DOCTORA ALIZA
¡Qué importante es la vista! Cierra los ojos y trata de hacer cualquiera de las tareas diarias, por sencilla que sea. Te darás cuenta de lo que tenemos y a veces ignoramos o descuidamos: ¡una visión a toda prueba! La edad, los hábitos y hasta ciertas enfermedades van dañando con el tiempo nuestra capacidad de ver a un 100% y contribuyen a la formación de cataratas, por eso se te va dificultando el enhebrar una aguja, leer o conducir.
¿Sabes qué es una catarata?
La catarata ocurre cuando el cristalino del ojo se vuelve opaco. El cristalino, que es normalmente transparente y está formado mayormente por agua y proteína, se encuentra detrás de la pupila (el orificio circular en el centro del iris) y del iris (es la membrana circular de color azul, verde, gris o marón (café) que rodea a la pupila), y su función es ayudar a enfocar la luz y la imagen en la retina (que es un tejido sensible a la luz que se encuentra en la superficie interior del ojo). La retina envía la imagen al cerebro en forma de señales nerviosas. La catarata puede ocurrir en uno de los ojos o en los dos, pero no se pasa de un ojo a otro.
Cuestión de edad…
Generalmente, las cataratas tienen que ver con la edad. A los 80 años, la mayoría de las personas padecen de cataratas o ya se han operado de ellas. Cuando la catarata es causada por la edad, puede desarrollarse de dos formas: la proteína al acumularse reduce la agudeza de la imagen que llega a la retina, o el cristalino cambia poco a poco a un color marrón (café) amarillento, dándole a la visión un tinte oscuro.
El cristalino está formado por agua y proteína. En el primer caso, cuando la proteína se acumula, se opaca el cristalino y se reduce la luz que llega a la retina, causando visión borrosa. La mayoría de las cataratas relacionadas con la edad se producen de este modo. Si la catarata es pequeña afecta sólo una pequeña parte del cristalino, y es posible que al principio no notes cambios en tu visión. Pero como tiende a crecer lentamente, la visión va empeorando poco a poco. Con el tiempo, el área nublada va aumentando de tamaño y la visión se torna borrosa.
En el segundo caso, la catarata causa que, con la edad, el cristalino tome un color marrón amarillento. Al principio, no causa problemas en la visión, pero con el tiempo la lectura y otras actividades se hacen más difíciles. La decoloración del cristalino no afecta la agudeza de la imagen transmitida a la retina, pero cuando la catarata está muy avanzada se pueden confundir ciertos colores y se dificultan muchas actividades cotidianas.
Ten en cuenta los factores de riesgo
Aunque el riesgo de las cataratas aumenta a medida que envejeces, hay otros factores que debes considerar:
Algunas enfermedades, como la diabetes.
Tu estilo de vida (si fumas o bebes alcohol,
tienes más riesgos).
Factores ambientales, como la exposición
prolongada a los rayos ultravioleta.
Lesión física o química en el ojo.
Cuando las cataratas llegan, ¡se hacen sentir!
Estos son los síntomas más comunes que irán aumentando en intensidad con el paso del tiempo:
Visión nublada o borrosa y mala visión nocturna.
Resplandor en la vista. Los faroles, las lámparas o la luz solar parecen demasiado brillantes o se ve un halo alrededor de las luces.
Visión doble o imágenes múltiples en el ojo.
Necesidad frecuente de cambiar la graduación de las gafas, lentes o anteojos.
Cuando se presentan uno o varios síntomas, es hora de acudir al especialista (oftalmólogo) para una revisión de tus ojos. Hay varios exámenes que ayudan a determinar si los problemas con tu visión o tu vista se deben a una catarata. Estos son:
Prueba de la agudeza visual. Se mide la visión a varias distancias.
Examen con dilatación de la pupila. El oftalmólogo (el médico especializado en los ojos) te dilata la pupila, y usa una lupa especial para examinar la retina y el nervio óptico, para examinarlos en detalle y evaluar si hay problemas.
Tonometría. Se mide la presión dentro del ojo.
Al inicio de la catarata, puede mejorarse la visión con lentes nuevos, usando luces más brillantes, lentes para el sol o una lupa. Si la visión no mejora, la cirugía es el único tratamiento efectivo.
La cirugía: ¿cuándo es necesaria?
Es necesaria si la pérdida de la visión interfiere con las actividades normales, como conducir, leer o mirar la televisión, o cuando impide el examen o el tratamiento de otro problema ocular, como la degeneración macular o la retinopatía diabética. Generalmente, la catarata no causa daños a largo plazo para el ojo ni aplazarla empeora la catarata. Consiste básicamente en remover el cristalino opaco y reemplazarlo por un lente artificial, llamado lente intraocular.
Así que si tienes problemas de visión en tus actividades diarias y sospechas que podrían deberse a cataratas, ve al especialista para determinarlo o definir qué es. Si son cataratas, tal vez no necesites cirugía, pero si tu oftalmólogo te sugiere la cirugía, recuerda que la operación es sencilla, habitualmente segura en manos de un cirujano calificado y con experiencia, y muy efectiva. Se usa anestesia local o gotas anestésicas, toma poco tiempo y no requiere hospitalización. Y algo más: en el 90% de los casos, el paciente tiene una mejoría significativa en su visión. Y, como siempre digo, si tienes dudas, pide una segunda opinión.
No hay razón para vivir con molestias e
impedimentos que tienen una solución sencilla, así que… ¡dile adiós a tu
catarata!