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MIERCOLES 19 FEBRERO 2020
DOCTORA ALIZA
Hasta
ahora, el exceso de sal era considerado el enemigo principal de una presión
arterial saludable. Pero resulta que el azúcar es aún más peligrosa.
Las
enfermedades cardiovasculares encabezan la lista de las muertes prematuras en
los países desarrollados, y la presión arterial alta o hipertensión es el
factor de riesgo más importante que aumenta las probabilidades de padecerlas.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus
siglas en inglés) de Estados Unidos, alrededor de 67 millones de
estadounidenses padecen de hipertensión y aproximadamente la mitad de estas
personas no la tienen controlada. En el
2009, en EEUU, la presión alta se mencionó como el factor primario o
contribuyente en más de 348,000 muertes, lo que le costó al país más de 50 mil
millones de dólares. Por eso, controlarla es de gran importancia en cuestión de
salud pública.
Algunos
síntomas de la presión alta incluyen: dolores de cabeza, mareos y sangrado
nasal, pero suelen presentarse sólo cuando el problema está avanzado.
En la
mayoría de los casos, la hipertensión suele desarrollarse por años sin dar
síntomas. Aun así, puede dañar los vasos sanguíneos y el corazón mientras no se
detecta. De ahí la importancia de chequearla periódicamente y tomar medidas
para controlarla cuando está alta.
Hasta
ahora, en lo que se refiere a la dieta, los dietistas recomendaban reducir o
suprimir la sal, como medida preventiva para controlar la presión alta. Sin embargo,
un estudio reciente ha mostrado que los beneficios de reducir la sal son
pequeños, mientras que suprimirla del todo o reducirla demasiado no es bueno
para el organismo.
El
estudio, que examinó los datos de más de 100,000 pacientes, indica que el
consumo de sodio de 3 a 6 gramos al día está asociado con un riesgo menor de
muertes y de accidentes cardiovasculares, en comparación con un consumo más
alto o más bajo. Más aun: un consumo por debajo de 3 gramos al día puede ser
perjudicial.
El
estudio se publicó en la edición online de la revista Open Heart, e indica que
el azúcar que se añade a los alimentos está más relacionado con la presión
arterial y los accidentes cardiovasculares que el sodio.
Los
realmente responsables de la hipertensión parecen ser los alimentos procesados,
que proporcionan no sólo sodio, sino especialmente carbohidratos altamente
refinados. Estos últimos comprenden varios tipos de azúcar y almidones simples.
Según
los autores del estudio, la evidencia de la ciencia, de los estudios sobre la
población y de las pruebas clínicas, señalan directamente hacia el azúcar en
general, y en especial a la fructosa, que tiene un papel principal en el
desarrollo de la hipertensión.
La
sacarosa, o el azúcar de mesa (compuesta de glucosa y fructosa) es un
ingrediente común en los alimentos procesados industrialmente. Y todavía más
común que la sacarosa es el jarabe de maíz, rico en fructosa, el edulcorante
más utilizado en los alimentos procesados, sobre todo en refrescos o sodas y en
bebidas de frutas.
Recientemente
Medical News Today reportó que beber regularmente soda con altos niveles de
azúcar puede dar lugar al envejecimiento prematuro de las células inmunes y
deja al cuerpo vulnerable a enfermedades crónicas, un efecto similar al que
produce fumar.
En
pruebas realizadas durante ocho semanas o más, se mostró que un consumo más
alto de azúcar añadida a los alimentos aumenta significativamente la presión
sistólica (6.9 mm Hg) y la diastólica (5.6 mm Hg).
El
consumo excesivo de fructosa aumenta la frecuencia cardíaca, el gasto cardíaco,
la retención renal de sodio y la resistencia vascular. Todos estos factores
interactúan para elevar la presión arterial y aumentar la demanda de oxígeno
del miocardio (que es el tejido muscular del corazón).
Las
personas que consumen un 25% de las calorías de azúcar añadida a los alimentos
o más tienen un riesgo de muerte debido a enfermedades cardiovasculares casi
tres veces mayor. Incluso dosis moderadas de azúcar que se añade a los
alimentos y que se consume por períodos cortos de tiempo, pueden hacerle daño
al organismo. Pero consumir azúcar (incluyendo fructosa) en su forma natural,
como la que se encuentra en las frutas, no perjudica al organismo, sino más
bien lo beneficia.
Entonces,
como la hipertensión pocas veces da síntomas en sus primeras etapas, ¿qué
puedes hacer aparte de chequearte la presión regularmente para detectar si está
elevada y llevar una alimentación sana como mencionamos? Para empezar, sigue el
consejo del Dr. James DiNicolantonio, de Saint Luke’s Mid American Heart
Institute, y coautor del estudio: “Es una excelente medida que, en primer
lugar, reduzcas el consumo de azúcar añadida. Sólo tienes que limitar los
alimentos procesados que la contienen”.
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