NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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MARTES 4 ABRIL 2017
DOCTORA
ALIZA
PUBLICADO
EN DIETA Y NUTRICIÓN
Esta
pregunta se la hacen millones de personas diariamente cuando van a cocinar o
hacer las compras en el supermercado o en la tienda. Si tienes el colesterol
alto o te interesa simplemente cuidar la salud de tu corazón y tu nutrición en
general, sigue leyendo. Acá te despejo las dudas sobre quién sale ganador de la
batalla margarina vs. mantequilla.
No
hay duda que el olor del pan recién horneado con mantequilla es maravilloso. Es
una de esas simples delicias de la vida que a muchos los tienta en el desayuno,
o cuando van a un restaurante y les ponen en frente una canasta de deliciosos
panes con la mantequilla al lado lista para ser untada. Pero quizá, cada vez
que te la comes, piensas que estás haciendo algo que no deberías. Y se te viene
a la mente el recuerdo de tu abuela o tu mamá cocinando con margarina, porque
‘es mejor para la salud’. ¿Cuál es la verdad sobre la mantequilla y la
margarina? Empecemos analizando cuidadosamente una por una para saber en qué te
benefician o te perjudican.
Margarina:
Tiene
a su favor que está hecha de aceite vegetal, por lo cual no contiene
colesterol. Además tiene un alto contenido de grasas poli-instauradas y
monoinsaturadas, mejor conocidas como grasas “buenas”. Este tipo de grasas
reducen el colesterol “malo” (la lipoproteína de baja densidad o LDL). Pero ten
cuidado, porque no todo es color de rosa con la margarina. Su principal punto
débil tiene que ver con su alto contenido de grasas trans. Estas grasas,
también conocidas como hidrogenadas, son las que le dan su consistencia dura a
la margarina. Así que por lógica, mientras más dura la margarina, más grasas trans
contiene. En ese caso, es mejor comprar las que vienen en tubos y son más
blandas o líquidas. Recuerda que las grasas trans aumentan el colesterol “malo”
y además, tienden a disminuir el colesterol “bueno” (lipoproteína de alta
densidad o HDL).
Mantequilla:
Es la
debilidad de muchas personas que la adoran y no la cambiarían por nada en el
mundo. Pero esta también tiene sus debilidades, o mejor, sus puntos negativos:
cuenta con dos ingredientes que aumentan el colesterol: grasa saturada y
colesterol animal. Su alto contenido de grasa saturada representa un problema
para la salud porque incrementa el colesterol “malo” o LDL. La grasa saturada
juega un papel importante en el aumento del riesgo de sufrir enfermedades del
corazón. Imagínate: la cantidad ‘sana’ de grasa saturada recomendada al día es
de entre 10 y 15 gramos y una sola cucharada de mantequilla contiene 7 gramos
(o sea que si comes varios panes con mantequilla al día, superas fácilmente es
cantidad). Pero no sólo eso: la dosis diaria de colesterol que se considera
saludable, es de 200 miligramos y una cucharada de mantequilla, ya contiene: 33
miligramos. Haz la cuenta.
En
conclusión, la margarina (especialmente la más saludable), sale más favorecida
en la batalla contra la mantequilla. Pero si la margarina no te gusta para
nada, puedes usar alternativas como mantequilla ligera (“light”) o mantequilla
líquida. También existen en el mercado algunos productos que mezclan
mantequilla con aceite de oliva u otros aceites vegetales. Pruébalos, pero no te
olvides de siempre leer las etiquetas con la información nutricional.
También
puedes consultar con un especialista si tienes dudas o si tienes alguna
condición cardiovascular especial o problemas de colesterol que te restrinjan
el consumo de la margarina y/o la mantequilla.
¡Que
todo sea por el bien de tu salud!
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