Una dieta sana, rica en frutas y vegetales frescos, es siempre recomendable para la salud general. Pero si en ella abunda el tomate (jitomate), probablemente disminuirás tu riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). ¿La razón? El tomate contiene una poderosa sustancia antioxidante: el licopeno.
Una ensalada de tomate fresco, una sopa de tomates, o unos sencillos tallarines ¡con salsa de tomate! son una delicia para el paladar. ¿Y qué tal si además de complacer al estómago todos esos platos te protegieran de sufrir un accidente cerebro vascular (ACV), también conocido como apoplegía o derrame cerebral? Pues es posible. En VidaySalud ya te hemos hablado anteriormente sobre las medidas que se deben tomar para disminuir el riesgo de desarrollar un accidente cerebrovascular. Entre ellas: evitar beber bebidas alcohólicas en exceso, controlar la presión arterial y el nivel del colesterol en la sangre, mantener a raya la diabetes, hacer ejercicio regularmente y llevar una dieta saludable baja en grasas y en sal.
Pero existe un factor menos conocido. Un estudio realizado en la Universidad de Finlandia Oriental, y publicado en la edición del 9 de octubre de la revista Neurology, parece asociar el consumo de tomates, así como platillos a base de tomates, con una reducción en el riesgo de desarrollar accidentes cerebrovasculares (ACV). De acuerdo a los investigadores, la causa podría ser que los tomates son ricos en licopeno, una sustancia de la familia de los carotenoides, con propiedades antioxidantes, que le da al tomate su característico color rojo.
Los investigadores examinaron los niveles del licopeno en más de mil hombres que tenían entre 46 a 65 años al comenzar el estudio y los siguieron un promedio de doce años. Durante el período de seguimiento, 67 de los hombres sufrieron un ACV. Los participantes se dividieron en cuatro grupos.
Según los resultados del estudio, el grupo con los niveles más altos de licopeno tuvo 55% menos probabilidades de sufrir un ACV (11 entre 259 participantes) que el que tenía los niveles más bajos de licopeno (25 ACV entre 258 participantes). Pero cuando los investigadores se enfocaron sólo en los ACV causados por coágulos sanguíneos, los resultados fueron aún más interesantes. Los hombres con los niveles más altos de licopeno tuvieron 59% menos probabilidades de sufrir un ACV que los hombres con los niveles más bajos. El estudio parece demostrar una relación entre las concentraciones más altas de licopeno en la sangre y una reducción en la incidencia de ACV.
El licopeno, además, parece reducir la inflamación, mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico y evitar la acumulación de placa y la formación de coágulos.
Por cierto que los investigadores analizaron también los niveles de otros antioxidantes (entre ellos: alfa carotenos, beta carotenos, alfa tocoferol y retinol), pero no encontraron ninguna relación entre esos compuestos en la sangre y las probabilidades de sufrir un ACV.
Según un comunicado de prensa de la Academia Americana de Neurología, el autor del estudio añade que el resultado se suma a las evidencias que indican que una dieta rica en frutas y verduras se asocia con un riesgo más bajo de sufrir un ACV. Su recomendación es que las personas consuman más de cinco porciones de frutas y verduras al día, incluyendo de modo especial el tomate y los alimentos que lo contengan, como jugos y salsas. Ten presente que mientras más maduro esté el tomate más licopeno contiene.
Otros beneficios del rico tomate
Además de su relación con la reducción de los ACV, el tomate parece tener otros beneficios en el organismo. Por ejemplo:
De acuerdo a estudios realizados por el Illinois Institute of Technology, el tomate podría disminuir el riesgo de algunas enfermedades cardiovasculares, de ciertos cánceres y de la osteoporosis. Aunque la evidencia científica no respalda estos hallazgos en un 100% , ya que se requieren más estudios al respecto. Esto se debe a que otros estudios no han encontrado estos beneficios consistentemente.
Se sabe que el tomate es una fuente maravillosa de vitaminas A, C, E, ácido fólico y potasio, así como de algunos bioflavonoides. También se sabe que los bioflavonoides (quercentina y kaempferol), que contiene el tomate, se concentran en la piel y que quizá podrían ayudar con la inflamación y las alergias. De acuerdo a un estudio de la Universidad de California-Davis, estos compuestos (la quercentina y el kaempferol) son un poco más abundantes en los tomates orgánicos que en los que se cultivan de la forma tradicional.
Bueno, pues ya sabes cómo poner tu granito de arena para mejorar tu salud y reducir el riego de sufrir accidentes cerebrovasculares: vigila tu dieta, controla tu presión arterial y tu colesterol, mantente físicamente activa(o)… ¡y come mucho tomate!