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JUEVES 18 MAYO 2017
DOCTORA
ALIZA
PUBLICADO
EN DIGESTIÓN, VIDA SALUDABLE
Cuando
las heces fecales se resecan y endurecen, se dificulta eliminarlas con la
frecuencia debida. A eso se le conoce
como estreñimiento y todos lo padecemos alguna vez. Cuando la persona no puede evacuar al menos
tres veces a la semana, se considera que sufre de estreñimiento crónico que
pasa a ser severo si las deposiciones ocurren menos de una vez a la
semana. Los laxantes pueden brindar
alivio inmediato, pero para combatirlo lo ideal es realizar ciertos cambios a
largo plazo en la dieta y el estilo de vida.
Una
parte fundamental del proceso de la digestión consiste en eliminar los
productos de desecho de los alimentos que consumimos. Es una función necesaria para la salud del
organismo que para muchos implica dolor y molestia.
Cuando
esos productos de desecho pasan del intestino delgado al grueso (el colon),
éste absorbe el exceso de agua y la materia restante se convierte en heces
fecales. Las contracciones rítmicas del
colon van empujando las heces hasta que llegan al recto en donde permanecen
hasta que ocurre una evacuación o deposición.
No
existe un número mágico de evacuaciones o deposiciones para todas las personas,
ya que no es el mismo para todas. El
rango de lo “normal” o saludable puede oscilar entre más de una vez al día para
algunos a tres veces a la semana para otros.
Menos de tres, ya se considera estreñimiento, que ocurre debido a una de
las siguientes causas o a la combinación de ambas:
El
colon absorbe demasiada agua, de manera que las heces se resecan y se endurecen
demasiado
Los
músculos del colon se contraen y relajan muy lentamente, por lo que las heces
no se mueven tan rápidamente como debieran
Las
evacuaciones o deposiciones poco frecuentes van acompañadas de otros síntomas,
entre ellos:
Heces
duras y secas
Dolor
al defecar
Necesidad
de pujar para expulsar las heces
Sensación
de no poder vaciar el recto
Abdomen
distendido (inflamado)
¿Por
qué ocurre el estreñimiento?
Si
sufres de estreñimiento, éste puede deberse a una o más de las causas
siguientes:
No
consumir suficiente fibra en la dieta
No
beber suficiente agua o estar deshidratado. Beber bebidas ricas en cafeína,
como sodas o café, y el alcohol, podrían empeorar la deshidratación
Poca
o ninguna actividad física
Tomar
ciertos medicamentos (como sedantes, narcóticos y algunas medicinas para bajar
la presión arterial)
Algunos
cambios como el embarazo
Condiciones
de salud como el hipotiroidismo y la diabetes u otras que afectan el
funcionamiento del sistema digestivo (como el síndrome del colon irritable)
Exceso
de laxantes
El
estreñimiento puede aliviarse temporalmente mediante el uso de laxantes. Los
hay de diferentes tipos y generalmente, pueden adquirirse sin receta. Entre los más comunes están:
Los
laxantes formadores de masa: añaden fibra de tipo soluble a las heces. Esto causa que las heces absorban más agua,
se suavicen y sean más grandes. Al aumentar de tamaño, hacen que los intestinos
se contraigan y las empujen más fácilmente hacia afuera. Estos tipos de
laxantes son los más seguros y pueden incluir como elemento activo el psyllium
(como el Metamucil), el policarbofil (como el FiberCon) o la tetilcelulosa
(como el Citrucel). Para evitar efectos
secundarios negativos, se debe comenzar lentamente y tomar mucho líquido, e ir
aumentando la dosis, hasta llegar a la frecuencia deseada.
Laxantes
lubricantes, como los supositorios de glicerina, que recubren la superficie de
las heces para que resbalen y puedan salir del cuerpo con facilidad.
Los
ablandadores de heces, que añaden humedad a las heces para suavizarlas y puedan
salir del recto sin causar dolor.
Los
laxantes de tipo osmótico, por su parte, hacen que el intestino retenga más
líquidos, lográndose entonces que las heces se suavicen y se expulsen más
fácilmente (entre ellos están el glicol polietileno, o Miralax, y la solución
de hidróxido de magnesio, comúnmente conocida como leche magnesia).
Los
laxantes estimulantes son los más agresivos y causan que el intestino se
contraiga con más fuerza para expulsar las heces. Este tipo de laxante no se
deben tomar por mucho tiempo para evitar que el colon pierda la capacidad de
funcionar por sí mismo.
