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MARTES 9 ENERO 2018
El
desorden de ansiedad es un tipo de desorden mental relacionado a la ansiedad.
Una persona con desorden de ansiedad padece de ataques de pánico. Son episodios
repetidos e inesperados de temor y ansiedad intensos, acompañados por síntomas
físicos similares a la respuesta normal del cuerpo al peligro.
Si
está realmente en peligro (por ejemplo, si se enfrenta a un delincuente que
tiene un arma), su cuerpo se prepara para “luchar o huir”. La frecuencia
cardíaca aumenta. La sangre se va rápidamente hacia los músculos de los brazos
y de las piernas, lo que produce una sensación de temblor o cosquilleo. Es
posible que sude y se sonroje, que se sienta muy atemorizado, excitado y muy
alerta. Para las personas que tienen un ataque de pánico, estos cambios ocurren
incluso aunque no haya ningún peligro. En el momento más crítico de un ataque
de pánico, puede haber un sentimiento aterrador de que el ambiente, de algún
modo, se ha vuelto irreal o distante. Es posible que la persona se pueda
preocupar de que podría morir, tener un ataque cardíaco, podría perder el
control o “enloquecer”.
Algunas
personas con el desorden de ansiedad
tienen varios ataques de pánico todos los días, mientras que otras pasan
semanas o meses entre los ataques. Como los ataques de pánico se presentan
inesperadamente, incluso durante el sueño, las personas que padecen del
desorden de ansiedad generalmente se sienten ansiosas de que un ataque pueda
comenzar en cualquier momento. No sólo se preocupan por el sufrimiento
psicológico y por la incomodidad física del ataque de pánico, sino también
porque su conducta extrema durante un episodio de pánico pueda avergonzarlos o
asustar a otros. Esta expectativa y temor
persistentes pueden llevarlos, finalmente, a evitar los lugares públicos
de donde sería difícil o incómodo salir de repente.
Este
temor se llama agorafobia. Es posible que las personas que tienen agorafobia,
por ejemplo, eviten asistir a un espectáculo en un estadio o un cine lleno de
gente, esperar en una fila en una tienda, viajar en autobús, en un tren o
avión, o conducir en caminos que tengan puentes o túneles.
Aunque
los investigadores no comprenden por completo por qué algunas personas padecen
del trastorno de ansiedad, creen que la enfermedad implica una alteración en
los circuitos cerebrales que regulan las emociones. Además, es posible que las
personas con desorden de ansiedad puedan haber heredado una repuesta de “luchar
o huir” que es más sensible que lo normal o responde con más intensidad de lo
habitual. Los estudios de los familiares cercanos de las personas con desorden
de ansiedad demuestran que esta enfermedad tiene una base genética (heredada).
Estos familiares son de cuatro a ocho veces más propensos a padecer la
enfermedad que las personas sin antecedentes familiares del problema. En
Estados Unidos, el desorden de ansiedad afecta aproximadamente de 1.5 a 3.5% de
las personas en algún momento de sus vidas. Es dos veces más probable que las
mujeres padezcan el desorden de ansiedad en comparación con los hombres y es
aproximadamente tres veces más posible que sufran de agorafobia. En promedio,
los síntomas comienzan aproximadamente a los 25 años, pero el desorden de
ansiedad y los ataques de pánico pueden afectar a las personas de todas las
edades.
Algunas
personas con desorden de ansiedad presentan síntomas por primera vez después de
un evento estresante en su vida, como un divorcio, la pérdida de un trabajo o
la muerte de un familiar. Los científicos todavía no pueden explicar
exactamente cómo se desencadena un ataque de pánico, pero hay signos crecientes
de que el estrés, en etapas tempranas de la vida, hace que una persona sea más
propensa a tener síntoma de ansiedad.
Las
personas que sufren del desorden de ansiedad tienen un riesgo relativamente
alto de sufrir otros tipos de problemas psiquiátricos. De hecho, en el momento
de establecer el diagnóstico, más del 90% de las personas con el desorden de
ansiedad también tienen depresión severa, otro desorden de ansiedad, un
problema de la personalidad o alguna forma de drogadicción.
