DOCTORA ALIZA
Si todavía necesitas más razones que te motiven a
ponerte en movimiento, aquí tienes una más. Un estudio reciente ha detectado
que el ejercicio moderado ayuda a prevenir el estrés y la ansiedad, dos
factores de la vida moderna que pueden alterar la salud de cualquiera. Tómalo
en serio y dile adiós al agobio y a las presiones con una rutina de ejercicios.
El estrés se ha convertido en un aspecto inseparable
de la vida cotidiana, algo que dificulta o complica la calidad de vida de las
personas. Posiblemente ya hayas escuchado algo al respecto: si bien el estrés
no es una enfermedad en sí misma, sí puede causar problemas de salud concretos
y reales si se prolonga a través del tiempo y no se eliminan sus causas.
Por ejemplo, el estrés se ha relacionado con
varios problemas de salud, no sólo emocionales, como la depresión y la
ansiedad, sino también con la salud del corazón, el sistema digestivo y el sistema
inmunológico (de defensas) en general.
Afortunadamente, existen distintas formas de
combatir el estrés, que incluyen desde técnicas de meditación y relajación
hasta la psicoterapia y los tratamientos con medicinas, pasando desde luego por
distintos tipos de actividad física y de relajación, que incluyen el yoga y el
Tai Chi.
Ahora, un nuevo estudio que aparece en línea en
la revista Medicine and Science in Sports and Exercise, asegura que el
ejercicio moderado también puede ayudar a las personas a controlar la ansiedad
y el estrés futuros. O sea, se destaca que los beneficios emocionales y
mentales del ejercicio podrían durar mucho tiempo después de que ha terminado
la sesión.
Para llegar a estos resultados, los
investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Maryland,
en Estados Unidos, compararon el efecto producido al tomar sesiones de 30
minutos de descanso en tranquilidad y al hacer sesiones de 30 minutos de
bicicleta de intensidad moderada sobre los niveles de ansiedad de estudiantes
universitarios sanos.
Los analistas midieron los niveles de ansiedad de
los estudiantes antes de las sesiones de ejercicio o descanso y luego de 15
minutos. Además, midieron su ansiedad una tercera vez, tras mostrarles una
variedad de fotografías neutrales o altamente estimulantes, de una base de
datos de imágenes que se utiliza para investigar las emociones, conocida como
Sistema Internacional de Fotografías Afectivas (International Affective Picture
System).
Así pudieron detectar que, si bien el ejercicio y
el descanso en tranquilidad aliviaban inicialmente la ansiedad de los
participantes, solamente los que habían practicado ejercicios lograron mantener
un nivel más bajo de ansiedad tras observar 90 fotografías de la base de
imágenes mencionada durante 20 minutos.
Estos resultados resaltan la importancia del
ejercicio para el bienestar físico y emocional en general. Y si de combatir el
estrés se trata, recuerda que hay distintas alternativas que pueden adaptarse a
tus gustos y necesidades.
Mientras piensas qué tipo de actividad física
comenzarás a practicar para combatir el estrés, la ansiedad y el sedentarismo,
a continuación encontrarás otras recomendaciones que pueden ayudarte a lidiar
con esas situaciones que te alteran de pies a cabeza:
Planea tu día con anticipación y aprende a decir
que no. Así evitas comprometerte con tantas actividades que después no puedas
cumplir con todas.
Decide qué cosas tienes que hacer primero y
cuáles pueden esperar.
Toma tiempo para relajarte y hacer actividades
que disfrutes.
Practica más actividad física y come alimentos
saludables.
Habla de tus emociones con tu familia y tus
amigos.
Intenta hacer algunas técnicas de relajación,
como yoga, meditación o técnicas de respiración.
Y en todo momento, trata de darles a las cosas el
valor que en verdad tienen, sin preocuparte por cuestiones menores o que no
puedes controlar, como el clima o un embotellamiento en el tráfico.