Todo
el mundo sabe que la actividad física es importante para fortalecer y agilizar
los músculos, evitar la obesidad, combatir enfermedades como la diabetes tipo
2, las afecciones cardíacas y mantener
la salud general. La lista de los beneficios del ejercicio es casi
interminable, pero algunas veces, cuando se hace en exceso puede resultar
perjudicial para el organismo en lugar de beneficiarlo, especialmente para los
sobrevivientes de un ataque cardiaco. Aquí te explicamos.
La
mayoría de las personas no hacen suficiente ejercicio. Otras en cambio se
exceden, y las consecuencias pueden ser dañinas para la salud. En estos casos
se hace realidad una frase que con seguridad conoces de sobra: más no siempre
es mejor.
Cuando
Fernando supo después de un examen médico que tenía los niveles de glucosa
(azúcar) y colesterol en la sangre elevados, entre otros problemas, decidió
dejar a un lado su vida sedentaria y hacer ejercicio. Una excelente idea, que
fue aprobada con entusiasmo por su médico.
Fernando
empezó a correr todas las mañanas. Al principio solo por 15 minutos, que se
fueron alargando poco a poco. Enseguida se sintió mejor, y se animó a correr
más y más tiempo. Pero cuando corría por más de dos horas diarias, los latidos
del corazón (el ritmo cardiaco) se le dispararon, empezó a sentir dolores en
los músculos y en las articulaciones, y llegaba a la casa completamente
exhausto. Se sentía peor que antes. Cuando lo consultó con su médico, él le
dijo que estaba haciendo demasiado ejercicio. Le aconsejó correr 15 o 20
minutos, y nunca más de media hora. Fernando le hizo caso, y los malestares
desaparecieron.
Y es
que el exceso de ejercicio puede dar lugar a lesiones, agotamiento físico y
hasta depresión. Y es posible que te cause daños corporales, algunos incluso,
permanentes.
Esto
es especialmente importante cuando se trata de sobrevivientes de ataques
cardíacos, a los que normalmente se les aconseja que se mantengan activos, y
que hagan ejercicios regularmente para mejorar la salud del corazón. Eso es
cierto, pero un estudio a largo plazo
sugiere que cuando el ejercicio llega a cierto punto de intensidad, empieza a
resultar perjudicial para el paciente.
El
estudio se realizó en Lawrence Berkeley National Laboratory, y se publicó en el
Mayo Clinic Proceedings. Un equipo de investigadores de la institución,
monitoreó por 10 años la salud de casi 2,400 sobrevivientes de ataques
cardíacos que solían caminar o correr. En términos generales, el ejercicio
redujo el riesgo de morir de un ataque cardíaco hasta 65% en los pacientes que
corrían menos de 30 millas o caminaban menos de 46 millas por semana.
Sin
embargo, los resultados del estudio sugieren que los beneficios de correr o
caminar para el cuerpo no se acumulan indefinidamente, y que cuando se pasan
los límites citados, se revierte la tendencia y se produce un aumento
significativo de los riesgos. En los pacientes que corrieron más de 30 millas o
caminaron más de 46 millas por semana el resultado fue el opuesto: el riesgo de
ataques cardíacos se duplicó.
Como
este estudio se limitó a sobrevivientes de ataques cardíacos, los
investigadores no saben si sus
conclusiones pueden aplicarse a los adultos saludables que hacen ejercicios
intensivos. Tampoco están seguros de por qué los que hicieron ejercicios a los
niveles más intensos tuvieron un mayor riesgo de morir de ataques al corazón,
ni si el resultado del estudio puede aplicarse a otras actividades, además de
caminar o correr.
Las
conclusiones del estudio no sorprendieron a los expertos. Según el Dr. Carl
Lavie, cardiólogo de John Ochsner Heart and Vascular Institute, el estudio
muestra que no tienes que hacer
demasiados ejercicios para conseguir grandes beneficios. Según él “Casi
todos los pacientes con enfermedades del corazón deben hacer ejercicios, en
general de 30 a 40 minutos la mayoría de los días. No hay razón para hacerlos
por mucho más tiempo, sobre todo no más de 60 minutos”.
Physical
Activity Guidelines for Americans recomienda realizar 150 minutos a la semana
de ejercicios de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicios de gran
intensidad.
Si
has tenido problemas cardíacos, normalmente 30 minutos al día de actividad
física moderada es suficiente para proteger tu corazón y prevenir problemas
como diabetes, niveles de colesterol elevados y presión arterial alta. Si
piensas que correr dos horas en vez de media hora te hace cuatro veces más
saludable, estás cometiendo un error que, al contrario, puede tener consecuencias
negativas en tu salud.
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