Síntomas
Un
ataque de pánico se define por tener al menos cuatro de los siguientes
síntomas:
palpitaciones,
ritmo cardíaco o pulso acelerado
sudoración
temblor
ligero o severo
problemas
respiratorios, como falta de aire o sensación de asfixia
sensación
de ahogo (algo atorado)
dolor
o incomodidad en el pecho
molestias
en el abdomen o náusea
sensación
de desmayo, mareo, aturdimiento o inestabilidad
sensación
de irrealidad o separación de uno mismo
temor
a perder el control o “volverse loco”
temor
a morir
entumecimiento
o cosquilleo en los brazos, en las piernas u en otras partes del cuerpo
escalofríos
o bochornos
Entre
los ataques de pánico, la persona con un desorden de ansiedad tiene
preocupaciones persistentes acerca de que tendrá un nuevo ataque. Estas
preocupaciones pueden hacer que la persona cambie radicalmente su
comportamiento o su estilo de vida para evitar el bochorno de “perder el
control” o “enloquecer” mientras está con otras personas.
Diagnóstico
Si
tiene un desorden de ansiedad, puede consultar primero a un médico de cabecera
porque, frecuentemente, los síntomas físicos hacen que la persona sienta como
si estuviera teniendo un ataque cardíaco, un accidente cerebral o un problema
respiratorio. Muchas enfermedades pueden causar síntomas que se parecen a los
ataques de pánico, incluyendo las enfermedades del corazón, el asma, la
enfermedad vascular en el cerebro
(cerebrovascular), la epilepsia, las anormalidades hormonales, las infecciones
y las alteraciones en los niveles de ciertas sustancias químicas en la sangre.
Los
síntomas de un ataque de pánico también pueden desencadenarse por el uso de
anfetaminas, cocaína, marihuana, alucinógenos, alcohol y otras drogas, además
de ciertos medicamentos recetados.
Un
médico puede hacer exámenes para descartar problemas médicos, pero,
generalmente, los resultados de estos exámenes serán normales. Luego, el médico
puede hacerle preguntas acerca de sus antecedentes familiares y psiquiátricos,
sus ansiedades en este momento, estrés reciente y su uso diario de medicamentos
ya sea recetados o no recetados, incluyendo cafeína y alcohol. Si su médico
sospecha que el problema es un desorden de ansiedad, le recomendará a un
profesional de salud mental para que lo atienda.
El
profesional de salud mental le hará una evaluación completa que incluye:
preguntas
sobre sus pensamientos, sus sentimientos y sus síntomas físicos durante un
ataque de pánico
preguntas
sobre sus pensamientos, sentimientos y conductas entre los ataques
le
hará preguntas acerca de síntomas de otras formas de enfermedades psiquiátricas
Duración
El
desorden de ansiedad puede ser una enfermedad prolongada, especialmente si no
se la trata. Afortunadamente, se puede tratar de muchas maneras. Con la
atención adecuada, muchas personas encuentran un alivio duradero para sus
síntomas.
Prevención
No
hay forma de prevenir el desorden de ansiedad. Sin embargo, si se le han
diagnosticado esta enfermedad, es posible que pueda evitar los ataques de
pánico reduciendo su consumo de cafeína, de alcohol o de otras sustancias que
podrían desencadenar sus síntomas. Una vez que se ha establecido el
diagnóstico, el tratamiento a menudo elimina los ataques de pánico o los hace
menos intensos.
Tratamiento
Si
tiene ataques de pánico, hay varias opciones para el tratamiento con
medicamentos y psicoterapia.
Antidepresivos:
aunque se les conoce como tratamientos para la depresión, estos medicamentos
son eficaces para el desorden de ansiedad. Estos medicamentos pueden ser
eficaces por su efecto en la serotonina, uno de los transmisores químicos que
participan en la repuesta del cerebro a la ansiedad. Los populares inhibidores
selectivos de recaptación de serotonina (ISRS), como la fluoxetina (Prozac), la
sertralina (Zoloft) y la paroxetina (Paxil) se utilizan muy a menudo. Además,
los antidepresivos tricíclicos más viejos, como la nortriptilina (Aventyl,
Pamelor) y la imipramina (Tofranil) son eficaces, al igual que algunos de los
antidepresivos más nuevos. Otra clase más antigua de antidepresivos, llamada
inhibidores de monoaminoxidasa, también son eficaces, pero son un poco más
difíciles de tomar porque requieren que el paciente lleve una dieta especial.