Cualquiera
que sea el laxante que se utilice, se deben seguir estrictamente las
recomendaciones del producto y no excederse ni en la dosis ni en el tiempo
máximo continuo de uso. Consulta con tu
médico si decides usar un laxante de tipo estimulante, no solamente para que te
recomiende un producto específico y el tiempo que debes tomarlo, sino para que
descarte una posible interacción con otro medicamento que estés tomando.
Además, en el caso de niños o las personas diabéticas o con falla renal el
doctor debe supervisar que los laxantes no le causen un desbalance en los electrolitos
(los minerales) del cuerpo.
Una
buena fórmula para aliviar el estreñimiento: los cambios a largo plazo.
Como
te expliqué, el alivio que proporcionan los laxantes tiende a ser por un plazo
corto, ya que no te conviene prolongar su uso durante muchos tiempo. Lo más
efectivo es hacer pequeños cambio en tu vida diaria que en conjunto ayudan a
combatir el estreñimiento, como los que siguen a continuación:
1. Bebe suficiente agua, al menos de 6 a 8 vasos
al día. Este paso es absolutamente
necesario, no solamente para mantenerte bien hidratado, sino para que las heces
se suavicen y se humedezcan. Lleva contigo un recipiente que puedas rellenar de
preferencia con agua. Evita bebidas que contengan cafeína, como las sodas, el
café y el té que tienen un efecto diurético y pueden aumentar la
deshidratación.
2. Ve al baño tan pronto como sientas ganas de
evacuar. No conviene “aguantar” o
posponer las ganas de defecar, especialmente si padeces de estreñimiento. Lo ideal es que puedas acostumbrar a tu cuerpo
a evacuar en un horario determinado, en la mañana después del desayuno, por
ejemplo, o a cualquier otra hora que te resulte más conveniente. Trata de disponer del tiempo suficiente para
que ocurra la deposición, sin apuro y estrés que dificulte todavía más el
proceso.
3. Aumenta la fibra en tu dieta. La fibra ayuda a prevenir el estreñimiento al
cambiar la composición de las heces. Por lo regular los adultos necesitan de 25
a 35 gramos de fibra tanto soluble como no soluble:
Fibra
no soluble: absorbe el agua y añade volumen a las heces de forma que puedan
moverse con facilidad a través del colon. Entre las fuentes de este tipo de
fibra están los vegetales como el maíz, la zanahoria, salvado de trigo, granos
integrales, nueces y frutas como las uvas.
Fibra
soluble: se disuelve en agua y forma una especie de pasta, que evita que las
heces se sequen y endurezcan. Pero como este tipo de fibra hace más lento el
paso del estómago a los intestinos, conviene combinar su consumo con alimentos
ricos en fibra no soluble. Entre los alimentos que contienen fibra soluble está
la avena, los granos y frijoles (habichuelas) guisantes (arvejas o chícharos) y
frutas como la manzana, las naranjas, y las ciruelas.
Consulta
con el médico si te conviene utilizar un suplemento de fibra. En ese caso, deja
que te indique el que considera más adecuado.
4. Haz más ejercicio. La inactividad conduce al
estreñimiento y su opuesto, lo evita. El ejercicio diario ayuda que tus
intestinos se contraigan regularmente y contribuye a disminuir el estrés. El ejercicio de tipo aeróbico, como caminar,
aumenta la respiración y el ritmo cardíaco, lo que también estimula el
movimiento de los intestinos. Trata de ejercitarte la mayoría de los días de la
semana, aunque sólo sea una caminata de pocos minutos.
5. Reduce el estrés. Las tensiones de la vida
diaria pueden afectar el funcionamiento del colon. Para contrarrestar ese
efecto negativo, dale prioridad al sueño y al descanso. Intenta dormir al menos
7 horas al día y establece un horario de sueño, incluso durante los fines de
semana. Cualquier tipo de ejercicio también te ayuda a controlar el estrés,
pero el yoga y los ejercicios de respiración profunda son particularmente
efectivos.
6. Evita alimentos muy procesados y la comida
chatarra. El consumo de este tipo de
alimentos puede empeorar el estreñimiento ya que son bajos en contenido de
fibra y muy altos en contenido de grasa. Evita los panes de harina blanca, los
pasteles, las papas fritas y en general, la comida “rápida”.
Si
padeces de estreñimiento, comienza a realizar estos cambios desde ahora, pero
si no notas mejoría, consulta con tu médico. Podrías tener algún otro problema.
Es importante evitar el estreñimiento porque además de molestias, evitarás
otras complicaciones como fisuras en el área del ano o las dolorosas
hemorroides. Evacuar es una función
vital, si padeces de estreñimiento, los cambios que mencionamos podrían
ayudarte a que lo logres más eficazmente.
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