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VIERNES 13 ABRIL 2018
PUBLICADO POR: DOCTORA ALIZA
El
horno de microondas ha causado desde su inicio una verdadera revolución en la
cocina porque facilita y acorta considerablemente el modo de cocción de los
alimentos, pero también se ha dicho que la radiación que emite puede ser nociva
a las personas. Entérate de lo que tienes que hacer para usar tu microondas con
seguridad y sacarle el mayor partido posible.
Aunque
los efectos a largo plazo de los hornos de microondas tienen que estudiarse
más, los efectos a corto plazo han sido investigados en profundidad por la
Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA por sus
siglas en inglés), que lleva a cabo pruebas en sus propios laboratorios para
asegurarse de que las personas pueden usarlos sin peligro. Su conclusión es que
puedes usarlos con seguridad, aunque tomando algunas precauciones para evitar
contratiempos y lesiones.
¿Sabes
cómo funciona tu horno de microondas?
Los
hornos de microondas emiten ondas de radio de una frecuencia extremadamente
alta, que pueden reflejarse en ciertas superficies o son transmitidas o
absorbidas por ellas. El metal refleja las ondas que traspasan sin embargo el
cristal y los materiales plásticos. Cualquier cosa que contenga humedad,
(grasa, azúcar, agua) absorbe la energía de las ondas. Según el Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos, las vibraciones que se producen en las
moléculas líquidas del alimento son tan rápidas que crean suficiente calor para
cocinarlo.
Es
cierto que los niveles de radiación elevados pueden ser peligrosos. Pero según
la FDA, la radiación que emiten los hornos de microondas por centímetro
cuadrado es mucho menor que la que producen las máquinas de rayos X en los hospitales.
Las
ventajas del horno de microondas
Resulta
muy conveniente para descongelar los alimentos (siempre que la etiqueta indique
que es seguro usar este método). Se
recomienda sacarlos de la envoltura original para que los químicos que hay en
ella no pasen al alimento
Cuando
se cocina un alimento, se pierden o se degradan muchas de las vitaminas que
contiene, sobre todo la vitamina B, la vitamina C y el ácido fólico. Mientras
más tiempo dure la cocción, mayor es la pérdida. Como el horno de microondas
cocina los alimentos con gran rapidez, la pérdida de esas sustancias es menor.
Por
ejemplo, los investigadores de la Universidad de Cornell hallaron que casi todo
el folato de la espinaca se conservaba, mientras que al hervirla se perdía
alrededor de un 77 por ciento. Otro ejemplo es el brócoli. Si lo cocinas en
agua hirviendo, pierde glucosinolatos, unas sustancias que tienen propiedades
anticancerígenas.
Y
en la Universidad de Cornell se encontró que el tocino cocido en el microondas
tenía niveles más bajos de las peligrosas nitrosaminas, que el que se cocina
por el método tradicional.
Al
usarlo, toma medidas de seguridad
Lo
primero: lee con cuidado las instrucciones del fabricante antes de usar el
horno de microondas, y síguelas al pie de la letra.
Para
que un alimento quede bien cocido, debe recibir el calor de forma uniforme
durante la cocción. Si el alimento no se cocina apropiadamente, las bacterias
tienden a permanecer y a multiplicarse en la parte que no queda bien cocida, lo
que puede dar lugar a una intoxicación alimenticia. Pero en el horno de
microondas pueden quedar áreas que reciban menos calor que otras. Para que esto
no ocurra, extiende el alimento de forma pareja, y mezcla la comida o rota el
recipiente durante la cocción, de modo que el calor se esparza uniformemente.
La
FDA recomienda quitarle el hueso a los pedazos grandes de carne para que se
cocinen bien. Y cubrir el recipiente con una tapa o una envoltura plástica,
pero de manera que no quede muy ajustada para permitir que salga el vapor.
No
uses tu horno de microondas para cocinar un ave rellena.
Emplea
los utensilios apropiados para el horno de microondas. Usa piezas de cristal y
cerámica, con una etiqueta que indique que son seguras. No uses metal o papel
de aluminio, ya que pueden calentarse excesivamente. Puedes usar envolturas
plásticas especiales, papel encerado, bolsas para el horno y toalla de papel
blanca. Nunca papel periódico ni bolsas del supermercado.
De
todas formas, es importante que uses el sentido común con tu horno de microondas
para no hacerte daño y aprovecharlo al máximo. No lo uses, por ejemplo, para
alimentos que deben dorarse o tostarse, como papas fritas o tortillas de maíz.
Y recuerda que los alimentos se calientan mucho en el horno de microondas. Deja
que se enfríen unos minutos antes de manipularlos, especialmente los líquidos,
que pueden derramarse hirviendo y causar quemaduras graves.
Además,
asegúrate de que la puerta del horno de microondas esté bien cerrada antes de
echarlo a andar. Si no cierra bien, busca a un técnico para que solucione el
problema o compra uno nuevo. Y trata de no quedarte de pie frente al microondas
mientras está funcionando. Mientras más alejado estés, te expondrás a menos
radiación.
Si
sigues estas sencillas recomendaciones, podrás ahorrar tiempo en la cocina sin
perjudicar tu salud. No te olvides de
leer cuidadosamente las instrucciones del fabricante antes de usar el horno de
microondas o cualquier otro electrodoméstico casero.
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© iStock / donald gruener