cambios
psicológicos
Cambios
en la personalidad
Depresión
ansiedad
Comportamiento
inapropiado
Paranoia
Agitación
Alucinaciones
Cuándo
consultar al médico
Consulta
a un médico si tú o un ser querido tiene problemas con la memoria u otros
síntomas de demencia. Algunas afecciones médicas tratables pueden causar
síntomas de demencia, por lo que es importante determinar la causa
preexistente.
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Causas
La
demencia es causada por el daño o la pérdida de las células nerviosas y sus
conexiones en el cerebro. En función del área del cerebro afectada por el daño,
la demencia puede tener un impacto diferente en las personas y provocar
diferentes síntomas.
Las
demencias a menudo se agrupan por lo que tienen en común, como la proteína o
proteínas depositadas en el cerebro o la parte del cerebro que se ve afectada.
Algunas enfermedades se parecen a las demencias, como las que se producen por
una reacción a medicamentos o deficiencias vitamínicas, y podrían mejorar con
el tratamiento.
Demencias
progresivas
Los
tipos de demencia que progresan y no son reversibles incluyen los siguientes:
Enfermedad
de Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia.
Aunque
no se conocen todas las causas de la enfermedad de Alzheimer, los expertos
saben que un pequeño porcentaje está relacionado con mutaciones de tres genes,
que pueden transmitirse de padres a hijos. Si bien son varios los genes
diferentes que probablemente están involucrados en la enfermedad de Alzheimer,
un gen importante que aumenta el riesgo es la apolipoproteína E4 (APOE).
Los
pacientes con enfermedad de Alzheimer tienen placas y ovillos en el cerebro.
Las placas son grupos de una proteína llamada beta amiloide, y los ovillos son
ovillos fibrosos compuestos de proteína tau. Se cree que estos grupos dañan las
neuronas sanas y las fibras que las conectan.
Otros
factores genéticos podrían hacer más probable el desarrollo de la enfermedad de
Alzheimer.
Demencia
vascular. Este segundo tipo más común de demencia es causado por el daño a los
vasos que suministran sangre al cerebro. Los problemas de los vasos sanguíneos
pueden causar accidentes cerebrovasculares o dañar el cerebro de otras maneras,
como al dañar las fibras de la materia blanca del cerebro. Los síntomas más
comunes de la demencia vascular incluyen dificultades para resolver problemas,
lentitud del pensamiento, concentración y organización. Estos tienden a ser más
notorios que la pérdida de memoria.
Demencia
con cuerpos de Lewy. Los cuerpos de Lewy son grupos anormales de proteínas en
forma de globo que se han encontrado en el cerebro de personas que tienen
demencia con cuerpos de Lewy, enfermedad de Alzheimer y enfermedad de
Parkinson. Este es uno de los tipos más comunes de demencia progresiva. Los
signos y síntomas comunes incluyen actuar físicamente los sueños durante el
sueño, ver cosas que no existen (alucinaciones visuales) y problemas con la
concentración y la atención. Otros signos incluyen movimientos lentos o
descoordinados, temblores y rigidez (parkinsonismo).
Demencia
frontotemporal. Este es un grupo de enfermedades caracterizadas por la ruptura
(degeneración) de las células nerviosas y sus conexiones en los lóbulos frontal
y temporal del cerebro, las áreas generalmente asociadas con la personalidad,
el comportamiento y el lenguaje. Los síntomas comunes afectan el
comportamiento, la personalidad, el pensamiento, el juicio, el lenguaje y el
movimiento.
Demencia
mixta. Los estudios de la autopsia del cerebro de personas de 80 años o más que
tenían demencia indican que muchos tenían una combinación de varias causas,
como la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular y la demencia con cuerpos
de Lewy. Se están realizando estudios para determinar la forma en que el hecho
de tener demencia mixta afecta los síntomas y los tratamientos.
Otros
trastornos vinculados con la demencia
Enfermedad
de Huntington. Causada por una mutación genética, esta enfermedad hace que
ciertas células nerviosas en el cerebro y la médula espinal se debiliten. Los
signos y síntomas, incluida una disminución importante en las habilidades de pensamiento
(cognitivas), generalmente aparecen alrededor de los 30 o 40 años.
Lesión
cerebral traumática (TBI). Esta afección es causada con mayor frecuencia por
traumatismos craneales repetitivos. Personas como boxeadores, jugadores de
fútbol americano o soldados pueden presentar lesiones cerebrales traumáticas.
Dependiendo
de la parte del cerebro que esté lesionada, esta afección puede causar signos y
síntomas de demencia, como depresión, explosividad, pérdida de memoria y
deterioro del habla. La lesión cerebral traumática también puede causar
parkinsonismo. Es posible que los síntomas no aparezcan hasta años después del
trauma.
