DOCTORA ALIZA
Es tan común como el catarro (aproximadamente una de cada seis personas lo padece), corre en las familias, abunda entre los latinos y el riesgo aumenta con la edad… así que las probabilidades de que te afecten son altas. Ésta, sin embargo, es una “lotería” que no quieres ganar. Se trata del síndrome metabólico, un conjunto de factores que aumenta tu riesgo de sufrir de enfermedad cardiaca, diabetes o accidente cerebrovascular. No te angusties: puedes combatirlo y hasta evitarlo… ¡Para luego es tarde!
Según la Asociación Americana del Corazón, 47 millones de estadounidenses lo padecen, lo que equivale a 1 de cada 6 personas. Presta atención y no creas que vivir en otro país te libra del peligro: esos datos sirven para que tengas una idea de lo frecuente de la condición que puede afectarle a muchas personas en cualquier parte del mundo. Se trata del síndrome metabólico, identificado como tal hace solamente unos 20 años, pero tan común como la gripe o el catarro. Es una condición seria, pero no es una enfermedad en sí, sino un conjunto de factores de riesgo que ponen en un mayor peligro a tu salud. Concretamente, quintuplican tu riesgo de desarrollar diabetes y duplican tus probabilidades de desarrollar enfermedad coronaria (de las arterias del corazón) y de los vasos sanguíneos, y ya sabes que ambas cosas pueden conducir a un ataque cardíaco o a un accidente cerebrovascular (derrame cerebral).
¿Cuáles son esos factores de riesgo? Según el National Heart, Lung, and Blood Institute (el Instituto Nacional del Corazón, del Pulmón y de la Sangre) y la Asociación Americana del Corazón, existen cinco factores que forman el síndrome metabólico:
Cintura ancha o grande (40 pulgadas /101 cm o más
para los hombres; 35 / 88.9 cm pulgadas o más para las mujeres). Este factor también se conoce como obesidad
abdominal o “tener el cuerpo en forma de manzana”. El exceso de grasa en el área del estómago es
un factor de riesgo mucho mayor para la enfermedad cardíaca que el exceso de
grasa en otras partes del cuerpo, como en los muslos o en las caderas, por
ejemplo.
Nivel de triglicéridos alto/o tomar medicamentos
para tratar los triglicéridos. Estas sustancias son un tipo de grasa que se
encuentra en la sangre. Se considera un nivel alto si supera los 150 mg/dl.
Nivel bajo del colesterol “bueno” o lipoproteína
de alta densidad o LAD o tomar medicamentos para tratar la LAD (también
conocida como HDL por sus siglas en
inglés) . A este tipo de colesterol se le conoce como bueno porque ayuda a
eliminar el depósito de colesterol de las arterias. Un nivel bajo de LAD
aumenta tu riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca. Para los hombres, un
nivel bajo sería menor a los 40 mg/dl y en el caso de las mujeres menor a los
50 mg/dl.
Presión alta (hipertensión)/o tomar medicamento
para tratarla. La presión arterial es la
fuerza con que la sangre presiona sobre las paredes de las arterias cuando el
corazón late. Si esta presión sube y se mantiene alta puede dañar tu corazón y
contribuir a la acumulación de placa en las arterias. Se considera alta una presión arterial por
arriba de 135/85 mm Hg. respectivamente. El primer número corresponde a la
lectura llamada sistólica, el segundo número se llama diastólica. Ambas son importantes.
Nivel de glucosa en la sangre en ayunas alto, es
decir, 100 mg/dl o más/o tomar medicamentos para tratarla.
Cada uno de estos factores, por separado,
representa un problema de salud que debes atender. Imagínate, entonces, lo preocupante que debe
ser que se combinen más de uno. Si tienes por lo menos tres de ellos, entonces
padeces del síndrome metabólico.
Las causas del síndrome metabólico
Como el síndrome incluye una diversidad de factores de riesgo, sus causas son también variadas Algunas quedan fuera de tu control y son las siguientes:
Genética: si en tu familia, por ejemplo, existe
tendencia a la diabetes, a la resistencia a la insulina o a la hipertensión
tienes un riesgo mayor de sufrir el síndrome metabólico.
Grupo étnico: el síndrome es más común entre los
latinos, los afroamericanos, los asiáticos y los indios oriundos de América del
Norte.
Edad: el peligro de sufrir el síndrome metabólico
aumenta con el paso de los años, algo que tampoco puedes controlar.
Por otro lado, hay otro grupo de causas del síndrome metabólico, relacionadas con el estilo de vida, en donde si puedes influir. Estas son:
Sobrepeso u obesidad
Estilo de vida sedentario
Resistencia a la insulina: recuerda que la
insulina es una hormona que ayuda a convertir la glucosa en energía. En las
personas con resistencia a la insulina, los niveles que el cuerpo produce no
son suficientes para metabolizar adecuadamente la glucosa. El organismo
necesita producir cada vez más para lidiar con los niveles cada vez más altos
de glucosa, lo que a la larga, puede culminar en diabetes. Un vientre demasiado
abultado, por lo general, es una indicación de que existe resistencia a la
insulina.
Hay otras condiciones que también juegan un papel importante en el desarrollo del síndrome metabólico. Unas, por ejemplo, están relacionadas con desbalances de tipo hormonal, como el síndrome del ovario poliquístico (tendencia a desarrollar quistes en los ovarios). Y se sabe que las personas con hígado graso, apnea del sueño o que padecen de cálculos biliares (en la vesícula) tienen mayor tendencia a desarrollar este síndrome.
Además de las causas anteriores, es importante que tengas en cuenta que también se puede incrementar el riesgo de sufrir síndrome metabólico si:
Tomas medicinas que te hagan subir de peso o que
alteren tus niveles de presión arterial, de glucosa (azúcar) o de colesterol en
la sangre.
Tienes un padre o un hermano diabético
Tienes antecedentes de diabetes en la familia
¿Cómo se trata el síndrome metabólico?
Una vez que tu médico detecte que tienes al menos tres de los factores de riesgo, te indicará, como primera medida, inicies una serie de cambios en tu estilo de vida, entre ellos:
Perder peso
Comenzar un régimen de ejercicios de acuerdo a tu
edad y estado de salud
Seguir una dieta balanceada y saludable
Dejar de fumar inmediatamente, si es que fumas
Si los cambios en el estilo de vida no fueran suficientes entonces se utilizan medicamentos para tratar y controlar los factores de riesgo necesarios (hipertensión, triglicéridos, colesterol o nivel elevado de glucosa en la sangre). Existe la posibilidad de que tu médico también te sugiera que tomes aspirina. El objetivo no es para quitar ningún dolor. La aspirina disminuye la aglutinación de las plaquetas en el interior de los vasos sanguíneos que participan en la formación de los coágulos que se asocian con la enfermedad cardiovascular (que aumenta en el caso del síndrome metabólico). Pero no tomes nada sin la recomendación de tu médico.
¿Has reconocido alguno de los factores? Si es así, es importante visitar a tu médico. De esa forma sabrás exactamente cómo anda tu presión arterial, tu peso, tus niveles de triglicéridos, de HDL y de glucosa. Ése es el primer paso, el más sencillo y definitivo. Luego, necesitas fuerza de voluntad para realizar los cambios necesarios en tu estilo de vida que, día a día, te irán llevando a mejorar tu salud. Ten presente que el síndrome metabólico es una combinación de factores que muchas veces no dan síntomas hasta que se desarrollan las complicaciones. El momento para hacerle frente es ahora mismo. ¡No lo dejes para mañana!