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JUEVES 12 DICIEMBRE 2019
Cada
vez que te miden o toman la presión, la lectura es baja. ¿Debes preocuparte?
Según la Sociedad Americana del Corazón, dentro de ciertos límites, mientras
más baja sea la lectura de tu presión arterial, mejor, siempre y cuando no
venga acompañada de ciertos síntomas, en cuyo caso sí representa un riesgo
potencial para tu salud. ¿Sabes cuáles son esos síntomas? Aquí te lo contamos,
así como las causas más comunes de la presión baja o hipotensión.
¿Qué
es la presión baja o hipotensión?
Para
entenderlo mejor, conviene repasar en primer lugar, en qué consiste la presión
arterial y cuáles son los niveles que se consideran normales.
La
presión arterial es la medida de la presión que la sangre ejerce en tus
arterias, impulsada por el corazón, durante las fases de actividad y descanso
de cada latido. Hay dos tipos de presión: la sistólica y la diastólica. Estas
se miden, generalmente en el antebrazo, con un aparato llamado tensiómetro (o
esfigmomanómetro) y las lecturas se obtienen en milímetros de mercurio (mm Hg).
La
presión sistólica, es el número más alto (el primero que se obtiene) y se refiere a la presión que genera el
corazón cuando bombea la sangre a través de las arterias en el momento en que
ejerce la máxima fuerza de contracción. La presión diastólica, es el número
menor (el segundo), y se refiere a la presión en las arterias cuando el corazón
descansa entre un latido y otro.
La
lectura de la presión puede variar en un período corto de tiempo, según la
posición de tu cuerpo, el ritmo de tu respiración, tu nivel de estrés, tu
condición física, los medicamentos que tomas y lo que comes y bebes.
Generalmente es más baja por la noche, y sube rápidamente cuando te levantas.
¿Qué
se considera una presión normal?
Según
la Asociación Americana del Corazón y el Instituto Nacional del Corazón, del
Pulmón y de la Sangre, la presión arterial de un adulto se considera normal
cuando la presión sistólica está en 120 mm Hg o menos y la diastólica está en
80 mm Hg. o menos. Si la sistólica se encuentra entre 120 y 130 y/o la
diastólica se encuentra entre 80 y 89 se considera pre-hipertensión, si la
sistólica está por arriba de 140 y/o la diastólica se encuentra por arriba de
90, se considera alta (hipertensión). Por el otro lado si la presión sistólica
se encuentra en 90 mm Hg. o menos o la diastólica se encuentra en 60 mm Hg. o
menos, se considera baja (hipotensión).
Generalmente,
la presión baja por sí sola no es peligrosa para la salud (dentro de ciertos
límites), y muchas personas la tienen normalmente baja sin experimentar
problemas. Pero cuando baja demasiado, se deben tomar medidas inmediatas, pues
puede causar que el oxígeno y los nutrientes de la sangre no lleguen a los
órganos vitales, lo que trae consecuencias serias de salud. Si normalmente tiene la presión baja, y has
notado uno o más de los siguientes síntomas, debes consultar a un médico cuanto
antes, ya que pueden ser una señal de otros problemas médicos:
Los
síntomas de la presión baja
Los
síntomas más comunes de la hipotensión o presión arterial baja son:
Mareos
Desmayos
(o síncope)
Piel
pálida, fría
Depresión
Visión
borrosa
Dificultad
para concentrarte
Fatiga
Debilidad
general
Náuseas
Palpitaciones
Respiración
rápida y poco profunda
Sed
¿A
qué se debe la presión baja?
Existen
varias condiciones que pueden provocar la presión baja o hipotensión. Entre
ellas están:
Deshidratación.
Si te deshidratas, tu cuerpo pierde más agua de la que recibe. Fiebre alta,
vómitos, diarrea, tomar un exceso de diuréticos o hacer ejercicios vigorosos
pueden deshidratarte
Sangrado.
Cuando pierdes una gran cantidad de sangre por una herida o por una hemorragia
interna, la presión puede bajar.
Embarazo.
Como el sistema circulatorio de la mujer se expande rápidamente, la presión
arterial tiene a bajar. La presión suele normalizarse después del parto.
Afecciones
cardíacas. Algunas pueden dar lugar a baja presión arterial (a veces muy baja),
como problemas en las válvulas del corazón, ataques al corazón e insuficiencia
cardíaca.
Problemas
endocrinos. Los problemas de la tiroides, la insuficiencia suprarrenal (enfermedad
de Addison), un nivel de azúcar muy bajo (hipoglucemia) y a veces la diabetes
pueden causar hipotensión.
Infección
severa. Si la infección entra en el torrente sanguíneo, puede producirse un
choque séptico, este es un problema serio que puede poner en peligro la vida.
Falta
de nutrientes en la dieta. La deficiencia de vitamina B12 y/o ácido fólico,
puede ocasionar anemia, y esto también puede baja la presión arterial.
Reacciones
alérgicas severas. Algunos alimentos, medicamentos o el veneno de algunos
insectos pueden producir anafilaxis, una reacción alérgica que puede ser seria
y muy peligrosa.
Algunos
medicamentos también pueden provocar que la presión baje, como: los
bloqueadores beta, bloqueadores de los canales de calcio, diuréticos,
inhibidores ACE, antidepresivos, antipsicóticos, así como algunos medicamentos
para tratar el Parkinson o la disfunción eréctil. Otras sustancias como el alcohol y los
narcóticos también pueden provocar un descenso de la presión arterial o
hipotensión.
Te
repito, un solo episodio de presión baja no debe preocuparte si no experimentas
otros síntomas. Eso si, si el descenso es repentino, aunque sea ligero, puede
causar mareo y desmayo. En ciertos
casos, cuando la presión arterial baja de repente puede deberse a otro problema
de salud, como un sangrado, una infección severa, una reacción alérgica o lo
que se conoce como hipotensión ortostática. Esta última se produce por un
cambio repentino en la posición del cuerpo, si te levantas rápidamente después
de haber estado sentado(a) o acostado(a). La presión arterial baja de pronto
causando mareos, visión borrosa y hasta desmayo.
¿Cómo
se trata la presión baja?
El
tratamiento de la presión arterial baja depende de las causa. A veces, si la
historia clínica no establece la causa (por ejemplo, que estés tomando algún
medicamento que lo explique o que te encuentres deshidratado(a), es necesario
hacer una serie de estudios como: un electrocardiograma, algunos análisis de
sangre, ecocardiograma, prueba de esfuerzo, la maniobra de Valsalva, y/o la
prueba de la mesa inclinada, entre otros.
Para
evitar que la presión te baje, el médico podría recomendarte lo siguiente:
Tomar
mucha agua y limitar el consumo de alcohol para evitar la deshidratación.
Llevar
una dieta sana (si te pide que aumentes el consumo de sodio o sal, hazlo con
precaución).
Usar
medias elásticas.
Comer
pequeñas porciones de alimentos que contengan carbohidratos varias veces al
día.
Evitar
cambios de posición rápidamente.
En
ciertos casos, es necesario recetar medicamentos como la fludrocortisona.
Recuerda
que la presión baja por sí sola no es el problema. Es la caída súbita o la
asociación de la presión baja con otros síntomas lo que requiere que consultes
con un médico lo antes posible. Hay situaciones que son una emergencia. No te
auto recetes ni te esperes (podría ser importante). Busca ayuda de un
profesional de salud. Él o ella buscarán la causa que te produce hipotensión y
te indicarán el tratamiento adecuado para normalizarla.
Última
revisión: 2019
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