Enfermedad
de Creutzfeldt-Jakob. Este raro trastorno cerebral generalmente ocurre en
personas sin factores de riesgo conocidos. Esta afección puede deberse a
depósitos de proteínas infecciosas llamadas priones. La enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob generalmente no tiene una causa conocida, pero puede ser
hereditaria. También puede ser causada por la exposición a tejido cerebral o del
sistema nervioso enfermo, como un trasplante de córnea.
Los
signos y síntomas de esta afección mortal generalmente aparecen después de los
60 años.
Enfermedad
de Parkinson. Muchas personas con la enfermedad de Parkinson eventualmente
presentan síntomas de demencia (demencia por la enfermedad de Parkinson).
Trastornos
similares a la demencia que pueden revertirse
Algunas
causas de demencia o síntomas similares a los de la demencia se pueden revertir
con tratamiento. Por ejemplo:
Infecciones
y trastornos inmunitarios. Los síntomas similares a los de la demencia pueden
ser el resultado de la fiebre u otros efectos secundarios del intento del
cuerpo de combatir una infección. La esclerosis múltiple y otras afecciones
causadas por el sistema inmunitario del cuerpo, que atacan las células
nerviosas también pueden causar demencia.
Problemas
metabólicos y anomalías endocrinas. Las personas con problemas de tiroides,
bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia), muy poco o demasiado sodio o
calcio, o problemas para absorber la vitamina B12 pueden presentar síntomas
similares a la demencia u otros cambios en la personalidad.
Deficiencias
nutricionales. No tomar suficientes líquidos (deshidratación); no consumir
suficiente tiamina (vitamina B1), que es común en personas con alcoholismo
crónico; y no incorporar suficientes vitaminas B6 y B12 en la alimentación
puede causar síntomas similares a los de la demencia. Las deficiencias de cobre
y vitamina E también pueden causar síntomas de demencia.
Efectos
secundarios de los medicamentos. Los efectos secundarios de los medicamentos,
una reacción a un medicamento o una interacción de varios medicamentos pueden
causar síntomas similares a los de la demencia.
Hematomas
subdurales. El sangrado entre la superficie del cerebro y la cubierta del
cerebro, que es común en los ancianos después de una caída, puede causar
síntomas similares a los de la demencia.
Envenenamiento.
La exposición a metales pesados, como el plomo, y otros venenos, como los
pesticidas, así como el uso de drogas recreativas o el consumo excesivo de
alcohol, pueden provocar síntomas de demencia. Los síntomas pueden resolverse
con tratamiento.
Tumores
cerebrales. En raras ocasiones, la demencia puede ser el resultado del daño
causado por un tumor cerebral.
Anoxia.
Esta afección, también llamada hipoxia, ocurre cuando los tejidos de los
órganos no reciben suficiente oxígeno. La anoxia puede ocurrir debido a fuertes
apneas del sueño, asma, ataque cardíaco, intoxicación por monóxido de carbono u
otras causas.
Hidrocefalia
de presión normal. Esta afección, que es causada por el agrandamiento de los
ventrículos en el cerebro, puede causar problemas para caminar, dificultad
urinaria y pérdida de la memoria.
Factores
de riesgo
Muchos
factores pueden eventualmente contribuir a la demencia. Algunos factores, como
la edad, no se pueden cambiar. Otros pueden tratarse para reducir el riesgo.
Factores
de riesgo que no se pueden cambiar
La
edad. El riesgo aumenta a medida que envejeces, especialmente después de los 65
años. Sin embargo, la demencia no es una parte normal del envejecimiento y
puede ocurrir en personas más jóvenes.
Antecedentes
familiares. Tener antecedentes familiares de demencia te pone en mayor riesgo
de presentar la afección. Sin embargo, muchas personas con antecedentes
familiares nunca presentan síntomas y muchas personas sin antecedentes
familiares sí lo hacen, pero hay exámenes para determinar si tienes ciertas
mutaciones genéticas.
Síndrome
de Down. Hacia la mediana edad, muchas personas con síndrome de Down presentan
la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano.
Factores
de riesgo que puedes cambiar
Es
posible que puedas controlar los siguientes factores de riesgo para la
demencia.
Dieta
y ejercicio. Las investigaciones demuestran que la falta de ejercicio aumenta
el riesgo de demencia. Y aunque no existe una dieta específica que reduzca el
riesgo de demencia, las investigaciones indican una mayor incidencia de
demencia en las personas que tienen una dieta poco saludable en comparación con
las que siguen una dieta de estilo mediterráneo con alto contenido de frutas y
verduras, granos enteros, frutos secos y semillas.
Consumo
excesivo de alcohol. Si bebes grandes cantidades de alcohol, podrías tener un
riesgo más alto de demencia. Aunque algunos estudios han demostrado que
cantidades moderadas de alcohol podrían tener un efecto protector, los
resultados son inconsistentes. La relación entre las cantidades moderadas de
alcohol y el riesgo de demencia no se comprende bien.
