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VIERNES 12 JUNIO 2020
El uso generalizado de
mascarillas entre la población podría reducir la transmisión de COVID-19 a
niveles controlables y podría evitar nuevas olas de la enfermedad pandémica en
combinación con las cuarentenas, según un estudio británico difundido el
miércoles.
La investigación, dirigida
por científicos de las universidades británicas de Cambridge y Greenwich,
sugiere que los confinamientos por sí solos no detendrán el resurgimiento del
nuevo coronavirus SARS-CoV-2, pero que incluso las mascarillas caseras pueden
reducir drásticamente los índices de transmisión si un número suficiente de
personas las usan en público.
«Nuestros análisis apoyan la
adopción inmediata y universal de las mascarillas por parte la población», dijo
Richard Stutt, quien codirigió el estudio en Cambridge.
Según Stutt, la combinación
del uso generalizado de mascarillas con el distanciamiento social y algunas
medidas de confinamiento, podría ser «una forma aceptable de gestionar la
pandemia y reabrir la actividad económica» antes de que se desarrolle una
vacuna eficaz contra la COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el
coronavirus.
Las conclusiones del estudio
se publicaron en la revista científica «Proceedings of the Royal Society A».
Al comienzo de la pandemia,
las pruebas científicas sobre la eficacia de las mascarillas para retardar la
transmisión de enfermedades respiratorias eran limitadas, y no había datos
sobre COVID-19, ya que se trataba de una enfermedad previamente desconocida.
Sin embargo, ante los
estudios publicados en las últimas semanas, la Organización Mundial de la Salud
dijo el viernes que ahora recomienda que todo el mundo utilice mascarillas de
tejido en público para tratar de reducir la propagación de la enfermedad.
En este estudio, los
investigadores vincularon la dinámica de la propagación entre las personas con
modelos a nivel de población para evaluar el efecto en la tasa de reproducción
de la enfermedad, o valor R, de diferentes escenarios de adopción de
mascarillas combinados con períodos de confinamiento.
La tasa o número R mide el
número medio de personas a las que una persona infectada transmitirá la
enfermedad. Un valor R superior a 1 puede conducir a un crecimiento
exponencial.
El estudio concluyó que si la
gente usa mascarillas cuando está en público es dos veces más eficaz para
reducir el valor R que si las mascarillas se usan solo después de que aparecen
los síntomas.
En todos los escenarios
analizados por el estudio, el uso rutinario de mascarillas en un 50% o más de
la población redujo la propagación de COVID-19 a un número R inferior a 1,0,
aplanando las futuras ondas de la enfermedad y permitiendo un confinamiento
menos riguroso.
Expertos no directamente
involucrados en el nuevo estudio británico se mostraron divididos sobre sus
conclusiones.
Brooks Pollock, experto en
modelización de enfermedades infecciosas de la Universidad de Bristol, dijo que
el probable impacto de las mascarillas podría ser mucho menor de lo previsto.
Trish Greenhalgh, profesor de la Universidad de Oxford, dijo que los hallazgos
eran alentadores y sugirió que las mascarillas «probablemente sean una medida
efectiva para la población».