Sin embargo, es útil probarlos cuando otros medicamentos no han ayudado. Todos
los antidepresivos toman varias semanas antes de empezar a tener efecto. Por
eso, es posible que su médico también le recete una benzodiacepina de acción
rápida para un alivio más rápido.
Benzodiacepinas:
este grupo de medicamentos actúa sobre otros transmisores químicos del cerebro
en el sistema de ácido gamma aminobutírico de respuesta al temor (GABA). El
clonazepam (Klonopin), el lorazepam (Ativan), el diazepam (Valium) y el
alprazolam (Xanax) son ejemplos de benzodiacepinas. Son muy seguros y, a
menudo, brindan alivio rápido a los síntomas de ansiedad. Generalmente, estos
medicamentos se recetan por un tiempo relativamente corto porque el cuerpo
puede acostumbrarse a su efecto. Es decir, las benzodiacepinas pueden
proporcionar menos alivio con el paso del tiempo. Y pueden ocurrir reacciones
de abstinencia si deja de tomar el medicamento repentinamente. La
benzodiacepina debe suspenderse gradualmente, con las indicaciones de un
médico. Sin embargo, son herramientas importantes a corto plazo, por lo que es
posible que el médico se las recomiende durante las primeras semanas del
tratamiento, mientras espera los efectos positivos del medicamento
antidepresivo hagan efecto.
Terapia
cognitiva: esta terapia sin medicamentos está diseñada para ayudar a la persona
con ataques de pánico a reconocer la irracionalidad de los temores que le
causan pánico. Algunas veces, el terapeuta enseña técnicas especializadas que
le pueden ayudar a controlar los ataques.
Terapias
de conducta: estos tratamientos incluyen la exposición en vivo, una forma de
terapia de conducta que expone gradualmente a la persona a las situaciones que
le provocan temor.
Terapia
respiratoria: una técnica que se enfoca en el control de la respiración como
modo de luchar contra la angustia.
Relajación
aplicada: un método que le enseña al paciente a controlar su nivel de ansiedad
al usar el control de los músculos y la imaginación.
Para
muchos pacientes, el enfoque más eficaz es una combinación de uno o más
medicamentos, más alguna otra forma de terapia cognitiva o de conducta.
Cuándo
llamar a un profesional
Si
tiene síntomas de un ataque de pánico y nunca ha sido diagnosticado con un
desorden de ansiedad, busque ayuda profesional inmediatamente. Recuerde que los
síntomas de un ataque de pánico pueden ser similares a los de muchas
enfermedades mortales. Por esta razón, un médico debe evaluar sus problemas de
una manera exhaustiva.
Pronóstico
Con
el tratamiento adecuado, el pronóstico es bueno. Entre el 30% y el 40% de los
pacientes dejan de tener síntomas por períodos prolongados, mientras que otro
50% continúa teniendo sólo síntomas leves que no afectan significativamente su
vida diaria.
Información
adicional
American
Psychiatric Association (Asociación Americana de Psiquiatría) 1000 Wilson Blvd.
Suite 1825 Arlington, VA 22209-3901 Teléfono gratuito: 1-888-357-77924
http://www.psych.org/
National
Institute of Mental Health Office of Communications (Instituto Nacional de
Salud Mental) Oficina de comunicaciones 6001 Executive Blvd. Room
8184, MSC 9663 Bethesda, MD 20892-9663 Teléfono gratuito: 1-866-615-6464 TTY:
1-866-415-8051 http://www.nimh.nih.gov/
Anxiety
Disorders Association of America (Asociación de Trastornos de Ansiedad de
América) 8730 Georgia Ave. Suite 600 Silver Spring, MD 20910 Teléfono:
240-485-1001 http://www.adaa.org/