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MIERCOLES 1 NOVIEMBRE 2017
¿Es normal
tener flujo vaginal? ¿Cuándo y por qué cambia el color del flujo? ¿Debo
preocuparme si tiene olor fuerte? ¿Qué significa que sea amarillo? Aquí te
damos la respuesta a estas interrogantes, para que puedas mantener una higiene
íntima saludable y evitar complicaciones vaginales.
Cuando Vilma
le confesó tímidamente a su amiga que estaba preocupada porque sentía que su
flujo vaginal tenía un olor fuerte, Rosa le recomendó distintos perfumes y
productos de limpieza íntima, aunque en verdad estos no son necesarios para
mantener una buena higiene vaginal.
Es normal
que las mujeres tengamos flujo vaginal, pero este debe ser de color claro y
blanco. Ten en cuenta que la cantidad de flujo puede aumentar si estas
ovulando, amamantando o si estás sexualmente excitada.
A veces, el
flujo cambia de color y hasta puede tener un olor fuerte. En esos casos, debes
prestar atención y consultar a un médico, ya que puede indicar la presencia de
una infección. Si es blanco y pastoso, como el queso de cuajada, el requesón o
el ricota, entonces es posible que se trate de una infección provocada por un
hongo, o sea, una vaginitis por hongo, que generalmente se trata del hongo
llamado Candida albicans.
Cuando el
flujo es amarillo (a veces amarillo-verdoso), en cambio, es probable que se
deba a una infección causada por un parásito, algo que se conoce como
tricomoniasis, ya que el parásito se llama Trichomonas vaginalis. En este caso,
se trata de una enfermedad de transmisión sexual que puede aparecer en los
tejidos de la vagina o la uretra. Aunque esta infección es más común en las
mujeres, los hombres también pueden estar infectados, y generalmente, no tienen
síntomas. Entre las mujeres, 2/3 partes de ellas tienen síntomas y sólo un
tercio de las mujeres con tricomoniasis no tienen síntomas. En general, los
signos y síntomas de esta enfermedad en las mujeres incluyen:
Flujo acuoso y burbujeante, amarillento o
verdoso.
Olor
desagradable.
Dolor y
comezón al orinar (más notorios después de los períodos).
En el caso
de los hombres, cuando aparecen los síntomas incluyen:
Irritación
dentro del pene.
Dolor al
orinar.
Dolor y/o
hinchazón en el escroto (las “bolsas” que contienen a los testículos).
En ellos,
además, la infección suele desaparecer espontáneamente y sin provocar síntomas,
pero si el hombre está infectado puede continuar contagiando a la mujer. Por
eso, es importante que ambos integrantes de la pareja reciban tratamiento -que
es con antibióticos- a los dos al mismo tiempo.
La vaginosis
bacteriana o vaginitis bacteriana es una de las infecciones más comunes de la
vagina, frecuentemente es causada por el crecimiento excesivo de una bacteria
anaérobica (es decir, que no necesita oxígeno para sobrevivir o crecer) y un
organismo llamado Gardnerella vaginalis, que normalmente se encuentran en tu
vagina pero en cantidades pequeñas, (aunque no es la única bacteria responsable
de esta infección, existen otras bacterias que también la causan). Estos
organismos conviven con otra bacteria denominada Lactobacilli, cuya misión es
la de producir un desinfectante natural que ayuda a mantener a los organismos
de tu vagina en un nivel normal, saludable, y balanceado.
Cuando se
produce un desequilibrio en esos niveles y las bacterias “dañinas” crecen
demasiado, entonces se produce una infección (la vaginosis bacteriana). Los
síntomas que puedes tener incluyen:
Flujo
vaginal blanco, gris o amarillento.
Olor
desagradable (a pescado), que es más intenso después de las relaciones sexuales
o después de lavarse con jabón.
Comezón o
ardor.
Enrojecimiento
leve e inflamación (hinchazón) de la vagina o la vulva.
No se
conocen las razones exactas de por qué se produce esta infección, que puede
ocurrirle a cualquier mujer, pero se sabe que es más común en las que tienen
varias parejas sexuales o cuando se tiene una pareja sexual nueva. Usar duchas
vaginales también puede aumentar las posibilidades de desarrollar esta
infección.
Para
tratarla, tu médico puede indicarte que tomes antibióticos orales (tomados) o en
forma de crema o gel para insertar dentro de tu vagina. No uses duchas o
desodorantes en aerosol para tratar la vaginosis bacteriana, ya que si bien
estos productos puedan ayudar a esconder el olor, no curan la infección y hasta
pueden empeorarla.
El problema
de no tratar la vaginosis bacteriana es que puede infectar el útero (matriz) y
las trompas de Falopio (los conductos que transportan los óvulos al útero),
esto se conoce como enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). La enfermedad
inflamatoria pélvica (EIP) puede causar varios problemas: puede provocar
abscesos, aumenta las posibilidades de tener un embarazo ectópico (en el cual
un óvulo fecundado crece fuera del útero, generalmente en una trompa de
Falopio) e infertilidad en el futuro. Por eso es tan importante tratar esta
infección, especialmente en mujeres embarazadas ya que podría causar un parto
prematuro o un bebé de bajo peso al nacer.
Algo que
debes considerar es que tener ya sea tricomoniasis como vaginitis bacteriana
aumentan tu riesgo de contraer otras infecciones por contacto sexual incluyendo
el VIH. Así que es importante que te diagnostiquen y te den el tratamiento
adecuado lo antes posible.
Finalmente,
existe otro tipo de vaginits que es la vaginitis que no es infecciosa y es el
tipo de vaginitis causada por el uso de perfumes, de jabones, de desodorantes o
duchas vaginales, de detergentes, de espermicidas, de lubricantes perfumados o
cualquier producto que cause una alergia o irrite la región vaginal o vulvar.
También se incluye aquí la sensación de ardor o comezón que algunas mujeres
experimentan después de la menopausia debido a la atrofia (o sea al
adelgazamiento) del tejido de la vagina por la disminución en el nivel de
estrógenos (la hormona femenina). El tratamiento es de acuerdo a la causa. En
el último caso, tu médico te puede recomendar una crema vaginal con estrógenos
para que te apliques un par de veces a la semana. En los otros casos, lo
principal es descontinuar el producto que te causa la alergia o la irritación
y, si es necesario, te puede recetar algo para quitarte la molestia en lo que
desaparece.
Como ves, es
importante que no te de pena hablar sobre el flujo vaginal y los cambios que
notes en él. Si tienes dudas al respecto, habla con tu médico o con un
especialista en salud, él o ella podrán ayudarte. Aunque molestas, las
vaginitis tienen solución, ¡búscala a tiempo!
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