DRA. ALIZA
Así como buscamos la fuente de la juventud, buscamos la
forma de aumentar el sistema inmunológico o de defensa para protegernos de todo
tipo de infecciones. Aquí te explico cómo funciona este sistema, qué dicen los
expertos de las vitaminas y los suplementos, y qué puedes hacer para ayudar a
tu sistema inmunológico a protegerte.
El COVID-19 sigue amenazando al mundo entero. Para el 5 de
noviembre le ha quitado la vida a 1,234,675 de personas a nivel global. Los
números han aumentado significativamente en Europa y en Latinoamérica, pero
Estados Unidos sigue encabezando la lista de las personas que han fallecido a
raíz de este virus, con 239,988 muertes. Siguen Brasil, India y México, por
número de muertes. Esto hace que muchas personas quieran, en vez de seguir las
recomendaciones de los expertos en salud pública o además de seguir sus
recomendaciones, aprender si hay algo que pueden hacer para mantener fuerte su
sistema inmunológico o de defensa, o incluso estimularlo.
De acuerdo con los expertos, la tercera ola de COVID-19 en
los Estados Unidos va a ser peor que la segunda, que fue peor que la primera,
cuando los casos alcanzaron su punto máximo de 9.7 casos por 100,000 personas
en abril 7, 2020. El destacado Dr. Anthony Fauci, que es el experto en
enfermedades infecciosas e inmunología en este país, dijo el primero de
noviembre que podríamos sobrepasar 100,000 casos de COVID-19 por día y predice
un aumento en el número de muertes este otoño e invierno, ya que la gente
tiende a reunirse y pasar más tiempo en la casa e insiste que es necesario
realizar cambios abruptos en las prácticas y comportamientos de salud pública.
Esto mientras el presidente Trump se la pasa diciendo falsamente que estamos
rodeando la curva y controlando la pandemia. Incluso ha dicho que en un futuro cercano
despedirá al Dr. Fauci.
Volviendo a la idea que tienen algunas personas de que, si
pudiesen estimular o aumentar su sistema inmunológico o de defensa, quizá
podrían evitar tener que seguir las recomendaciones de los Centros para el
Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y/o las recomendaciones de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) para protegerse del COVID-19.
Especialmente porque existen muchos sitios en el internet o en revistas que
promueven vitaminas, suplementos, hierbas, probióticos u otros productos con
múltiples promesas al respecto. Desgraciadamente, no hay evidencia de que
ayuden. Para entender esto mejor, empecemos por ver cómo funciona el sistema
inmunológico.
Funcionamiento del sistema inmunológico
La función del sistema inmunológico es la de proteger al
cuerpo de agentes extraños o patógenos, que pueden ser bacterias, virus,
parásitos u otros organismos y sustancias. Para ello cuenta con una red de
órganos, tejidos y células. Entre los principales están los glóbulos blancos,
que se almacenan en los órganos linfáticos (el timo, el bazo, la médula ósea y
los ganglios linfáticos). Tenemos diferentes tipos de glóbulos blancos que
también tienen diferentes funciones: Los fagocitos (neutrófilos, monocitos,
macrófagos y mastocitos) y los linfocitos (linfocitos B y linfocitos T).
Un antígeno es cualquier sustancia que puede desencadenar
una respuesta inmunológica. Puede ser un virus, una bacteria, un hongo, una
toxina, un cuerpo extraño. Pero puede ser una de nuestras propias células si
está defectuosa o muerta.
Cuando un linfocito B detecta un antígeno, secreta un
anticuerpo que es específico para ese antígeno. Los anticuerpos son parte de
una familia de químicos llamados inmunoglobulinas. Tienen un papel en la
respuesta inmune:
Las inmunoglobulinas G (IgG) marcan a los microbios para
poder identificarlos.
Las inmunoglobulinas A (IgA) se encuentran en líquidos de
entrada al cuerpo como la saliva y las lágrimas.
Las inmunoglobulinas E (IgE) protegen contra parásitos y se
elevan durante las alergias.
Las inmunoglobulinas D (IgD) se mantienen unidas a los
linfocitos B ayudándolos a iniciar la respuesta inmune.
Hay dos tipos de linfocitos T: las células T Auxiliares y
las células T asesinas (o linfocitos T citotóxicos). Los primeros coordinan la
respuesta inmune. Los segundos atacan a otras células T y son especialmente útiles
para combatir a los virus.
El sistema inmunológico y la edad
El sistema inmune de cada persona es diferente pero madura
y se vuelve más fuerte después de la adolescencia ya que el cuerpo ha tenido la
oportunidad de haber estado expuesto a más patógenos. Es por eso que los
adolescentes tienden a enfermarse menos que los niños.
Pero, a medida que avanzamos en edad, nuestra respuesta
inmune se reduce, lo que contribuye a más infecciones y a más cáncer.
Tipos de inmunidad
Hay tres tipos de inmunidad:
Inmunidad innata. La primera línea de defensa. Se refiere a
las barreras externas de nuestro cuerpo. La piel y las membranas mucosas (la
garganta y el intestino)
Inmunidad adquirida. La que desarrollamos a medida que
estamos expuestos a enfermedades o nos vacunamos. El sistema inmunológico
recuerda a los invasores previos. Es la memoria inmunológica.
