NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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JUEVES 30 MAYO 2019
EMBARAZO
Y BEBÉS
“¿Lo dejamos o no lo dejamos?” Esta es la
pregunta que muchas veces se hacen los padres ante los reclamos de sus niños
que, ya sea por miedo o porque prefieren estar en compañía, quieren a sus
padres cerca a la hora de dormir. Con respecto a este tema hay opiniones a
favor y en contra. Si como padres temen que compartir la cama con sus hijos
afecte su desarrollo, un estudio ha demostrado que hacerlo después del primer
año de vida no presenta riesgos. Sigue leyendo y luego cuéntanos: ¿lo han
dejado compartir la cama con ustedes o no?
A
muchas mamás les encantaría dormir toda la noche con sus bebés sobre el pecho,
pero los especialistas no lo recomiendan. La Academia Americana de Pediatría
(AAP por su sigla en inglés) sugiere que los lactantes no compartan la cama con
sus padres. El temor principal es que sufran lo que se conoce como Síndrome de
Muerte Súbita del Lactante.
Independientemente
de esto, el denominado colecho, nombre con el que se denomina, justamente, al
hecho de que los niños duerman o compartan la cama con sus padres varias veces
por semana, parece ser algo cultural.
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Y
mientras algunos temen que esto afecte el desarrollo psicológico de los niños,
otros consideran que la separación entre la mamá y el bebé a veces se produce
demasiado temprano ya que, por ejemplo, en las sociedades occidentales se
tiende a alejarlo y dejarlo solo prácticamente desde el momento en que nace,
aunque, los bebés muy pequeños necesiten el contacto físico constante con sus
mamás hasta que se adaptan al nuevo mundo en que se encuentran.
Ni un
extremo ni otro. Un estudio reciente ha demostrado que dormir en la cama de los
padres luego del primer año de vida no afecta el desarrollo intelectual o
social de los niños pequeños, aunque los investigadores que estuvieron a cargo
recordaron la importancia de tener en cuenta la sugerencia de la AAP.
En
este sentido, el mensaje para las mamás y para los papás sería: compartir la
cama con el bebé no generará problemas de conducta en el futuro. Eso sí, deben
esperar a que el bebé cumpla su primer año de vida. A partir de ese momento
desaparece el riesgo de sufrir el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. Antes
de ese momento lo que mejor es que el bebé duerma cerca de los padres, pero en
su propia cuna.
Para
llegar a estas conclusiones, un equipo de especialistas de la Universidad
Estatal de Nueva York en Stony Brook analizó los datos de casi mil familias de
bajos ingresos que tenían al menos un niño menor de un año al inicio del
estudio.
Los
autores visitaron a cada familia cuando los niños cumplieron uno, dos y tres
años, y les consultaron sobre la salud de sus hijos, las rutinas de crianza y
el lugar donde dormían. De las respuestas se encontró que casi la mitad de las
mujeres había compartido la cama con el bebé en alguna de esas edades, y entre
ellas, las hispanas y las afroamericanas lo hacían con más frecuencia que las
blancas. A los cinco años, todos los niños fueron sometidos a varias pruebas
cognitivas y de conducta, con un enfoque en la evaluación de las habilidades
matemáticas y del lenguaje. Además, analizaron los niveles de hiperactividad y
las habilidades sociales. Tras controlar
varios factores, como el sexo del niño, el peso al nacer, la etnicidad, el
nivel económico y la educación de la madre, los autores no encontraron ninguna
relación entre los niños que compartían la cama con sus padres después de un
año de nacido y el inicio de los problemas de aprendizaje o de conducta a los
cinco años.
Estos
hallazgos, publicados en la edición de agosto de la revista Pediatrics, sugieren que compartir la cama no es
necesariamente una mala idea para los niños de esa edad, pero los especialistas
advierten que el estudio no consideró si esto afecta o no al modo en que
duermen los niños. En este sentido, sí es importante que la calidad del sueño
sea buena para tener un desarrollo apropiado.
Por
eso los padres deberán decidir qué es más conveniente para sus hijos, si deben
compartir o no la cama con ellos, teniendo en cuenta qué costumbres ayudan a descansar
mejor a todos los miembros de la familia.
Los
autores del estudio no pretenden recomendarle a los padres que tomen una
decisión u otra, sino simplemente ayudarles a despejar sus dudas y sus temores
basados en la información que se obtiene de los estudios. ¿A ti qué te parece?
¿Compartes la cama con tu hijo o descansa mejor durmiendo en su habitación?
Escríbenos y danos tu opinión.
Actualización
de un artículo originalmente publicado en el 2011.
Imagen
© Shutterstock / Dmytro Vietrov