El jamón es uno de los alimentos más consumidos en México y recientemente, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio a 44 marcas de jamón, sin embargo, algunas de ellas pueden ser dañinas para la salud, ya que no cumplen con los estándares de calidad marcados en la norma del 2003.
Existen jamones que incumplen el porcentaje de carne que anuncian, puesto que contiene menos producto, información falsa o se encuentran fuera de las normas, por ejemplo:
Parma Campestre:
jamón de pierna 250 gramos, el cuál se clasifica como fino, sin embargo
contiene fécula y de acuerdo con las normas, no debería contener, el fabricante
mostró que se realizó el cambio de etiqueta a preferente.
Lala Plenia: jamón
virginia de pavo 250 gramos, puesto que no indica el porcentaje de proteína de
soya adicionada en su empaque.
Parma Sabori: jamón
virginia de pavo 250 gramos, incumple con el 25 por ciento de reducción de
sodio para poder posicionarse con la etiqueta “reducido en sodio”.
Cuadritos, jamón
virginia de pavo: en su presentación a granel no cumple con el porcentaje
requerido de proteína libre de grasa, según la clasificación de preferente bajo
el cual se promociona.
San Rafael: jamón
real de pierna 300 gramos, el cual contiene un ingrediente que no muestra en su
etiqueta, es decir, almidón.
Algunas otras marcas que incumplen las normas o que mienten en su etiquetado por contener además de pavo o cerdo, soya son: Duby, Bafar, Galy, Parma y Sparta Cocido.
Es bien sabido que ningún tipo de alimento que tenga alto contenido en sodio es bueno para la salud, por ejemplo los embutidos, ya que influyen agentes de curado y conservadores en cantidades de entre 595 y 1014 miligramos de sodio por cada porción de 100 gramos.