NOTCIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
INFORMA
NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓN noticiasdeteziutlan@hotmail.com
MIERCOLES 20 NOVIEMBRE 2019
Si
tienes alguna enfermedad del corazón o estás en alto riesgo de sufrir un
infarto o un accidente cerebrovascular (ACV), es probable que tu médico te
recomiende que tomes anticoagulantes. En Vida y Salud te contamos qué son y
cómo funcionan, para que estés bien informado antes de tomarlos.
No
hay que ser un científico para entender un poco cuál es la función de los
anticoagulantes, pues su mismo nombre lo dice… “anti-coagulante”. Es decir,
este tipo de medicamentos se encarga de evitar que se formen coágulos o
pequeños grumos en tu sangre. Así, evita que se obstruya alguna arteria o
alguna vena y disminuye el riesgo de puedas desarrollar un ataque al corazón o
un accidente cerebral o apoplejía (cuando un coágulo tapa un vaso sanguíneo que
irriga tu cerebro).
También
se les suele llamar diluyentes de la sangre, aunque este nombre puede ser
confuso pues realmente no diluyen la sangre, sino que evitan que se coagule.
Esta es una aclaración importante, pues el tomar un anticoagulantes no quiere
decir que los coágulos que ya se encuentran en tu sangre se van a diluir o a
deshacer. Estos medicamentos sólo se encargan de evitar que se formen nuevos
coágulos.
Existen
dos tipos de anticoagulantes. Los primeros se conocen sencillamente como
anticoagulantes, y mediante reacciones químicas hacen que tu sangre tarde más
tiempo en formar coágulos. Entre los más conocidos en Estados Unidos están: el
dicumarol, la warfarina (Coumadin) y el anisinidione (Miradon).
¿Alguna
vez has escuchado que alguien toma aspirina para el corazón? Pues ese es el
segundo tipo de anticoagulantes, también conocido como medicinas
anti-plaquetarias. Éstas se encargan de evitar que las plaquetas (unas células
que se encuentran en tu sangre) se agrupen para formar coágulos.
Pero
el hecho de que ayuden a evitar los infartos o las apoplejías no quiere decir
que cualquiera debe tomar anticoagulantes. ¡Ten cuidado! Estos medicamentos
sólo se deben tomar cuando te los ha recetado tu médico o tu cardiólogo y deben
tomarse de acuerdo con las indicaciones que él o ella te de.
Los
anticoagulantes se recetan generalmente para las personas que tienen una
enfermedad del corazón como fibrilación auricular, flebitis o que tienen
ciertos defectos congénitos (de nacimiento). Así como para las personas que
tienen un alto riesgo de sufrir del corazón porque son obesos o han tenido una
cirugía de las válvulas del corazón, por ejemplo.
¿Cuánto
debes tomar? Para definir cuál es la dosis que necesitas, el cardiólogo te
realizará un examen de sangre para evaluar el nivel de coagulación y así
definir cuánto diluyente necesitas. Y deberás realizarte chequeos regulares
para revisar que la dosis siga siendo la adecuada de acuerdo a tus necesidades
que podrían variar. Si la dosis no es suficiente no estarás recibiendo el beneficio,
si la dosis es elevada podrías tener una hemorragia. Es importante que el la
dosis esté en el nivel terapéutico que te va a proporcionar lo que necesitas
con el menor riesgo.
Si tu
médico te recomendó que empezaras a tomar anticoagulantes, ten en cuenta que
también debes tener varias precauciones. Por ejemplo, no es recomendable
tomarlos en combinación con ciertos medicamentos, suplementos o hierbas pues
pueden alterar su efecto. Tampoco es recomendable tomarlos cuando has pasado o
pasarás por un procedimiento médico (una cirugía), pues al diluir tu sangre
pueden provocarte una hemorragia. Incluso, si tienes períodos menstruales muy
fuertes o haces deportes en los que corres el riesgo de golpearte fácilmente,
no es recomendable tomar anticoagulantes por la misma razón.
Y las
precauciones no paran ahí. En la mayoría de los casos, tu médico te indicará
algunos cambios en tu dieta, especialmente para evitar los alimentos que tienen
vitamina K (hígado, pescado, espinaca, coliflor, brócoli) pues reducen el
efecto del medicamento o te recomendará que no varíes tu dieta. Además, tampoco
debes fumar ni beber licor mientras tomas anticoagulantes. El alcohol aumenta
el efecto del anticoagulante.
Los
anticoagulantes pueden ser muy positivos para tu salud, pero deben tomarse en
serio. Porque con la sangre no se juega, pues es nuestro líquido vital y
debemos protegerla al máximo.
Ultima
revisión: 2019
Copyright
© 2019 Vida y Salud Media Group. Todos los derechos reservados.
Imagen
© Shutterstock / Ocskay Mark