Inmunidad pasiva. Es la que le pasa la madre al bebé a
través de la placenta durante el embarazo o a través de la leche al amamantar a
su bebé. Protege al pequeño contra algunas infecciones durante un tiempo
limitado únicamente.
Ahora, volvamos a la idea de estimular o aumentar el
sistema de defensa. La idea de aumentar el sistema de defensa no es buena. Un
sistema de defensa hiperactivo llevaría a un trastorno autoinmune. Eso equivale
a crear una enfermedad que requiere tratamiento. Lo único que queremos es un
sistema de defensa que funcione normalmente para prevenir una infección. En el
caso del COVID-19, o de la influenza o flu, para prevenir un virus, etc.
Y, aunque es cierto que nuestro cuerpo necesita vitaminas y
minerales (como la vitamina A, la vitamina C y el zinc) para funcionar
normalmente, las cantidades más elevadas no hacen que funcione mejor.
¿Qué dicen los expertos?
El Dr. Shiv Pillai, Profesor de Medicina del Harvard
Medical School y Director del programa de inmunología de Harvard dice que
“Obviamente, una nutrición buena y balanceada es importante pero, yo no pienso
que haya una evidencia científica fuerte de que ningún tipo de comida se haya
vinculado con una mejor función inmunológica, y sin duda no hay ningún trabajo
serio en esta área que yo sepa”.
Una dietista registrada y vocera para el Academy of
Nutrition and Dietetics dice que “La profesión médica aún no sabe con exactitud
cómo influenciar el sistema inmune a pesar de lo que los productos de
suplementos puedan postular”.
Entonces… ¿Qué puedes hacer?
Si consumes una dieta variada y saludable que contiene una
cantidad adecuada de proteína, fibra, vitamina y minerales, no necesitas
suplementos. Por ejemplo: Típicamente se recomienda que la mitad de tu plato
contenga frutas y vegetales, ¼ contenga un alimento rico en proteínas (pescado,
pollo, frijoles o habichuelas, huevo, etc.) y el otro ¼ granos integrales
(arroz integral, bulgur, avena, etc.).
Asegúrate de seleccionar las frutas y vegetales del color
del arcoíris para obtener suficiente vitamina A y vitamina C (incluyendo
vegetales de hoja verde, manzanas, zanahorias, bayas, naranjas, etc.). Si
piensas que tu dieta no te proporciona todos los micronutrientes que necesitas
porque, por ejemplo, no te gustan los vegetales, el tomar una multivitamina podría
proporcionarte algún beneficio (aunque no sea necesariamente para el sistema
inmunológico). Pero tomar dosis altas de una sola vitamina generalmente no es
necesariamente mejor. De todas maneras, te recomiendo que lo discutas con tu
proveedor de salud antes de iniciar cualquier suplemento, especialmente si
tomas otras medicinas o tienes otros problemas médicos.
La vitamina D se sintetiza de la exposición al sol. Pocos
alimentos la contienen, como los pescados grasos y algunos que están
fortificados, como la leche. La cantidad que se necesita depende de la edad y
del sexo. El exceso de vitamina D no es bueno. Podrías chequear con tu médico
si necesitas un suplemento.
En algunos casos como en las mujeres en la edad de la
reproducción, durante el embarazo, las personas con problemas de malabsorción,
las personas que se han sometido a cirugía bariátrica, etc., se recomienda que
tomen algunos suplementos vitamínicos. No es necesario que sean caros. Los
genéricos económicos que encuentras en la farmacia o el supermercado son igual
de buenos. Hay muchos charlatanes vendiendo productos caros que no necesitas.
Con respecto a los probióticos, existen miles, pero muy
pocos están respaldados por estudios serios. Ninguno ha sido comprobado para
estimular el sistema inmunológico o para prevenir el COVID-19. Habla con tu
médico antes de tomarlos. Especialmente si tienes otros problemas médicos y/o
tomas otras medicinas.
En conclusión, para mantener tu sistema inmunológico
fuerte, selecciona un estilo de vida saludable:
Come una dieta balanceada alta en fruta y vegetales
Haz ejercicio regularmente
Procura mantener un peso sano
Si tomas bebidas alcohólicas, hazlo en moderación
Duerme suficiente
No fumes
Procura disminuir el estrés
Sigue las recomendaciones para evitar infecciones: Lávate
tus manos con frecuencia, cocina bien la carne. (Y en esta época de COVID-19,
sigue las recomendaciones de los CDC para prevenir el COVID-19 también).
Obviamente, las investigaciones continúan con respecto a
los efectos de la dieta, el ejercicio, la edad, el estrés y otros factores en
la respuesta inmunológica tanto en los animales como en los humanos. Mientras
tanto, un estilo de vida saludable y las recomendaciones para prevenir
infecciones siguen siendo la mejor defensa para mantener al sistema
inmunológico fuerte y sano.
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