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MARTES 12 NOVIEMBRE 2019
¿Sufres
de obesidad? ¿Te has preguntado alguna vez si podrías transmitir este problema
de salud a tus hijos? Un estudio realizado por la Asociación Americana de la
Diabetes investiga si las mujeres pueden transmitir genéticamente este
padecimiento a sus hijos a través de las células madre del cordón umbilical.
Así
como el color de ojos, el de la piel o la estatura son determinados por la
herencia o genética de nuestros padres, también en cierta manera, la obesidad y
algunas enfermedades relacionadas con ella podrían ser transmitidas al bebé en
el útero.
Esto
lo indagó una investigación reciente
llevada a cabo por la Asociación Americana de Diabetes, una institución
que dirige la iniciativa llamada Stop Diabetes, cuyo objetivo es luchar contra
la diabetes y conocer sus consecuencias. En este estudio se utilizaron muestras
de células madre de los cordones umbilicales de madres con pesos normales y de
madres obesas.
Los
investigadores encontraron que los bebés de las madres obesas tenían mayor
acumulación de grasa, en comparación con las madres cuyo peso era normal.
Algunos
estudios previos han encontrado que los niños de padres obesos tienen mayor
riesgo de ser obesos y de tener trastorno metabólicos (como diabetes). De
acuerdo a la doctora Kristen E. Boyle, profesora asistente de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Colorado,“Está claro que existe una propensión a
que haya mayor contenido graso en las células de los hijos de madres obesas.
También sabemos que la acumulación de grasa en las células correspondía con la
masa de tejido graso del bebé, al momento del nacimiento”,
Una
de las grandes incógnitas que se están intentando resolver a través de esta
investigación es si se puede llegar a determinar, incluso antes del nacimiento
del niño, si éste será un adulto obeso.
“El
próximo paso es darles seguimiento a estos niños para ver si hay un cambio
duradero hasta la adultez”, expresó Boyle, “una de las preguntas que debemos
explorar es cómo los hijos de madres obesas pueden estar en riesgo de convertirse
en obesos como resultado de factores que ocurren antes de que nazcan”.
Los
investigadores esperan poder determinar si existen muestras de resistencia a la
insulina u otras cuestiones relacionadas con el metabolismo. Piensan seguir a
los niños porque saben que estos trastornos, como el desarrollo de diabetes,
puede tomar muchos años.
Contra
la obesidad
En un
estudio realizado por la Universidad de Illinois en 251 jóvenes mexicanos para
conocer si tenían predisposición a la obesidad heredada por sus padres, se
encontró que el 35 por ciento sí había heredado el riesgo de obesidad de sus
padres.
En
esta investigación se intentó averiguar cómo los cambios en el peso de los
jóvenes, el Índice de Masa Corporal (IMC), los hábitos alimenticios y el
ejercicio afectan su salud a través de su vida, y cómo pueden contribuir a
problemas relacionados con las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
“Si
los jóvenes se dan cuenta temprano de que tienen esta predisposición, pueden
luchar contra ella. Si están en riesgo de desarrollar obesidad, una dieta
saludable y hacer ejercicio regular es aún más importante para ellos”, concluyó
Terán-García.
Así
que es posible contrarrestar lo que dictan los genes: eligiendo un estilo de
vida más saludable. Estos buenos hábitos serán especialmente importantes para
los jóvenes que tienen un riesgo genético para la obesidad.
Éstas
son algunas de las recomendaciones del National Heart, Lung, and Blood
Institute (Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y de Sangre, o NHLBI, por sus
siglas en inglés) para evitar los problemas cardiovasculares y de diabetes:
Toma
decisiones sanas respecto a las comidas. Analiza la energía que ingieres en los
alimentos contra la que gastas.
Pon
atención en el tamaño de las porciones; por ejemplo, a veces una porción
individual servida en un restaurante puede ser para dos personas.
Encuentra
actividades que disfruten todos en la familia. Por ejemplo, salgan a caminar a
paso rápido, a pasear en bicicleta o a patinar.
Reduce
el tiempo que pasas frente a los aparatos electrónicos. Se recomiendan dos
horas o menos al día frente al televisor.
Revisa
con frecuencia tu peso, Índice de Masa Corporal y circunferencia de la cintura;
también los de tus hijos.
Aprende
a leer las etiquetas de los alimentos y a comer una dieta sana y balanceada.
Estos son algunos ejemplos de recetas deliciosas y saludables, pero recuerda
que el tamaño de las porciones es muy importante.
¿Cómo
puedes saber si tienes sobrepeso u obesidad?
A lo
largo de nuestra vida las variaciones de peso y tamaño del cuerpo son
completamente normales, sin embargo, existen casos en los que esos cambios
pueden ocasionar enfermedades serias de salud y debemos estar alerta. A
continuación te indicamos algunos signos que te ayudarán a saber si estás en
riesgo de padecer sobrepeso u obesidad:
La
ropa te queda apretada y necesitas tallas más grandes.
Al
subirte a la báscula ves un aumento de peso.
Tienes
exceso de grasa en la cintura.
Los
valores de tu IMC y de la circunferencia de cintura son más altos que lo
normal. Calcula tu índice de masa corporal.
En
conclusión, aunque es posible que haya factores hereditarios que predispongan a
la obesidad, podemos controlar nuestros hábitos alimenticios y de ejercicio para
evitar o limitar la obesidad.
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