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JUEVES 22 MARZO 2018
MAYO CLINIC
PUBLICADO EN DOLOR Y
ALIVIO, VIDA SALUDABLE
¿Cómo puedo saber si el
dolor que siento en las articulaciones de los dedos de las manos es artritis u
otra cosa? ¿Ayudarían las inyecciones de
cortisona a aliviar el dolor de las articulaciones e hinchazón de los dedos? En caso negativo, ¿qué otras alternativas
tengo?
RESPUESTA de la Dra.
Nisha Manek, Reumatología, Mayo Clinic de Rochester en Minnesota, Estados
Unidos:
Parece que usted
efectivamente tiene artritis reumatoide. El dolor en las articulaciones de los
dedos de las manos es el síntoma inicial típico de esta enfermedad. Si usted
realmente padece artritis reumatoide, hay varias alternativas de tratamiento
eficaces, entre las cuales están las inyecciones de cortisona.
No existe ningún examen
ni síntoma que por sí solo confirme la artritis reumatoide. El médico
diagnostica esa enfermedad en base, sobre todo, al historial médico del
paciente y al examen clínico. El dolor y la rigidez en las articulaciones
generalmente empieza en las manos y en los pies, afectando ambos lados del
cuerpo. El dolor y la rigidez podrían aumentar lentamente en el transcurso de
pocas semanas; pero en ciertos casos, los síntomas se presentan rápido, casi de
un día para el otro. Conforme avanza la enfermedad, los hombros, codos,
rodillas, caderas, mandíbula y cuello se ven afectados. Otros síntomas también
pueden ser los siguientes:
El dolor se alivia con
calor. El tomar una ducha o un baño en agua caliente generalmente ayuda.
Manos enrojecidas e
hinchadas
Cansancio
Articulaciones
sensibles
Fiebre
Pérdida de peso
A fin de confirmar el
diagnóstico, el médico podría solicitar análisis de sangre para medir el
proceso inflamatorio del organismo. Esos resultados ofrecen pistas importantes
porque la artritis reumatoide es el resultado de un revés en el sistema
inmunológico y no es fruto del desgaste natural de las articulaciones.
En la artritis
reumatoide, el sistema inmunológico ataca el revestimiento de las
articulaciones (sinovio), que es lo que las permite moverse sin tropiezos. El
sinovio se inflama e hincha, produciendo dolor con el movimiento. Esa
inflamación hace que el sistema inmune trabaje aún más, derivando en mayor
hinchazón e inflamación. Si no se
administra un tratamiento para interrumpir ese ciclo, la artritis reumatoide
termina por causar daños y deformidades en las articulaciones, además de
restringir la capacidad de la persona de utilizar las articulaciones afectadas.
A pesar de que no se
entienda qué trastrueca el sistema inmune, ciertos genes pueden aumentar la
susceptibilidad de una persona hacia la enfermedad. Además, las enfermedades,
los factores ambientales y el estilo de vida también desempeñan una función. El
hábito de fumar cigarrillos, por ejemplo, parece acelerar al sistema inmune y
si usted fuma, es importante que deje de hacerlo.
No existe cura para la
artritis reumatoide, pero la mayoría de gente logra controlar la enfermedad y
lleva una vida activa. Durante la última década, el tratamiento se ha vuelto
más diligente y agresivo. Normalmente se
empieza con una combinación de medicamentos para mantener bajo control a la
enfermedad lo antes posible. El plan inicial de tratamiento podría incluir
inyecciones de cortisona y la administración prolongada de lo que se conoce
como fármaco antirreumático modificador de la enfermedad. Por otro lado,
también se pueden considerar otros medicamentos y a continuación le ofrezco
información sobre algunas alternativas:
Cortisona: la cortisona
oral disminuye rápida y eficazmente la inflamación de las articulaciones y
puede administrarse durante un período corto. La cortisona, que también se
conoce como esteroides o prednisona, podría también inyectarse en las
articulaciones, incluso en las de los dedos. (Como nota aparte menciono que dos
médicos de Mayo Clinic ganaron un Premio Nobel por el descubrimiento de este medicamento
todavía importante).
Fármacos
antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME): esta categoría
representa el tratamiento principal para la artritis reumatoide. Con el
transcurso del tiempo, los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad
detienen el avance de la artritis reumatoide y salvan a las articulaciones y
otros tejidos de daños permanentes. Los
medicamentos que generalmente se emplean son la hidroxicloroquina (Plaquenil) y
el metotrexato (Rheumatrex, Trexall).
Inhibidores del factor
de necrosis tumoral alfa: el factor de necrosis tumoral (FNT) alfa es una
proteína producida por los glóbulos blancos, que activa el sistema inmune. Por lo general, los inhibidores del factor de
necrosis tumoral alfa se emplean conjuntamente con los fármacos antirreumáticos
modificadores de la enfermedad. Entre los medicamentos de esta categoría están
el infliximab (Remicade) y el etanercept (Enbrel).
Colabore estrechamente
con su reumatólogo para determinar el abordaje terapéutico que mejor funcione
para usted. Existen muchas alternativas capaces de aliviar los síntomas de
inmediato y de controlar la enfermedad a largo plazo.