Una mujer de 32 años fue sentenciada a cadena perpetua
sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de su hija de 16 meses.
Kristel Candelario dejó sola en casa a su bebé, sin
agua ni comida para irse de vacaciones 10 días el pasado junio, informó The
Washington Post.
Tras regresar, la mujer encontró a la bebé
inconsciente y llamó a los servicios de emergencia, que la declararon muerta.
La autopsia reveló que la niña sufrió durante
aproximadamente una semana, tras la cual murió de deshidratación grave e
inanición, comunicó Elizabeth Mooney, la ayudante del forense del condado de
Cuyahoga.
El mes pasado, Candelario se declaró culpable del
asesinato con agravantes de su hija. En el juicio, pidió perdón por lo que
había hecho a su otra hija y a sus padres y afirmó que pedía perdón
todos los días “a Dios y a Jailyn”.
“No intento justificar mis actos, pero nadie sabía cuánto estaba sufriendo y por lo que estaba pasando”, sostuvo la mujer, refiriéndose a sus problemas de salud mental.