Dolor,
ardor, picazón… no podía haber una peor combinación para sentarse, caminar, y
por supuesto, evacuar. No es un tema agradable, pero tan común, que es casi
obligado que dediquemos unos minutos a hablar de las dolorosas hemorroides y
cómo aliviar sus molestias.
Unos
las conocen como hemorroides, otros como almorranas, pero las llame con uno u
otro nombre pueden sin duda ser molestas y dolorosas. Según los Institutos Nacionales de la Salud
(NIH) de los Estados Unidos, estas venas dilatadas e inflamadas (hinchadas) en
el área del recto y del ano afectan al 75 por ciento de la población en algún
momento de la vida. Son más comunes en
los adultos entre los 45 a los 65 años y en particular, afectan a las mujeres
durante el embarazo y el parto vaginal.
¿Has
tenido hemorroides alguna vez? Si la respuesta es sí, conviene que sepas que,
por lo regular, no representan un peligro serio para la salud. Además de
explicarte cómo buscar alivio para las molestias. Estas recomendaciones también
te serán útiles si no las has padecido, para que evites pasar por la
desagradable experiencia.
Qué
son y qué causa las hemorroides
Una
hemorroide es una vena inflamada en el canal del recto y el ano y la causa
principal es un exceso de presión que puede deberse a:
Hacer
mucha fuerza para expulsar las heces
Diarrea
o su opuesto, el estreñimiento
Embarazo,
que causa presión sobre los vasos sanguíneos de la pelvis a partir del
segundo trimestre
El
esfuerzo de la labor de parto, que puede empeorar las venas de la zona anal
Exceso
de peso u obesidad
Además
del exceso de fuerza o presión, pueden deberse a otras causas, como estar
sentado mucho tiempo, una infección en el ano, o algunas enfermedades, como la
cirrosis hepática.
Existen
dos tipos de hemorroides: las internas, que se forman dentro del canal del
recto, y las externas (cubiertas por la piel), localizadas más cerca de la
abertura o esfínter anal (pueden incluso colgar fuera del ano). Se pueden tener
ambos tipos de hemorroides al mismo tiempo.
Las
hemorroides internas: la mayoría de las veces, especialmente si son venas
inflamadas, pero pequeñas, en la pared del canal rectal, ni se ven si se
sienten. Pero puede suceder que sangren al hacer mucho esfuerzo durante la
evacuación (más si hay estreñimiento) y hasta se extiendan y se salgan por el
ano (es lo que se conoce como hemorroides protuberantes o prolapsadas). En este caso sí pueden resultar
extremadamente dolorosas. La persona que las padece verá manchas de sangre roja
en el papel higiénico, o sangre roja en el agua de la taza sanitaria, o
incluso, sobre las heces.
Las
hemorroides externas: a veces la sangre se acumula en una hemorroide cubierta
de piel en la parte externa del ano, y se coagula. El coágulo forma un
abultamiento que produce inflamación y dolor severo en toda el área.
Entre
los síntomas más comunes de las hemorroides internas o externas se encuentran:
Dolor
y picazón en el área anal
Molestias
al sentarse
Sangrado
durante la evacuación (manchas de sangre de color rojo intenso en el papel sanitario,
la taza sanitaria o las heces)
Dolor
durante la evacuación
Dolor
en el recto y al limpiar el área del ano
Cómo
se tratan las hemorroides
La
mayoría de los episodios con hemorroides, tanto internas como externas, pueden
aliviarse y solucionarse con ciertos cuidados que la persona puede tomar en su
casa. Por ejemplo:
Usar
cremas con corticosteroides de venta libre (sin receta) para reducir la
inflamación y el dolor
Usar
cremas para hemorroides que contengan lidocaína para aliviar el dolor
Tomar
baños de asiento, en agua tibia, durante 10 a 15 minutos
Para
evitar hacer mucha fuerza al evacuar, se recomienda usar un ablandador de heces
y consumir una dieta rica en fibra y beber bastante agua para evitar el
estreñimiento que empeoraría la crisis. Para aliviar la picazón y el ardor de
las hemorroides externas, se les puede aplicar agua de hamamelis con una mota
de algodón, dando toques suaves. También se recomienda usar ropa interior de
algodón, evitar el uso del papel higiénico perfumado o de colores y evitar
rascarse el área para no lesionar los tejidos ya de por sí debilitados por la
inflamación. Para limpiar el área es
mejor utilizar una toallita desechable húmeda con cuidado y suavidad.
Con
estas medidas los casos de hemorroides ligeras a moderadas suelen mejorar en
unos 2 a 7 días. Pero si los síntomas no mejoran o empeoran es importante
visitar al médico.
Tratamiento
para casos más severos
Si
las hemorroides no mejoran con los tratamientos caseros, es posible que la
persona necesite medicamentos recetados o un tipo de tratamiento más
invasivo. En el caso de las hemorroides
internas, algunas de las soluciones podrían ser:
Ligar
la hemorroide con una banda de caucho (goma) para reducir el flujo sanguíneo a
la vena
Tratamiento
con calor (coagulación infrarroja) o rayo laser para disminuir la hemorroide
Escleropatía
(inyección de una solución química en la hemorroide para reducirla)
En el
caso de las hemorroides externas trombosadas el médico puede eliminarlas con
una incisión o pincharlas, para aliviar la inflamación y el dolor. Estos procedimientos se realizan bajo
anestesia local y pueden hacerse en el consultorio médico, proporcionando alivio
inmediato.
Sin
embargo, cuando las crisis son recurrentes y severas, a veces se requiere la
eliminación de las hemorroides mediante cirugía, bajo anestesia general: la
hemorroidectomía, para la cual hay diferentes técnicas.
Preste
atención al sangrado rectal
Siempre
hay una primera vez, hasta para tener hemorroides. Pero no asuma que el
sangrado rectal se debe a ellas si de pronto nota sangre en las heces, o mancha
el papel sanitario y no las ve ni las siente.
Sólo su médico puede diagnosticar si se trata de hemorroides.
El
sangrado del recto puede deberse a otras causas más serias como cáncer
colorrectal o cáncer del ano. Así que si el paciente pasa de los 50 es posible
que le indiquen otras pruebas como la sigmoidoscopía o la colonoscopía para explorar
el recto y determinar con exactitud la causa del sangrado.
Más
vale prevenir
La
mejor forma de mejorar las hemorroides que ya se tienen o evitar que se
desarrollen es tomar medidas para prevenirlas. Y eso se logra adoptando hábitos
y normas encaminados principalmente a evitar el estreñimiento, entre ellos:
Mejorar
la dieta, consumiendo alimentos ricos en fibra, como frutas, vegetales y granos
integrales
Beber
bastantes líquidos
Hacer
ejercicio
Evitar
sentarse por largos períodos de tiempo
Usar
suavizadores de heces o tomar suplementos de fibra
Si se
toman estas precauciones y sigues las recomendaciones de tu médico, las
hemorroides leves pueden aliviarse a corto plazo y evitarse a la larga. Un
cambio de vida y de hábitos alimenticios es la base para evitar sufrir las
molestias hemorroides. Empieza a
combatirlas ¡ya!
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