NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
INFORMA
NOTICIARIO DE ANÁLISIS Y COMPRENSIÓN noticiasdeteziutlan@hotmail.com
MARTES 28 ENERO 2020
Muchas
mujeres en todas partes del mundo tienen un campo dinamitado en su propio
hogar: un paso en falso o cualquier palabra pronunciada, las hace recibir un
golpe o un insulto. Ellas comparten un secreto: son víctimas de violencia
doméstica. Es necesario ayudarlas a detener ese abuso.
La
violencia doméstica es la causa principal de las lesiones en las mujeres en
Estados Unidos (más que los accidentes automovilísticos, asaltos y violaciones
combinados). Tanto ellas como todos los
miembros de la comunidad, pueden y
deben tomar pasos para detener la
violencia en el hogar. El mismo escenario se repite en otras partes del mundo,
con estadísticas más o menos precisas. Poco importa donde ocurra, es un
problema social y humano enorme que no podemos tolerar.
A
diferencia de lo que muchas personas creen, la violencia doméstica no sólo
incluye la victimización de la persona a
un nivel físico (asalto con armas, empujones, bofetadas, asfixia, patadas,
etc.), o el abuso de tipo sexual. Es posible además abusar a una persona
psicológica y emocionalmente.
El
abuso a nivel psicológico o emocional abarca no sólo el lenguaje obsceno, sino
además las amenazas de daño físico a la víctima
y/o sus allegados, la
intimidación, la degradación y la humillación, las acusaciones falsas, y el
ridículo. A todo lo anterior, hay que agregar una forma novedosa pero no menos
peligrosa y ofensiva: el envío de mensajes electrónicos y los textos por los
teléfonos móviles (el ciberacoso).
Como
parte de ese abuso psicológico y para perpetuarlo, el abusador procura el
aislamiento físico o social de la víctima, negando o dificultando la
comunicación con amigos o familiares. La soledad y el desamparo llegan a los
extremos cuando evita o rechaza que se le preste a la persona ayuda médica si
está enferma o herida.
El
objetivo de estas conductas coercitivas (aisladas o sucesivas) es establecer y
mantener el poder y control sobre otra persona, sea adulta o adolescente.
Según
la Organización Mundial de la Salud, la violencia doméstica es una nueva
epidemia tan generalizada que se extiende por toda la historia y todas las
culturas. Por increíble que parezca,
hubo un tiempo en que la ley de Inglaterra permitía que el esposo golpeara a su
mujer siempre y cuando el diámetro de la barra que usara para ese efecto no
fuera más ancho que el diámetro de su dedo pulgar.
Los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportan que las
víctimas de violencia doméstica grave pierden un acumulado anual de 8 millones
de días de trabajo remunerado, el equivalente a 32,000 empleos de tiempo
completo y aproximadamente 5.6 millones de días de productividad doméstica.
Sólo en los Estados Unidos la policía invierte aproximadamente un tercio de su
tiempo para responder a las llamadas de violencia doméstica.
Cómo
detectarla
¿Cómo
puedes saber si tú o alguien a quien conoces es víctima de violencia doméstica?
El signo principal es el miedo al agresor (casi siempre la pareja). Si sientes
como si estuvieras caminando sobre un campo minado alrededor de tu pareja –
cuidándote de no incomodarla, o en constante observación- es probable que no
estés en una relación saludable. Lo mismo sucede si observas que un familiar o
amigo tiene esos sentimientos hacia su pareja. Otros signos de que estás en una
relación abusiva es sentirte menospreciada(o), que no te valoran o que desean
controlarte en extremo.
La
organización Helpguide, que se especializa en herramientas informativas para
que las personas combatan el estrés, sugiere las siguientes preguntas para
identificar si uno o alguien que uno conoce está en una relación abusiva:
¿Sientes
miedo de tu pareja? la mayor parte del tiempo
¿Te
humilla y/o te grita?
¿Evitas
tocar ciertos temas por temor a enojarla?
¿Sientes
que no puedes hacer nada bien ante sus ojos?
¿Te
critica y ridiculiza constantemente?
¿Te
trata tan mal que te sientes avergonzada (o) frente a tus amigos o familiares?
¿Cree
que te mereces ser lastimada(o) o maltratada(o)?
¿Ignora
o le quita mérito a tus opiniones o logros?
¿Te
preguntas si tú eres el/la que está loco(a)?
¿Te
culpa de su propio comportamiento abusivo?
¿Te
sientes emocionalmente adormecida(o) o indefensa(o)?
¿Te
ve como una propiedad o un objeto sexual, y no como a una persona?
¿Tiene
tu pareja un temperamento malo e impredecible?
¿Es
excesivamente celoso(a) y posesiva(o)?
¿Te
lastima o amenaza con lastimarte o hasta matarte?
¿Controla
adónde vas y todo lo que haces?
¿Te
amenaza con quitarte a los niños o hacerles daño?
¿Te
impide ver a tus amigos o familiares?
¿Te
amenaza con suicidarse si dejas la relación?
¿Te
limita el acceso al dinero, al teléfono, o al automóvil?
¿Te
obliga a tener relaciones sexuales?
¿Destruye
tus pertenencias?
¿Constantemente
te vigila?
Cómo
buscar ayuda:
Si
contestas afirmativamente a estas preguntas no lo dudes y busca ayuda. Estos
números pueden ayudarte (si resides en los Estados Unidos): National Latino
Alliance for the Elimination of Domestic Violence. Tel: 505.753.3334. – Correo electrónico: info@dvalianza.org. También puedes ponerte en
contacto con la línea de ayuda de la
National Domestic Violence al número 1−800−799−SAFE (7233). Si resides fuera de los
Estados Unidos, ponte en contacto con organizaciones dentro de tu comunidad
relacionadas con la Violencia Doméstica.
Si tu vida está
en peligro, acude a la policía.
La
violencia doméstica nos concierne a todos
De
acuerdo al Centro de Prevención del Maltrato de los Estados Unidos, estos pasos
pueden servir a limitar el problema a nivel comunitario:
Si
ves o escuchas evidencia de violencia doméstica, llama a la policía de
inmediato.
Habla
en público contra la violencia doméstica. Hay que crear conciencia primero para
poder lograr algún cambio a corto y a largo plazo.
Actúa
personalmente contra la violencia doméstica cuando un vecino, un compañero de
trabajo, un amigo o un miembro de la familia está involucrado(a) o es víctima
de cualquier tipo de abuso.
Anima
a tus vecinos para que la violencia doméstica sea parte de la vigilancia contra
el crimen de tu cuadra o vecindario (Crime Watch). De esta manera están
pendientes no sólo de los robos y otros delitos, también de la violencia
doméstica de tu zona.
Ayuda
a otros a estar informados. Invita a
oradores de este tema en la escuela de tus hijos, tu congregación, en tu lugar
de empleo, al grupo cívico que pertenezcas… ¡donde puedas y en cuanto puedas!
Apoya
a los programas de consejería sobre violencia doméstica y refugios para sus
víctimas.
No
permitas que otra persona destruya tu vida. Tampoco permanezcas callada(o) si
sospechas que otra persona sufre de abuso. No es fácil, pero toma el primer
paso cuanto antes para romper el círculo de la violencia doméstica, en tu hogar
o en tu comunidad ¡Nadie merece ser víctima de violencia doméstica!
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