NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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VIERNES 27 DICIEMBRE 2019
POR:
DOCTORA ALIZA
Se
diagnosticó a mi hijo de un año de edad con alergia a la leche, pero no tiene
intolerancia a la lactosa. ¿Cuál es la diferencia entre ambas?
RESPUESTA
de Dra. Nancy Ott, Alergología e Inmunología Pediátrica, Mayo Clinic en
Rochester, Minnesota, Estados Unidos:
A
pesar de que puedan parecer similares, ser alérgico a la leche y tener
intolerancia a la lactosa son dos enfermedades sin ninguna relación entre sí.
La alergia a la leche implica una respuesta del cuerpo a la proteína de la
leche, mientras que la intolerancia a la lactosa involucra a un carbohidrato
presente en los productos lácteos.
Los
alimentos se componen de proteína, carbohidrato y grasa. Todos estos son
componentes necesarios en la alimentación de una persona. La proteína se
encuentra principalmente en los productos lácteos, los huevos, la carne, los
frutos secos, el maní (los cacahuates), el pescado, los mariscos y los frijoles;
aunque hasta los cereales, las frutas y las verduras contienen una pequeña
cantidad de proteína. Cuando alguien presenta una reacción alérgica, casi
siempre es debido a la respuesta anómala del sistema inmunitario a una
determinada proteína alimenticia.
En la
alergia a la leche, el sistema inmunitario identifica como nocivas a ciertas
proteínas de la leche. Eso desencadena la producción de inmunoglobulina E, o
IgE, que son anticuerpos contra la proteínas. Cuando los anticuerpos IgE entran
en contacto con las proteínas, los anticuerpos envían una señal al sistema
inmunitario para que libere histamina y otras sustancias químicas del cuerpo.
Dichas sustancias químicas hacen que el cuerpo presente la reacción alérgica.
La
reacción alérgica de quienes padecen alergia a la leche puede ocurrir después
de pocos minutos de consumir la proteína o hasta alrededor de tres horas
después. La alergia a la leche puede ocasionar enrojecimiento y comezón en la
piel, ronchas, hinchazón, dificultad para respirar, vómito y diarrea. En casos
graves, una reacción alérgica puede conducir a un choque anafiláctico,
situación mortal en la que desciende la presión arterial y se pierde la
conciencia.
La
única manera de prevenir una reacción alérgica en las personas que padecen alergia
a la leche es evitándola completamente y también a sus proteínas. De ocurrir
una reacción alérgica, posiblemente sea necesario administrar una inyección de
epinefrina para controlar los síntomas y, en casos graves, prevenir o tratar el
choque anafiláctico (anafilaxis).
A
diferencia de la alergia a la leche, la intolerancia a la lactosa no implica a
las proteínas alimenticias ni al sistema inmunitario, sino que ocurre a
consecuencia de un problema con un carbohidrato, la lactosa, presente en la
leche y otros productos lácteos.
Cuando
uno bebe leche o come productos lácteos, las enzimas intestinales digieren la
lactosa para que el cuerpo obtenga energía. En las personas con intolerancia a
la lactosa, el organismo carece de una cierta enzima llamada lactasa. Cuando
esa persona ingiere productos lácteos, el cuerpo no tiene la facultad de
descomponer la lactosa.
Eso
conduce a presentar síntomas como diarrea, náusea, cólicos abdominales,
distensión abdominal, gases (flatos) y, en raras ocasiones, vómito. Estos
síntomas normalmente desaparecen en alrededor de dos o cuatro horas. Los
síntomas producidos por la intolerancia a la lactosa pueden ser molestos, pero
a diferencia de los de la alergia a la leche, rara vez son peligrosos.
No
existe ningún tratamiento que cure la intolerancia a la lactosa, y hasta el
momento tampoco hay manera de aumentar la producción corporal de la enzima
lactosa. La manera más eficaz de aliviar los síntomas de las personas con
intolerancia a la lactosa es eliminando o reduciendo la cantidad de productos
lácteos ingeridos. Esas personas también pueden consumir productos lácteos con
niveles reducidos de lactosa o que no la contengan.
Las
tabletas o gotas de venta libre que contienen la enzima lactosa son provechosas
para algunas personas con intolerancia a la lactosa porque les ayuda a digerir
los productos lácteos. Sin embargo, estos productos no surten efecto en todos
los que padecen intolerancia a la lactosa.