DOCTORA ALIZA
POSTED IN VIDA SALUDABLE
Tener un jardín no es exclusivo de quienes poseen un gran terreno. Basta una ventana soleada o un balcón para tener unas hermosas macetas llenas de hierbas o flores. En cualquier época del año, la jardinería puede convertirse en un programa familiar donde todos fortalezcan sus vínculos y aprendan a respetar y amar a la naturaleza. Aquí te damos algunas recomendaciones para que logres este objetivo.
Ocuparse del jardín también puede ser una tarea saludable. Varios estudios vinculan a la jardinería con el ejercicio físico, pero esa es sólo una de sus ventajas. Y es que esta actividad, además, de ser entretenida puede promover los lazos familiares y el sentido de responsabilidad por la naturaleza. Y si te inclinas por cultivar plantas comestibles o aromáticas, también podrás beneficiarte con ellas en la cocina.
Anímate a tener tu propio jardín. No hay excusas para no intentarlo, pues no es necesario tener un gran espacio para una buena cosecha: sólo hacen falta algunas macetas y un poquito de sol, para empezar. Además, mientras adquieres experiencia, menos es más. Con un poco de amor y dedicación, cada uno dentro de sus posibilidades puede tener sus propias plantas y disfrutar de ellas.
Si vives en una zona en la que por estas fechas es primavera, aprovecha ya mismo, pues esta es la época ideal para empezar con tu jardín. Si por el contrario ya se acerca el otoño a tu ciudad, puedes consultar en la tienda de jardinería sobre cuáles son las plantas apropiadas para cultivar en esta época del año, así como también cuáles son las condiciones climáticas que necesita la planta que te gusta para crecer mejor.
Recuerda que las plantas también son seres vivos, y es maravilloso ver cómo crecen, florecen y dan frutos. Toma nota de estas sugerencias y empieza a planificar cómo será tu próximo jardín:
Elige las plantas que deseas tener en tu casa. Si no sabes cuál(es) quieres, en un vivero o una tienda de jardinería te pueden asesorar. Allí también pueden mostrarte distintas opciones: florales, frutales, aromáticas y otras, de acuerdo al tipo de planta que te interese y a la época del año.
Una vez que sepas qué plantas quieres, determina los lugares de la casa donde las ubicarás y, por supuesto, asegúrate de que tienes el lugar apropiado para ponerlas. Por ejemplo, las plantas frutales son muy bonitas, pero necesitan un espacio adecuado donde echar raíces y crecer. Por el contrario, algunas plantas aromáticas se desarrollan sin ningún problema en una maceta y, si tienen suficiente sol, hasta pueden perfumar el ambiente.
Descubre cuáles son y cómo evitar los riesgos y
los peligros que podrías encontrar en tu jardín, por ejemplo con las posturas o
los objetos cortantes que podrías usar, y asegúrate de conseguir todo lo que
necesites para cuidarte a ti y a tu familia, mientras practican esta hermosa
tarea.
Arma tu equipo de jardinería básico. Además de las plantas, es posible que necesites comprar algunas herramientas para trabajar (y protegerte) en el jardín, como guantes, tijeras especiales, tierra fértil, macetas y otros accesorios. Estos útiles también los encuentras en las tiendas de jardinería. Averigua las opciones y los precios, y determina el presupuesto que destinarás para armar tu jardín en su totalidad.
Convoca a otros miembros de tu familia a participar en tu proyecto y armen un plan de tareas y responsabilidades, que involucre desde la elección de las plantas hasta los cuidados posteriores. De ese modo, no sólo estarás promoviendo el sentido de la responsabilidad en cada uno de los integrantes de tu familia sino que, además, también estarás incentivando la comunicación y el diálogo entre todos.
Ten en cuenta que una vez armado el jardín las tareas que siguen no son pocas: regar frecuentemente, fertilizar la tierra cuando sea necesario, controlar las plagas y los insectos que puedan atacar a tus plantas, podar y recoger las hojas secas y los frutos caídos. Estos son sólo algunos ejemplos. Desde luego, depende del tamaño de tu jardín.