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MARTES 31 MARZO 2020
Los
próximos 8 o 10 días serán los más críticos en el curso de la epidemia de
Covid-19 y se deben extremar precauciones como acatar el distanciamiento
social, aislar a los enfermos, proteger a grupos vulnerables y lavarnos las
manos con frecuencia, alertaron investigadores de la UNAM.
«Es
lo que las autoridades nos están pidiendo; éste es el momento para que no nos
contagiemos unos a otros», advirtió Carlos Rosales Ledezma, del Instituto de
Investigaciones Biomédicas e integrante de la Comisión Universitaria para la
Atención de la Emergencia del Coronavirus.
Mauricio
Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión creada por la UNAM, indicó que las
personas asintomáticas con Covid-19 pueden tener un papel importante en la
transmisión.
«Con
mayor razón todos tenemos que guardarnos en casa. Si alguien estuvo en contacto
con un enfermo y está asintomático o con síntomas muy leves, podría contagiar a
otros y amplificar la epidemia. El impacto de los asintomáticos en China fue
muy alto», aseveró.
Detalló
que hasta hace unas semanas se decía que las personas asintomáticas no
contagiaban mucho, pero recientemente se publicaron dos artículos en los que se
documenta que sí generan una transmisión importante del coronavirus.
En el
programa «La UNAM responde», transmitido por TV UNAM, el académico de la
Facultad de Medicina y especialista en microbiología remarcó que las pruebas
para detectar el SARS-Cov-2 no son la solución, sino quedarse en casa para
evitar los contagios y no saturar los sistemas de salud.
Las
pruebas diagnósticas sirven para vigilar la epidemia, dar seguimiento a la
propagación del virus en la comunidad, no para el manejo clínico de los
pacientes, explicó.
Por
ello, consideró Álvarez, «deben racionalizarse este tipo de pruebas, porque los
reactivos e insumos están siendo demandados a nivel global, no sólo en México».
«Apostarle
tanto a las pruebas no es correcto, es mejor racionalizarlas y usarlas con
inteligencia, para que ayuden a vigilar la epidemia», insistió.
Explicó
que desde el inicio de la epidemia, en China, se empezaron a evaluar
estrategias terapéuticas con fármacos ya existentes. A la fecha se realizan
estudios muy serios con dos de ellos: cloroquina y azitromicina.
No
obstante, advirtió que la cloroquina tiene efectos adversos en el corazón.
«Si
la gente la toma para salvarse del coronavirus, puede tener arritmias o un
infarto, y por comprarlo, dejar sin este medicamento a quienes tienen lupus o
artritis».
Álvarez
pidió a la población mantenerse informada con fuentes confiables como las
páginas de la UNAM, de la Secretaría de Salud y de la Organización Mundial de
la Salud.