NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓNnoticiasdeteziutlan@hotmail.com
MARTES 6 OCTUBRE 2020
Si
estás cansado(a) de probar dietas y de privarte de comer cosas sabrosas para
perder peso, aquí te damos ocho recomendaciones que te ayudaran a perderlo de
manera gradual, sin sacrificios y disfrutando del buen gusto. No esperes
resultados mágicos, mejor piensa que comenzarás una nueva aventura que te
ayudará a verte mejor y a estar más sano(a) durante el resto de tu vida.
Qué sencillo
sería si uno pudiera perder el peso sobrante como por arte de magia ¿verdad?
Sin embargo, cualquiera que esté pasado de peso y haya intentado hacer una o
varias dietas alguna vez, sabe lo difícil que puede resultar, no sólo evitar
los alimentos que a uno le gustan, sino también controlarse en situaciones en
las que tomar una decisión alimenticia saludable puede ser complicado. Imagínate evitar caer en la tentación en
alguna fiesta o reunión de amigos en donde abundan los bocadillos, las bebidas
azucaradas y el alcohol… Una tortura, ¿no es cierto?
¿Cómo
puedes hacer para cuidarte, perder peso y seguir teniendo una vida social y
laboral común y corriente? Es la gran pregunta. Y para ayudarte a realizarla,
aquí te proponemos algunas estrategias:
1. Planifica
tus comidas. Así sabrás qué comerás día a día y evitarás diferentes situaciones
que pueden atentar contra tu plan para perder peso, como llegar con hambre a la
casa sin saber qué vas comer. También
sabrás si debes llevar algo preparado al trabajo o si tendrás un día agitado y
necesitas un plan especial para no caer en la tentación. Y si vas a una reunión
con tus amigos o surge algo inesperado, simplemente come una porción reducida
de lo que estén sirviendo y asegúrate de elegir agua o bebidas sin azúcar.
2. A
la hora de planificar tus comidas, piensa en frutas y verduras que le agreguen
color a tu plato e inclúyelas en cada comida como la porción más importante.
Reemplaza las harinas refinadas por productos integrales y agrega proteínas a
tu plato. Si son de procedencia animal, pueden ser carnes, pescados, huevo,
queso y lácteos en general, los últimos
de preferencia bajos en grasa o descremados. Recuerda que es muy importante que
tengas presente si tienes algún otro problema de salud como el colesterol o la
presión elevados, diabetes o problemas del corazón, entre otros. En esos casos,
lo mejor es consultar con tu médico sobre qué alimentos debes evitar y cómo
elaborar una dieta apropiada para ti.
3.
¿Muchas comidas pequeñas a lo largo del día o pocas que te satisfagan? Depende.
Deberías probar el método que más se adapte a ti. Algunos especialistas
recomiendan comer bocadillos pequeños varias veces a lo largo del día para
evitar que te dé mucha hambre. Sin embargo, hay estudios que demuestran que
algunas personas que siguen dietas bajas en calorías se sienten más satisfechas
y tienen menos hambre cuando comen tres veces al día únicamente. Lo que si es
importante es que no comas menos de tres veces al día y que no te saltes el
desayuno.
4. A
la hora de los bocadillos, puedes elegir frutas o cereales sin azúcar. También
hay una opción deliciosa y saludable: las frutas secas, como nueces y
almendras, en lo posible sin sal, crudas o tostadas en seco. Aportan ácidos
grasos y otros nutrientes saludables. Pero ten cuidado porque contienen muchas
calorías. Lo ideal es comer alrededor de 15 unidades por porción, no más.
5.
Las porciones son importantes: mide lo que comes. En general estamos
acostumbrados a servirnos porciones más grandes de las que realmente
necesitamos. Para evaluarlo, puedes ayudarte con las indicaciones en las
etiquetas de los productos. Sírvete normalmente y luego pésalo. Al principio,
necesitaras medir los alimentos pero con el tiempo tus ojos se acostumbrarán a
los tamaños apropiados y ya no necesitarás básculas, tazas ni cucharas
especiales. De todos modos, mantenlas siempre a mano para calcular cuando lo
necesites.
6.
Para comer esas porciones de alimentos variados y medidos, apaga la televisión
y elimina otros estímulos que puedan desviar tu atención. Entonces, concéntrate
y piensa en lo que estás comiendo: algunos estudios indican que concentrarse en
la comida puede provocar más sensación de saciedad. Asimismo, mastica
lentamente y come despacio, cuanto más tiempo duren tus comidas mejor, así el
estómago podrá enviarle la señal de alerta al cerebro para que sepa cuándo
detenerse. Esto puede ser realmente un desafío para algunas personas. Para
lograrlo, tomate el tiempo, por ejemplo, si ves que tardas dos minutos en
desayunar, mañana trata de hacerlo en 5, luego 10 y así. Como ves, aquí también
será necesario que te organices, pues es posible que debas levantarte más
temprano para poder desayunar más tranquilo.
7.
Haz que tus comidas tengan buen gusto. Uno de los mayores problemas a la hora
de la dieta para perder peso es esa sensación que tienen muchas personas de que
no pueden comer cosas sabrosas y terminan comiendo siempre lo mismo, algo que
se vuelve aburrido y desabrido. ¿Pero quién decide qué es más sabroso? Muchas
veces tiene que ver con las costumbres, ¿sabías que es posible comer más y
adelgazar? Para eso, debes abrirte a nuevos sabores, probar nuevos alimentos,
buscar recetas saludables… en definitiva, dedicarle un tiempo a pensar qué,
cómo y cuándo comerás. Y esta es la mejor parte de esta aventura en la que
habrás entrado, el descubrir y crear cosas nuevas. Y recuerda que además de la
sal y el aceite hay un mundo de especias y condimentos saludables que pueden
hacer que tu plato de arroz integral sea totalmente diferente en combinación
con unos o con otros, incluso, un poco de picante que hasta puede ayudarte a
comer menos.
8.
Por último, para acompañar el proceso de perder peso y mantenerse en un peso
saludable, algunas personas tienen buenos resultados si llevan un control
cercano de su cuerpo y de sus hábitos. Pésate con frecuencia y toma nota de lo
que comes, cuándo, cuánto, dónde y por qué (incluso, cuánta hambre tenías o
cuál era tu estado de ánimo mientras comías). Luego de una semana revisa tus
notas y comienza a descubrir tu verdadera relación con los alimentos, sin
engaños ni justificaciones. Así podrás modificar algunas conductas de las que
posiblemente no te habías dado cuenta y que están atentando contra tu peso y tu
salud.
Y si
estás por darte por vencido(a), ten presente que los verdaderos logros se
cosechan con el tiempo. Algunos especialistas consideran que se necesitan al
menos tres meses para que tu cerebro se adapte a nuevos hábitos de consumo.
Por
eso, no esperes adelgazar mucho y perder peso rápidamente, ya que en esos casos
lo más probable es que también recuperes el peso perdido rápidamente ni bien
dejes los nuevos hábitos, lo cual puede ser muy desalentador.
Por
el contrario, la propuesta es que tu nuevo plan nutricional se convierta en un
estilo de vida más saludable que perdure en el tiempo. Por eso, lo más
importante es ir incorporando éstos hábitos saludables poco a poco, seguir de
cerca tus logros, reconfortarte con ellos y no frustrarte ante los posibles
retrocesos. ¡Anímate a sumergirte en esta aventura de sabores, aromas y
colores!
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