El tiempo ha demostrado que con constancia y cobertura universal, la vacunación es una de las mejores herramientas para preservar la salud humana; prueba de ello es que en 1980 la viruela desapareció del planeta. Es necesario que quienes no se han vacunado lo hagan, afirmó la profesora del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, Gabriela García Pérez.
“Son estos grupos que no se vacunan, los que abren la posibilidad de que estos virus sigan circulando, porque son reservorios donde pueden infectar y replicarse”, alertó.
La especialista recordó que, como resultado de la vacunación, también se erradicaron enfermedades severas del territorio nacional como la poliomielitis -devastadora entre la niñez-, la difteria y el sarampión.
Aun cuando implican un riesgo, “siempre es menor al de no vacunarse, pues con ellas podemos prevenir la enfermedad o bien evitar que ésta se agrave”.