Las
manos se encuentran entre las áreas del cuerpo más afectadas por la
osteoartritis. Y aunque esta enfermedad de las articulaciones, en ocasiones
puede limitar tu capacidad de movimientos, una forma de combatir las molestias
que genera es, precisamente, moverlas. Toma nota de estos sencillos ejercicios
para las manos, para que puedas mantenerlas activas.
La
osteoartritis es una enfermedad de las articulaciones que afecta al cartílago,
ese tejido resbaladizo que cubre los extremos de los huesos y les permite
deslizarse suavemente el uno contra el otro y amortiguar los golpes que se producen
con el movimiento físico.
La
osteoartritis puede ocurrir en cualquier articulación, pero se produce más a
menudo en las manos, las rodillas, las caderas y la columna. La capa superior
del cartílago se rompe y se desgasta, lo que causa fricción, y consecuentemente
dolor, y, de acuerdo a la severidad, inflamación (hinchazón), pérdida de
movimiento y hasta problemas para conciliar el sueño. Incluso, con el tiempo,
la articulación puede perder su aspecto normal.
Para
combatir estas molestias, los médicos suelen combinar varios tratamientos, de
acuerdo al estilo de vida y la salud de cada persona. Entre ellos y dependiendo
de las articulaciones afectadas, el ejercicio y el control del peso pueden ser
sumamente importantes, así como también un buen descanso y el cuidado de las
articulaciones.
Por
supuesto, el médico también podría recomendarte alguna(s) medicina(s) para
controlar las molestias y, en los casos más graves, tal vez hasta sea necesaria
una cirugía. Pero antes de llegar a eso, puedes aprender técnicas y movimientos
para controlar el dolor sin medicamentos.
Por
ejemplo, para aliviar las molestias en las manos si tu médico te ha confirmado que tienes
osteoartritis–y eso incluye muñecas y dedos- comienza calentando tus manos en
agua tibia por unos minutos. Eso te ayudará a disminuir el dolor y te permitirá
tener más flexibilidad a la hora de hacer los ejercicios. Luego, presta
atención a los siguientes movimientos que deberías practicar a diario (esto es
importante ya que la clave de éxito es la constancia). Ten en cuenta que debes
comenzar de a poco e incrementar la exigencia a medida que vayas fortaleciendo
los músculos:
1.
Cierra el puño con el dedo pulgar sobre los demás y mantén la mano así de 30 a
60 segundos, luego estira los dedos hasta tener la mano abierta. Repite el
ejercicio al menos 4 veces con cada mano.
2. Apoya la mano sobre la mesa, primero relajada
y luego estira lo más posible los dedos tratando de que la palma quede estirada
tocando la superficie de la mesa. Mantenla de 30 a 60 segundos y relaja la
mano. Repite el ejercicio mínimo 4 veces con cada mano. Otra opción de este
ejercicio es comenzar con la mano cerrada y luego abrirla. Puedes elegir el que
más te agrade o alternarlos para no hacer todos los días el mismo.
3. En
la misma posición, con la palma sobre la mesa y los dedos estirados, comienza
levantando el dedo pulgar y bajándolo lentamente. Luego haz lo mismo con cada
dedo y al finalizar puedes levantar los cinco dedos juntos y bajarlos
lentamente. Repite este movimiento de 8 a 12 veces con cada mano.
4.
Otra variante del ejercicio anterior es mover los dedos de forma horizontal (no
vertical). Es decir, con la mano extendida sobre la mesa y la palma hacia
abajo, separa el pulgar de los dedos y luego acerca los demás dedos al pulgar,
uno por uno. Finalmente, vuélvelos a
separar uno por uno del pulgar hasta regresar a la posición inicial.
5.
Ahora, apoya todo el antebrazo hasta la mano y luego comienza a girar la palma
sin mover el brazo, primero hacia arriba y luego hacia abajo. Repite este
movimiento al menos 4 veces con cada mano.
6.
Mantén la mano con la palma frente a ti y cierra los dedos tratando de tocar la
base de los mismos con tus uñas. Sostén esa posición de 30 a 60 segundos y
estíralos nuevamente. Repite el ejercicio al menos 4 veces con cada mano.
7. En
la misma posición, con la palma frente a ti, estira el dedo pulgar lo más
posible, alejándolo de los otros dedos, y luego ciérralo con la intención de
llegar a tocar la base del dedo meñique. Mantén las posiciones de 30 a 60
segundos y repite el movimiento al menos 4 veces con cada mano.
8.
Sigue con la palma frente a ti. Ahora, el desafío es tocar la punta de cada
dedo con tu dedo pulgar formando una O. Comienza con el índice y sigue hasta el
meñique, ¡pero despacio! Debes mantenerte de 30 a 60 segundos formando la O con
cada dedo. Como en los casos anteriores, repite el movimiento al menos 4 veces
con cada mano.
9. La
pelotita. Un ejercicio muy conocido para mantener la movilidad de las manos es
presionar una pelota o esponja y luego aflojar. Esto puede resultar muy bien,
pero debes tener ciertos cuidados. En principio, si tu dedo pulgar está
lesionado, entonces no es conveniente que lo hagas. Si no es así, recuerda que
debes repetir el ejercicio de 10 a 15 veces con cada mano, pero luego descansar
por 48 horas antes de volver a hacerlo.
Por último, para relajar las manos, ponlas una contra otra presionándolas suavemente entre sí. Luego, deja de apretar pero mantén las manos unidas y levanta los codos hasta que sientas que se estira la parte inferior del brazo. Sostén esa ligera tensión mientras cuentas hasta seis y repite lo mismo pero manteniendo sólo los dedos unos contra otros. Al terminar, si quieres, también puedes aplicar agua tibia sobre tus articulaciones para calmar las molestias.
¿No
te gustan los ejercicios, te aburren o te olvidas cómo hacerlos? Pues no es
motivo para dejar los dedos quietos. Voy a contarte un secreto que no es
difícil de recordar: jugar con masilla, como las que usan los niños de la
familia, quizás tus propios nietos, también te ayuda a mover y a fortalecer tus
manos, no tienes que acordarte de ningún movimiento en particular, sólo dejarte
llevar por tu creatividad. ¿Qué estás esperando? ¡Vamos, pon manos a la obra
para combatir ese dolor!
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