NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓN noticiasdeteziutlan@hotmail.com
JUEVES 26 ENERO 2017
DOCTORA
ALIZA
POSTED
IN DIETA Y NUTRICIÓN
Invariablemente
te preguntas ¿qué hago esta vez para alcanzar mi meta de perder peso?
Seguramente has intentado una variedad de dietas y diferentes planes de
ejercicio. Esto es sin duda, una parte importante de lo que tenemos que hacer
para lograr nuestro objetivo. Pero existen otros factores que influyen además
de la alimentación, el tamaño de las porciones y la actividad física. Tienen
que ver con nuestra motivación y nuestra flexibilidad de acuerdo a unos
estudios nuevos. Sigue leyendo para que te enteres.
Cuando
Patricia me vino a ver después de que tuvo a su segundo hijo había subido tanto
de peso y estaba tan ocupada con los niños y el trabajo que aunque trató de
perder peso un par de veces sin lograrlo, empezó a darse por vencida. Gran
parte de su problema era que tenía expectaciones que no eran realistas. Ella
esperaba que si estaba poniendo el esfuerzo, debería ver resultados inmediatos,
persistentes y constantes. Tener metas que no son realistas puede ser incluso
más dañino. Lo que le pasaba a Patricia es que cuando se frustraba,
inmediatamente comía. Y como a Patricia, le sucede a muchas personas. Entender
esto puede ser el primer paso para lograr bajar de peso. Pero hay más.
De
acuerdo a un estudio publicado recientemente, para que tengas éxito, debes por
un lado ser flexible y plantearte metas de peso con un valor inferior y uno
superior en lugar de un número fijo y al mismo tiempo, concentrarte en por qué
quieres bajar de peso y no en cómo lo quieres lograr.
Además,
dos estudios publicados en el Journal of Consumer Research, mencionan que entre
los factores que influyen en que las personas alcancen o no sus metas para
bajar de peso o para ahorrar dinero, están tanto el tipo de objetivos que se
plantean como su actitud.
Respecto
al primer punto, los autores Maura L. Scott (Universidad de Florida State) y
Stephen M. Nowlis (Universidad de Washington en St. Louis) publicaron un
estudio en el que establecieron que aquellas personas que son ambiciosas pero
al mismo tiempo flexibles, tienen más probabilidad de alcanzar sus objetivos.
Encontraron que la gente se plantea dos tipos distintos de metas: las que
tienen niveles inferior y superior (por ejemplo, perder 1 a 2 kg esta semana) y
aquellas en que el objetivo es único (perder 1.5 kg esta semana).
Así,
los personas tienen continuamente la opción de elegir el tipo de meta que se
plantean y pueden repetir varias metas a través del tiempo. Por ejemplo, las
personas con frecuencia cambian diferentes objetivos como bajar de peso,
ahorrar dinero o mejorar su rendimiento en la actividad física.
En el
estudio, las personas incluidas en un programa de pérdida de peso establecieron
ya fuera metas de rango bajo y alto o metas de un número único. Aun cuando no
hubo diferencia en la pérdida de peso promedio real entre los dos grupos al
final del programa, las personas que tenían objetivos de rango bajo y alto
nuevamente se incluyeron en el programa, pero esta vez con objetivos más altos.
Debido
a su flexibilidad, una meta de rango bajo y alto ofrecen lo mejor de ambos
mundos, comparado con un objetivo de número único, el nivel alto del objetivo
(perder 2 kg) aumenta el reto de la meta, mientras que el nivel bajo del
objetivo (perder 1 kg) aumenta la posibilidad de alcanzarlo. Por otro lado, una
meta de número único (perder 1.5 kg) puede percibirse como un compromiso y por
lo tanto, al mismo tiempo tanto menos retador como que se puede lograr con
menos facilidad.
Los
autores concluyeron que “las personas son más propensas a tratar de llegar a
una meta cuando establecen un objetivo de rango bajo y alto, en lugar de una
meta de número único, ya que experimentan un mayor sentimiento de logro cuando
la meta es simultáneamente tanto alcanzable como retadora y esto los hace
continuar o incluso plantearse un objetivo más ambicioso”. En lo que respecta a
la actitud, el preguntarse “por qué” en lugar de “cómo”, ayuda a las personas a
alcanzar sus metas. A esto me refiero cuando hablo de que seas flexible.
Por
otro lado, de acuerdo al otro estudio publicado también en el Journal of
Consumer Research, a la gente que se enfoca en cómo alcanzar una meta le más
difícil lograr sus objetivos, que a aquellas personas que piensan en forma
abstracta sobre el por qué quieren hacer algo.
Los
investigadores Julia Belyavsky Bayuk (Universidad de Delaware), Chris
Janiszewski y Robyn LeBoeuf (Universidad de Florida), plantearon que te
imagines a un persona en un centro comercial cuya meta es ahorrar dinero: hace
un plan de ahorro para lo cual, por ejemplo, adquiere menos prendas de vestir.
Ellos investigaron cómo dicho plan influyó en la respuesta de la persona a
otras oportunidades de ahorro. Por ejemplo, ¿la persona sería más propensa a
ordenar un platillo más barato en el restaurante? o ¿evitaría que se caiga en
la tentación de comprar más?”
Encontraron
que cuando la gente se enfoca en una forma concreta cómo alcanzar sus metas,
tiene un criterio más cerrado y pierde oportunidades ya que no no estaban
incluídas en su plan. Por otro lado, las personas que se enfocan en el “por
qué” quieren lograr sus objetivos, están mucho más abiertos a considerar otras
oportunidades.
Para
llegar a estas conclusiones realizaron unos experimentos en los que se examinó
el comportamiento de las personas cuando se les pidió que ahorraran dinero. A
unas, se les dijo que diseñaran un plan específico para lograrlo, a otras no.
Luego, se les pidió que compraran dulces. Curiosamente, los que no tenían un
plan específico tuvieron más éxito ya que compraron menos dulces y ahorraron
más.
O sea
que, de acuerdo a este estudio, ser receptivo (no tener un criterio cerrado) y
el pensamiento abstracto (en vez de tener un plan muy rígido) nos puede ayudar
a lograr nuestra meta, especialmente cuando se trata de perder peso. Por
ejemplo, si el gimnasio está cerrado, si llueve, si hace frío, si tenemos que
cambiar de planes.
Obviamente
que para perder peso todavía es importante prestar atención al tamaño de las
porciones, el tipo de alimentos que elegimos, incorporar actividad física en
nuestra vida diaria (y si seleccionamos algo que nos agrada, será más sencillo
poder hacerlo de forma regular pero aún cosas sencillas como subir las
escaleras en vez de tomar el ascensor o estacionarnos más lejos cuenta).
También recordar que no hay combinaciones mágicas de alimentos (una caloría es
una caloría) y que dormir suficiente es importante. Finalmente, para perder
peso y mantenerse no hay que pensar en dietas, hay que cambiar nuestros hábitos
alimenticios en general por unos más saludables. Pero ahora también puedes
considerar incorporar ser flexibles al plantearte una meta con un valor
inferior y otro superior en lugar de un número fijo concentrándote en porqué
quieres bajar de peso y no en el plan que seguirás para lograrlo, siendo
receptivo (teniendo una mente abierta) para tener éxito ¡Lo puedes lograr!