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MIERCOLES 4 OCTUBRE 2017
DOCTORA
ALIZA
PUBLICADO
EN CORAZÓN
La tensión o presión arterial alta,
también conocida como hipertensión, es uno de los factores que puede causar
ataques cardíacos. Por eso es tan importante cuidar que se mantenga dentro de
los parámetros o rangos considerados aceptables. Aquí te contamos por qué
ocurre esto y cómo puedes prevenir la presión alta para proteger a tu corazón
de un infarto.
Cada vez que Juan Carlos se reúne a
almorzar con su familia, no hace más que elogiar lo sabrosa que está la comida,
e inmediatamente después se queja: “lástima que no puedo ponerle sal ni
azúcar”.
Juan Carlos tiene que cuidarse de
la tensión o presión arterial alta, que pone en riesgo su salud cardíaca, y una
de las formas es limitando el consumo de sal y de azúcar, que hacen que la
tensión arterial aumente.
¿Qué es la presión arterial alta o
hipertensión?
La presión arterial es la fuerza
que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias. Para establecer la
presión arterial se toman dos medidas: la sistólica (o presión sistólica) y la
diastólica (o presión diastólica). La presión arterial se mide de acuerdo a
como el corazón bombea la sangre. Al nivel máximo de presión se le llama
presión sistólica, y es posible medirlo cuando se tiene el manguito del
tensitómetro o baumanómetro (el aparato medidor) alrededor del brazo entre el
hombro y el codo inflado hasta que desaparece el pulso. Cuando se escucha el
primer latido con el estetoscopio, esa es la presión sistólica. Al seguir
desinflando el manguito se continúa escuchando el latido hasta que para. Cuando
se deja de escuchar, el momento en que el corazón está en reposo, entre un
latido y otro, esa es la presión mínima, es la presión diastólica.
De acuerdo a los niveles de presión
arterial que se registren, se considera:
Presión normal: menos de 120 (presión
sistólica) / 80 (presión diastólica). Estos valores corresponden a un adulto en
reposo. Si este es tu caso, puedes continuar todas tus actividades como hasta
ahora.
Pre-hipertensión: 120-139 (presión
sistólica) / 80-89 (presión diastólica). Si este es tu caso, deberías modificar
tu estilo de vida y asegurarte de monitorear continuamente tu nivel de presión
arterial.
Presión alta o hipertensión de
grado 1: 140-59 (presión sistólica) / 90-99 (presión diastólica). Si este es tu
caso, también deberías modificar tu estilo de vida y, posiblemente, tomar
medicaciones indicadas por tu médico para bajar estos niveles.
Presión alta o hipertensión de
grado 2: 160 o más (presión sistólica) / 100 o más (presión diastólica). En
este caso también deberías modificar tu estilo de vida y tomar medicaciones
indicadas por tu doctor para bajar estos niveles.
La hipertensión arterial no suele
tener síntomas, pero puede causar problemas serios al organismo. Por ejemplo,
es una de las causantes de lo que se denomina ateroesclerosis o enfermedad
arterial coronaria, que se produce cuando las paredes de las arterias se
vuelven más gruesas y menos flexibles por el depósito de grasa y lo que se
conoce como placa. Algo así como el sarro que se forma en las cañerías. Al
engrosarse las paredes de las arterias, la sangre tiene menos espacio para
pasar, lo que incrementa la presión sobre las paredes y limita la cantidad de
sangre que llega al corazón.
Esto, además, puede provocar la
formación de coágulos sanguíneos que en algún momento de su recorrido pueden no
encontrar espacio para pasar y detienen el flujo sanguíneo que debería llegar
al corazón.
Cuando la sangre (que lleva
oxígeno) no llega al corazón se producen los denominados infartos o ataques
cardíacos. Por eso es tan importante controlar la presión arterial.
Además, las arterias dañadas por la
aterosclerosis pueden limitar la cantidad de oxígeno que llega a otras partes
del cuerpo. Por eso, por ejemplo, pueden verse afectados el cerebro o los
riñones.
Cómo controlar la presión arterial
Afortunadamente, con algunas
modificaciones en tus hábitos y estilo de vida puedes controlar la presión
arterial y, de ser necesario, tomar los medicamentos que te indique el médico.
Por ejemplo, además de evitar la sal – como hace Juan Carlos – puedes tomar
otras medidas preventivas, como:
No fumar o dejar de fumar
Evitar la obesidad y el sobrepeso o
perder esos kilos de más, si es que ya lo tienes.
Hacer ejercicio regularmente. No
hace falta que te sobre exijas con largas clases de gimnasia, el caminar o
ejercitarse entre 10 a 30 minutos, dos o tres veces por semana, puede ser
suficiente.
Mantener una dieta balanceada, que
no sólo contenga poca sal o que no contenga sal, sino también que sea baja en
grasas y colesterol, y que contenga más frutas frescas y vegetales.
Limitar las bebidas alcohólicas (no
más de dos por día)
La dieta sana y el ejercicio son
dos factores clave para mantener no sólo la presión arterial controlada sino
también todo sistema cardiovascular saludable, y además te aportarán otros
beneficios para la salud.
Aunque al principio pueda parecer
difícil, intenta realizar cambios graduales en tus hábitos, pero que sean
duraderos. Verás que con el tiempo tu cuerpo te demostrará la recompensa por tu
esfuerzo. ¡No dejes que tu corazón falle!
Ultima revisión: 2017
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