Factores
de riesgo cardiovascular. Estos incluyen presión arterial alta (hipertensión),
colesterol alto, acumulación de grasas en las paredes arteriales
(ateroesclerosis) y obesidad.
Depresión.
Aunque todavía no se entiende bien, la depresión en la tercera edad podría
indicar el desarrollo de demencia.
Diabetes.
Tener diabetes puede aumentar el riesgo de demencia, especialmente si está mal
controlada.
Tabaquismo.
Fumar podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia y enfermedades de los
vasos sanguíneos (vasculares).
Apnea
del sueño. Las personas que roncan y tienen episodios en los que con frecuencia
dejan de respirar mientras duermen pueden tener pérdida de memoria reversible.
Deficiencias
vitamínicas y nutricionales. Los niveles bajos de vitamina D, vitamina B-6,
vitamina B-12 y folato pueden aumentar el riesgo de demencia.
Complicaciones
La
demencia puede afectar muchos sistemas del cuerpo y, por lo tanto, la capacidad
de funcionar. La demencia puede provocar lo siguiente:
Mala
nutrición. Muchas personas con demencia eventualmente reducen la ingesta de
alimentos o dejan de comer, lo que afecta su consumo de nutrientes. En última
instancia, es posible que no puedan masticar y tragar.
Neumonía.
La dificultad para tragar aumenta el riesgo de asfixia o de aspirar alimentos a
los pulmones, lo cual puede bloquear la respiración y causar neumonía.
Incapacidad
para realizar tareas de cuidado personal. A medida que la demencia progresa,
puede interferir en tareas, como el baño, vestirse, cepillarse el cabello o los
dientes, usar el baño de manera independiente y tomar los medicamentos con
precisión.
Problemas
de seguridad personal. Algunas situaciones cotidianas pueden presentar
problemas de seguridad para las personas con demencia, como conducir, cocinar y
caminar solas.
Muerte.
La demencia en etapa avanzada puede ocasionar el estado de coma y la muerte, a
menudo por infección.
Prevención
No
hay una manera segura de prevenir la demencia, pero hay medidas que podrían ser
de utilidad. Aunque se necesita más investigación, podría ser beneficioso hacer
lo siguiente:
Mantén
tu mente activa. Las actividades mentalmente estimulantes, como leer, resolver
crucigramas o juegos de palabras, y la ejercitación de la memoria podrían
retrasar la aparición de la demencia y disminuir sus efectos.
Realiza
actividad física y social. La actividad física y la interacción social pueden
retrasar la aparición de la demencia y reducir sus síntomas. Muévete más y
procura hacer 150 minutos de ejercicio por semana.
Deja
de fumar. Algunos estudios han demostrado que fumar en la edad madura o en la
vejez puede aumentar el riesgo de padecer demencia y trastornos (vasculares) de
los vasos sanguíneos. Dejar de fumar puede reducir los riesgos y mejorará la
salud.
Consume
la cantidad suficiente de vitaminas. Algunas investigaciones sugieren que las
personas con bajos niveles de vitamina D en la sangre son más propensas a desarrollar
la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. Puedes obtener vitamina
D a través de ciertos alimentos, ciertos suplementos y la exposición al sol.
Se
necesitan más estudios antes de recomendar un aumento en la ingesta de vitamina
D para prevenir la demencia, pero es conveniente que te asegures de obtener la
cantidad adecuada de vitamina D. También puede ser útil tomar diariamente una
vitamina del complejo B y vitamina C.
Controla
los factores de riesgo cardiovascular. Trata la presión arterial alta, el
colesterol alto, la diabetes y el índice de masa corporal (IMC) alto. La
presión arterial alta podría llevar a un mayor riesgo de padecer algunos tipos
de demencia. Se necesita más investigación para determinar si el tratamiento de
la hipertensión arterial puede reducir el riesgo de demencia.
Trata
los trastornos de salud. Consulta al médico para recibir tratamiento si
experimentas pérdida de audición, depresión o ansiedad.
Sigue
una dieta saludable. Mantener una dieta saludable es importante por muchas
razones, pero una dieta como la mediterránea, rica en frutas, verduras, granos
enteros y ácidos grasos omega-3, que se encuentran comúnmente en ciertos
pescados y en las nueces, podría promover la salud y reducir el riesgo de
desarrollar demencia. Este tipo de dieta también mejora la salud
cardiovascular, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de demencia. Trata de
comer pescado graso, como el salmón, tres veces por semana y un puñado diario
de nueces, especialmente almendras y nueces.
Procura
una buena calidad de sueño Practica una buena higiene del sueño y consulta al
médico si tienes ronquido fuerte o períodos en los que dejas de respirar o
jadeas durante el sueño.