NOTICIAS TEZIUTLÁN "LA PURA VERDAD"
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LUNES 11 MAYO 2020
Bien dicen por ahí que los
hijos aprenden no de lo que sus padres dicen, sino de lo que sus padres hacen y
sienten. Un estudio reporta que la ansiedad social de los padres es un factor
de riesgo para que los niños también la desarrollen. La falta de afecto y el
exceso de críticas son las conductas a través de las cuales los padres
demuestran esa ansiedad y se la trasmiten a los niños.
Cuando te conviertes en padre
o madre, llega a tu vida el regalo más lindo e importante. El amor y el respeto
que haya en tu hogar serán el modelo para que esos hijos crezcan en un ambiente
emocional sano. Ellos son una “fotocopiadora” de todo aquello que dices y de
las emociones que manifiestas. Por eso, no es una coincidencia que las
emociones también se aprendan. Si los padres sufren de ansiedad social (el tipo
de ansiedad más común), los hijos también pueden desarrollar ese tipo de
trastorno.
Un estudio reciente realizado
por unos médicos del Centro Pediátrico John Hopkins confirma que cuando los
padres sufren de trastorno de ansiedad social –que es la forma más frecuente de
ansiedad-, los niños están en mayor riesgo de desarrollar ansiedad. Además, el
estudio dio ejemplos de las conductas de los padres que aumentan este riesgo en
los niños: la falta de calidez y afecto y las constantes críticas y dudas.
Para llegar a estas
conclusiones, el equipo de investigación analizó las interacciones entre 66
padres con ansiedad (21 diagnosticados con ansiedad social y el resto con otra
forma de ansiedad como pánico o trastorno obsesivo compulsivo) y sus hijos de
entre 7 y 12 años de edad.
Se armaron equipos entre
padre e hijo y se grabó un video mientras trabajaban juntos para escribir
discursos sobres sí mismos y para copiar diseños. Esta tarea la tenían que
terminar en un lapso de 5 minutos, mientras que los investigadores calificaban
en una escala de 1 a 5 el afecto y las críticas que los padres mostraron a sus
hijos.
Al final de la prueba, se
demostró que los padres con ansiedad social eran menos afectivos y cálidos con
sus hijos. También tendían a criticar más a sus hijos y a dudar de su capacidad
para completar la tarea.
Este estudio proporciona
datos útiles para que los psicólogos que están tratando a los padres con
ansiedad, tengan en cuenta que es importante discutir cómo esta condición puede
tener un impacto en la salud mental de sus hijos. De la misma manera,
proporciona información acerca de que la ansiedad no solamente se hereda, sino
que los factores ambientales y la interacción con los padres son catalizadores
para su desarrollo.
Es importante prevenir la
ansiedad en los niños, pues si no se trata o se detecta, puede conducir a la
depresión, al abuso de sustancias y a un rendimiento deficiente en la escuela.
Si tienes alguna duda
respecto a los trastornos de ansiedad, consulta con tu médico o con un
profesional calificado. Piensa que además de tu salud, también está en juego la
salud de tus hijos.
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Romero